"Este mundo no es estimulante"
"Convendr¨ªa que los tecn¨®cratas, los que deciden desde la velocidad del vuelo de las moscas a la intensidad de los amantes, escuchasen las reflexiones de los ni?os", Eduardo Galeano, Montevideo 1940. No es una frase incluida en su ¨²ltimo libro, En boca del tiempo. Es uno de los sentimientos que ayer verbaliz¨® en la Universidad Polit¨¦cnica de Valencia, una herencia de aquel ensayo de 1971, Las venas abiertas de Am¨¦rica Latina, porque la realidad no ha cambiado tanto en m¨¢s de 30 a?os, "ha multiplicado su mal, el balance de aquel mensaje no ha sido positivo".
Aquella visi¨®n del sur frente al norte, la opresi¨®n del mundo rico sobre el pobre siguen siendo objeto de su mirada desde las historias cotidianas. "Escribo para reivindicar la grandeza de las cosas chiquitas, para denunciar la mezquindad. El universo se ve a trav¨¦s del ojo de una cerradura, a trav¨¦s de min¨²sculas hist¨®ricas m¨¢gicas". No quiere ser un intelectual que le d¨¦ voz a alguien, "porque todos tenemos voz". Ni se asoma desde la reflexi¨®n a comentarios prof¨¦ticos: "?Qu¨¦ s¨¦ yo hacia d¨®nde va todo esto! No s¨¦ lo que el mundo merece ser. Sin duda merece ser algo distinto a lo que es. Me consta que lo que el mundo me cont¨® es que desde su infancia quiso ser una casa de todos y no lo es". Y no se resiste a decir la suya sobre aquello que le revuelve, le indigna, le sorprende, le asusta o le conmueve. "Recojo constantemente las voces de la realidad y las devuelvo multiplicadas, lo intento".
El escritor Eduardo Galeano habl¨® en la Polit¨¦cnica de su libro 'En boca del tiempo'
En boca del tiempo es un retrato de la realidad en el que viven "333 hilos de colores" en forma de la soledad, el miedo, la miseria... 333 historias. Son ocho a?os de trabajo "que me han dejado como las mujeres despu¨¦s de dar a luz, vac¨ªo, deprimido, pero ya he pasado por esto otras veces". Galeano explic¨® ayer en rueda de prensa, antes de intervenir en un coloquio con estudiantes en la Facultad de Bellas Artes, en la Universidad Polit¨¦cnica, que sus historias m¨¢gicas pretenden reivindicar las cosas peque?as que son comunes y que est¨¢n por encima de grandes objetivos "en un mundo nada estimulante". Y explic¨®: "Vivimos en un mundo en el que el sur es esclavo del norte y el norte es esclavo de s¨ª mismo, de los valores que crea, de un sistema que divorcia todo lo que toca, que est¨¢ loco". La locura que percibe el escritor, que vivi¨® en Argentina y Espa?a durante su exilio hasta 1985, "es la de la destrucci¨®n, es una locura fea, que mata a la gente, a la naturaleza y a todo lo que toca, no es la locura linda del creador".
Para ejemplificar la locura le sirvieron la deuda externa, la falta de libertad, la involuci¨®n de las libertades y la guerra de Irak: "Es una guerra de manicomio, hecha por cosas que no eran, a cargo de gente que no sabe por qu¨¦ est¨¢ y tampoco encuentra la manera de irse porque para algo lleg¨® y se supone que debe quedarse. El mundo est¨¢ loco, quiz¨¢s la soluci¨®n est¨¦ en un congreso internacional de psiquiatras".
Y en esa locura, afirm¨®, se cierran las puertas. Escogi¨® esa alegor¨ªa para criticar la pol¨ªtica de inmigraci¨®n que hasta ahora ha practicado Espa?a: "Este pa¨ªs reg¨® el mundo de gente y ahora cierra la puerta a determinadas personas. Aunque se abre un tiempo de esperanza". El perdido sentido de la realidad es, seg¨²n cree, el punto para agarrarse a la esperanza. Pero a ¨¦l ha llegado no sin sacrificios literarios. Galeano admiti¨® que tambi¨¦n hab¨ªa cerrado las puertas a muchas historias cortas, "historias vivas que yo no he dejado que se multiplicaran en las personas que puedan leer el libro porque no las he incluido". El escritor, que define su trabajo como el de tejedor, confes¨®: "He sacrificado, con l¨¢grimas en los ojos, historias cotidianas que la vida te regala cada d¨ªa, he cerrado algunas puertas. Esto de escribir es muy duro, muy doloroso a veces". En boca del tiempo no es su mejor libro, "porque ¨¦se est¨¢ a¨²n por escribir", pero es "un intento de devolverle a la realidad aquello que veo, con la paradoja de que tal vez no lo lean aquellos que yo quisiera porque este mundo les impide siquiera tener acceso a la lectura".
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