"El maltratador se ceba m¨¢s en la mujer libre que en la sumisa"
Nadine Trintignant recuerda a su hija Marie, y habla de su verdugo
No lo supo ver. Compart¨ªa varias horas al d¨ªa con su hija y no hizo nada para salvarla de su verdugo. No vio signos de maltrato en su cuerpo, ni en su cara, ni en sus palabras. O para ser m¨¢s precisos, los vio pero no supo descifrarlos. La directora de cine francesa Nadine Trintignant ha estado en Madrid para hablar de su hija Marie, muerta e1 1 de agosto de 2003. Para hablar del libro Mi hija Marie, y para hablar de las mujeres maltratadas y sus verdugos. Los calmantes mantienen entera a la cineasta, pero su alma est¨¢ rota desde el pasado verano.
Marie Trintignant muri¨® a consecuencia de la paliza que le propin¨® su pareja, Bertrand Cantat, en la noche del 26 al 27 de julio en la habitaci¨®n de un hotel de Vilna (Lituania). A los gritos que sobresaltaron a los clientes del hotel, sigui¨® el silencio. Su cuerpo malherido permaneci¨® unas horas en la habitaci¨®n y sobrevivi¨® en coma profundo algunos d¨ªas en el hospital. Ah¨ª se le abrieron los ojos a la madre, y aflor¨® una culpabilidad que inspira Mi hija Marie, una explosi¨®n de ternura y compasi¨®n que llega tarde para la v¨ªctima, pero quiz¨¢s no para otras mujeres.
Pregunta. Cuesta pensar que Marie no dejara entrever el maltrato. ?A qu¨¦ atribuye ese hermetismo?
Respuesta. Nuestro trato era continuo. Hab¨ªamos hecho juntas Victoire ou la douler des femmes para la televisi¨®n, sobre la liberaci¨®n de la mujer; cuando muri¨® rod¨¢bamos Colette. Estaba enamorada. Y adem¨¢s, Marie era muy responsable, era la actriz principal y quiz¨¢ no quiso perturbar el rodaje. Por la ma?ana ven¨ªa con mala cara, fatigada, y yo, en mi ceguera, lo achacaba a noches de amor. Aunque creo que me lo habr¨ªa contado al final del rodaje. A veces me contaba sus problemas meses despu¨¦s.
P. ?C¨®mo soport¨® tanta vileza una mujer educada en la libertad?
R. Me lo he preguntado muchas veces. Ahora, despu¨¦s de ver a otras maltratadas entiendo que sola no hubiera salido. A estos maltratadores no les interesan las sumisas. Buscan mujeres libres para someterlas. Cuanto m¨¢s libres, m¨¢s se ceban. El maltrato es una exhibici¨®n de dominio. No existe un perfil de maltratada, pero s¨ª de maltratador. Se da en todas las clases sociales y en todas las ideolog¨ªas, tambi¨¦n en la izquierda. No son bestias: los animales no matan a sus parejas. Su pauta es apartar a las v¨ªctimas de los suyos, aislarlas. En este rodaje, en contra de lo habitual, Marie no com¨ªa con el equipo, nunca pod¨ªa.
P. ?Ni siquiera as¨ª adivin¨® el trasfondo?.
R. No. Pero recuerdo que ¨¦l ten¨ªa celos de su pasado. Marie me dijo: 'No le hables de m¨ª'. Pero, ?c¨®mo no tener pasado? Ten¨ªa cuatro hijos. ?l parec¨ªa dulce, era como el doctor Jekyll y Mr. Hyde. Ella me dio una pista que no supe leer: en uno de nuestros m¨²ltiples mensajes, me record¨® unos versos de Baudelaire que sol¨ªamos intercambiar: 'Dolor m¨ªo, qu¨¦date quieto, no te muevas'. Pero esta vez firmaba: 'Tu hija maltratada'. No lo relacion¨¦. Ahora s¨®lo quiero luchar para cambiar la ley, no s¨¦ c¨®mo. Ocho a?os de c¨¢rcel por una muerte es injusto. Si fueran a prisi¨®n a perpetuidad se lo pensar¨ªan, el miedo al gendarme hace milagros, habr¨ªa menos muertes.
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