Po¨¦tica del desastre
Esta ¨²ltima creaci¨®n de la canaria M¨®nica Valenciano resulta el colof¨®n de algo que comenzara con el t¨ªtulo de Disparate N¨²mero 1 (1998) en este mismo teatro. Extra?a linealidad y de continuo tem¨¢tico en la danza contempor¨¢nea que le confiere peso y poso a la secuencia de m¨¢s de seis a?os, con un resultado culterano (bien entendido este t¨¦rmino para la danza) que hace sus cimientos en po¨¦ticas ajenas (Goya, Borges, Zambrano) y arma un microcosmos est¨¦tico y hasta moral.
Frecuentemente incomprendida, la canaria, erre que erre, se ha labrado un prestigio internacional y ha culminado su ciclo sumando int¨¦rpretes. Del solo y el d¨²o, ahora en el estadio 7 resultan cinco. La core¨®grafa no est¨¢ en escena, es un tangente observador que ordena o atomiza los hallazgos de taller de los cinco particulares seres que batallan por demostrarse en un ambiente abisal, desesperado y conscientemente l¨²gubre; en uno de los raros casos donde no sobra la palabra en una acci¨®n coreogr¨¢fica.
Compa?¨ªa El Bailadero
Disparate N¨²mero 7. Don't explain. Direcci¨®n: M¨®nica Valenciano; asistentes: Norma Kraydeberg y Amalia Fern¨¢ndez; m¨²sica: L. V. Beethoven y Son de Madera; luces: Mar¨ªa G¨¹ell. Teatro Pradillo, Madrid. 15 de mayo.
Y hay un final coral, festivo hasta donde puede serlo el disparate, en un entorno donde por todas partes hay anotaciones, cifras, obst¨¢culos, referencias que se vuelven eje de la acci¨®n, sus pretextos y conexiones. Reconozco entre los int¨¦rpretes a Tania Arias, que viene del cl¨¢sico y sutilmente usufruct¨²a esa experiencia, salmodia en ruso y decora con calidad un mundo de autismo esc¨¦nico. Hay otros personajes que quedan muy presentes, como la cantante (emula, recuerda a Cathy Barberian), la belleza andr¨®gina y potente de la chica del micr¨®fono (un amestro de ceremonias que resulta vencido, agotado), la serena y hasta triste recurrencia de Shingo Ito, que parece querer parar los desastres de tantas guerras. Las 12 estampas que componen la obra son la monotipia de un circo que, efectivamente, rehuye cualquier explicaci¨®n que no sea su propia l¨®gica interior.
Babelia
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