Kagel estrena en Espa?a 'La traici¨®n oral', su ¨®pera sobre el diablo
El compositor argentino denuncia la perversidad en Irak
El mal no tiene color. Los discursos pol¨ªticos de algunos son tan perversos que ti?en de negro su fingida blancura inmaculada. Por eso, Mauricio Kagel (Buenos Aires, 1931) cree que los tiempos son propicios para entender su ¨®pera La traici¨®n oral, que se estrena hoy -y se repite el s¨¢bado- en el C¨ªrculo de Bellas Artes, de Madrid, en el ciclo ?pera de hoy. Son 36 cuadros para tres cantantes y seis m¨²sicos en los que Kagel explora la figura del demonio a trav¨¦s de sus leyendas.
Desde hace tiempo, la figura de Belceb¨² inspira a los m¨²sicos casi m¨¢s que los santos. Ah¨ª est¨¢n las aproximaciones a Fausto de Berlioz o Gounod, incluso la Simpat¨ªa por el diablo de los Rolling Stones, aut¨¦ntica declaraci¨®n de principios de la modernidad. Kagel, uno de los compositores contempor¨¢neos m¨¢s rompedores e interesantes, tambi¨¦n se muestra seducido por sus artes. "Es el espejo de Dios. Existe en contraposici¨®n a ¨¦l, sin su imagen desaparece", afirma el m¨²sico por tel¨¦fono desde Mil¨¢n, ciudad en la que tambi¨¦n prepara el estreno de esta pieza que cre¨® en 1983 como encargo del Gobierno franc¨¦s.
Hoy estar¨¢ presente en el estreno en Espa?a, que se realiza en el C¨ªrculo de Bellas Artes dentro del ciclo dirigido por Xavier G¨¹ell y patrocinado por EL PA?S. Kagel aborda el tema con esa mezcla de humor negro y magia del mismo tono que tiene su m¨²sica cosmopolita. "A veces, el humor que hay en la obra toma formas de pesadilla", anuncia. Y de galimat¨ªas, de laberinto, de b¨²squedas de salida a la deformidad, de respuestas para la confusi¨®n... O de m¨¢s preguntas, como debe constar en las obras de arte.
"Las historias sobre Dios se han magnificado. Los Evangelios, de c¨®mo se fueron contando al principio a las versiones que conocemos hoy han sufrido muchas deformaciones, muchos cambios. Con el diablo pasa lo mismo, pero en vez de ensalzar su figura se la denosta", asegura.
L¨ªos de la tradici¨®n
Son los l¨ªos de la tradici¨®n oral, o de la traici¨®n, de ah¨ª el t¨ªtulo. "Las manipulaciones me interesan desde que hice una obra de teatro que se titulaba Contar y
recontar. Hab¨ªa 15 ni?os en c¨ªrculo que se contaban una historia y tras unas cuantas vueltas en las que se la contaban unos a otros, quedaba completamente deformada. Los que m¨¢s imaginaci¨®n ten¨ªan la aumentaban, y los que menos la disminu¨ªan en detalles. Fue toda una revelaci¨®n para m¨ª", asegura el autor.
Es algo fascinante para alguien que comunica con m¨²sica. "En la m¨²sica no puede ocurrir eso, el texto queda escrito, registrado dentro de las notas. Por eso, La traici¨®n oral busca una comunicaci¨®n que no sea verbal", dice.
En la obra, los tres personajes albergan en alg¨²n momento al diablo. "Entra y sale de ellos como posesi¨®n y exorcismo", relata. ?Pero no es eso acaso lo que le pasa a cualquiera? Al fin y al cabo, la l¨ªnea que separa el bien y el mal es tan fina... "?En Irak lo vemos, estamos viviendo una tremenda guerra inmoral que se lleva a cabo como las cruzadas: defendiendo valores, como la democracia y la libertad, que a ellos no les importan y para otros son palabras sacrosantas bajo las que no hacen m¨¢s que enga?arnos", cuenta Kagel.
Lo que ocurre le recuerda a lo que se vivi¨® en la guerra de Vietnam. "Menos mal que Espa?a se ha liberado de esa carga, pero las cosas que se est¨¢n viviendo en Italia y las que dicen algunos pol¨ªticos son espeluznantes", seg¨²n Kagel. Es la confusi¨®n, la prostituci¨®n del lenguaje, la falta de principios lo que m¨¢s le irrita. "Con todo lo que estamos viendo, ?qui¨¦n es el diablo hoy en Irak?", se pregunta Kagel. Las respuestas puede que est¨¦n en el viento que revuelven las bombas...
Babelia
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