Por el camino de 'Zama'
NADIE SUPO explicar el motivo por el cual, el mismo d¨ªa del golpe militar de marzo de 1976, Antonio di Benedetto (Mendoza, 1922-Buenos Aires, 1986), por entonces subdirector del diario Los Andes de su ciudad natal, fue arrestado por un comando y mantenido en prisi¨®n, sin causa ni proceso, durante un a?o y medio: "Mi sufrimiento hubiera sido menor si alguna vez me hubieran dicho por qu¨¦ me apresaron, pero nunca lo supe", cont¨® a?os despu¨¦s. Hasta entonces su vida hab¨ªa transcurrido entre el periodismo y la lenta elaboraci¨®n de una obra literaria ajena a las ansiedades de Buenos Aires. Juan Jos¨¦ Saer -quien, antes de escribir el excelente pr¨®logo que acompa?a esta reedici¨®n de El silenciero, ya le hab¨ªa dedicado dos art¨ªculos, recogidos en El concepto de ficci¨®n (1997)- ve en Di Benedetto uno de los ¨²ltimos escritores cuyo trabajo se rigi¨® por exigencias propias, interiores a sus inquietudes y ajenas al modelo de escritor-peque?o empresario de s¨ª mismo caracter¨ªstico de la era posmoderna.
Su primer libro fue de cuentos, Mundo animal (1953), ahora reeditado tambi¨¦n por Adriana Hidalgo en un volumen que contiene adem¨¢s El cari?o de los tontos (1963), donde se encuentra esa obra maestra de sentido de la naturaleza y precisi¨®n l¨¦xica que es el relato 'Caballo en el salitral'. Despu¨¦s vinieron las novelas El pent¨¢gono (1955), Zama (1956; publicado tambi¨¦n por Alfaguara y Alianza en bolsillo), El silenciero y Los suicidas (1969). ?sta recibi¨® menci¨®n en un premio cuyo jurado estaba integrado por Garc¨ªa M¨¢rquez, Roa Bastos y Leopoldo Marechal; escritores, salvo este ¨²ltimo, de su misma generaci¨®n. Cuando sali¨® de prisi¨®n ten¨ªa 56 a?os y empez¨® entonces un miserable exilio en Espa?a y Francia. Volvi¨® a Argentina, ya enfermo, en 1984; alcanz¨® a publicar su ¨²ltima novela, Sombras nada m¨¢s (1985), poco antes de morir.
Los cuentos y las novelas de Di Benedetto no son ideas argumentales narradas con mayor o menor felicidad; son, a cada p¨¢rrafo, productos de una deliberaci¨®n formal, que abarca en un mismo movimiento la unidad m¨ªnima -la frase- y el todo, la construcci¨®n de la trama. De alg¨²n modo ¨¦l sab¨ªa que su obra no era para ser le¨ªda en el momento convulso que le toc¨® vivir. En una de sus ¨²ltimas entrevistas declar¨®: "Espero que mis escrituras hagan su camino sosegado (...) que sean objeto de pacientes y razonables lecturas". No hay mejor definici¨®n para un cl¨¢sico. Estas reediciones que ahora llegan a Espa?a se?alan una etapa definitiva en esa persistencia serena y firme.
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