Bush utiliz¨® datos de un desertor iraqu¨ª que hab¨ªa sido descalificado por la CIA y el Pent¨¢gono
El desertor iraqu¨ª cuyo testimonio us¨® la Casa Blanca para justificar que Sadam estaba fabricando armas de destrucci¨®n masiva hab¨ªa sido descalificado por los propios servicios de inteligencia de EE UU. A finales de 2001, la CIA y la DIA (agencia de inteligencia del Pent¨¢gono) catalogaron a Adnan Ihsan Saeed al Haideri como una "fuente no fiable", sin embargo nueve meses despu¨¦s encabezaba el informe en el que bas¨® Bush su discurso ante Naciones Unidas.
Quien puso en contacto a Saeed al Haideri con EE UU fue Ahmed Chalabi, l¨ªder del Congreso Nacional Iraqu¨ª (CNI), cuya residencia fue registrada ayer en Bagdad. Al Haideri est¨¢ ahora oculto. D¨®nde es la pregunta que ninguno de los funcionarios del Gobierno consultados ha querido responder. Supuestamente est¨¢ fuera de EE UU, seg¨²n fuentes citadas por la cadena de diarios de Knight Ridder. La CIA lo habr¨ªa "reubicado" despu¨¦s de que suspendiera la prueba del detector de mentiras, en diciembre de 2001.
Lo declar¨® a los agentes de inteligencia estadounidenses que le interrogaron durante ocho horas y le pusieron el detector de mentiras el 17 de diciembre de 2001 en el balneario tailand¨¦s de Pataya, donde se hab¨ªa instalado con la ayuda de Chalabi tras salir de la c¨¢rcel en Irak y exiliarse en Siria. Y lo repiti¨® en una entrevista con la reportera de The New York Times Judith Miller realizada en Pataya y publicada cuatro d¨ªas despu¨¦s.
El fiasco de Al Haideri ha permanecido secreto hasta esta semana y las fuentes que lo han filtrado lo han hecho coincidiendo con la ca¨ªda en desgracia de su padrino, Chalabi. De acuerdo a las fuentes, tras varios meses de b¨²squeda infructuosa, hace poco el equipo de la CIA encargado de rastrear las armas recurri¨® de nuevo a Al Haideri a pesar de la desconfianza que les merec¨ªa. Le llevaron a Irak para que les guiara hasta los supuestos laboratorios que, seg¨²n ¨¦l, hab¨ªa montado Sadam "bajo hospitales, pozos y palacios". No fue capaz de identificar ni uno. S¨®lo les condujo a instalaciones militares de dominio p¨²blico. Las sospechas quedaban confirmadas: Al Haideri hab¨ªa facilitado informaci¨®n falsa, al igual que otros desertores reclutados por Chalabi.
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