Vinicius Cantu¨¢ria cree que se pierde mucho entre creaci¨®n y difusi¨®n
El m¨²sico brasile?o publica su nuevo disco, 'Horse and fish'
En Brasil toc¨® con Caetano Veloso, Chico Buarque y Gilberto Gil. En Nueva York, donde vive desde 1995, Vinicius Cantu¨¢ria (Manaus, 1951) trabaja con los guitarristas Bill Frisell y Marc Ribot, el pianista Brad Mehldau y el cantante y guitarrista Arto Lindsay. Le gusta improvisar y casi se siente m¨¢s m¨²sico de jazz que cantante de bossa nova. Para el a?o pr¨®ximo prepara un gran proyecto sobre los r¨ªos del Amazonas, su regi¨®n natal.
Su nuevo disco empieza con Prociss?o, que ya grab¨® en Live: Skirball Cultural Center y para The Intercontinentals, de Bill Frisell. "Es un discurso antiguo de Brasil. Promesas, promesas, promesas... Gilberto Gil la escribi¨® hace 35 a?os, y ahora que es ministro me parece una oportunidad para recordarle que todo el mundo promete y bla, bla, bla. Adem¨¢s, musicalmente, me permite cambiarlo pr¨¢cticamente todo", cuenta.
El t¨ªtulo de Horse and fish es "por el caballo, sangre caliente, m¨²sculos, y el pez, profundidad, fr¨ªo... Me parece la traducci¨®n perfecta de mi trabajo. Esa cosa h¨ªbrida que creo tiene mi m¨²sica", explica Cantu¨¢ria. Se ha escrito que est¨¢ haciendo la bossa nova del nuevo milenio: "La gente necesita poner r¨®tulos. Yo creo que el mejor m¨²sico brasile?o hoy d¨ªa es Ryuichi Sakamoto. Cuando tocamos juntos se produce un choque cultural. ?l viene con locuras niponas. Por esa raz¨®n ando tambi¨¦n con Arto Lindsay, otro loco. Quiz¨¢ sea ¨¦sta la bossa nova del futuro", dice. "A los brasile?os nos gustar¨ªa que R¨ªo fuese ese lugar maravilloso que cantaba la bossa".
Considera que ha encontrado su propio sonido con la guitarra el¨¦ctrica. "Empiezo a tener una mejor comprensi¨®n de lo que es ser un m¨²sico. Resulta muy doloroso el proceso de buscar soluciones, pero intento hallar caminos. Busco m¨¢s atm¨®sferas y climas que solos y velocidad. Me gustan las improvisaciones", afirma. "Siento la necesidad de incomodar. Si est¨¢s improvisando continuamente, quiz¨¢ el ¨¦xito no llegue nunca, pero tampoco te vas a aburrir. Es un momento de grandes cambios. El agujero creativo en todo el mundo es enorme, pero el de la divulgaci¨®n es muy peque?o. Y entre la creaci¨®n y su difusi¨®n se pierden muchas cosas. Nada garantiza que un disco muy interesante vaya a ser escuchado".
Ha dedicado canciones a los r¨ªos, al Solimoes o el Amazonas: "Tenemos ocho o diez que son mares. Y toda la vida gira en torno a ellos. La selva es como los dedos de tu mano. Si vives en el ¨ªndice y quieres ir al anular, no puedes cruzar en l¨ªnea recta porque hay que seguir el curso del r¨ªo. Y un viaje de ocho horas demora 40 d¨ªas". Pero en 1995 este gran conocedor del f¨²tbol y seguidor del hist¨®rico Botafogo se instal¨® en Nueva York. "Era muy dif¨ªcil mantener un trabajo de calidad en Brasil y sobrevivir con dignidad". All¨ª ha conectado con personas afines: "Hay muchos m¨²sicos, como Laurie Anderson o David Byrne, que han ido en busca de un refugio intelectual. Suelo decir que vivo en esa ciudad para ser m¨¢s brasile?o, y es cierto porque all¨ª me he encontrado a m¨ª mismo".
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