El precio de la intervenci¨®n en Irak
El Ej¨¦rcito espa?ol lleg¨® acabada la guerra, pero ha dejado 11 vidas en una posguerra cada vez m¨¢s violenta
El ministro de Defensa, Jos¨¦ Bono, tiene intenci¨®n de informar el pr¨®ximo martes al Congreso del coste de la participaci¨®n militar espa?ola en el conflicto de Irak, que algunas fuentes sit¨²an por encima de los 500 millones de euros. Pero el mayor coste, en todo caso, ha sido el humano: 11 militares han muerto desde que, el pasado 19 de agosto, perdi¨® la vida el capit¨¢n de nav¨ªo Mart¨ªn-Oar, en el atentado con la sede de la ONU en Bagdad.
Aunque el anterior Gobierno, presidido por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, tuvo un destacado protagonismo pol¨ªtico en la invasi¨®n de Irak, que respald¨® con su presencia en la cumbre de las Azores junto al presidente estaounidense George W. Bush y al brit¨¢nico Tony Blair, las Fuerzas Armadas espa?olas no intervinieron en las operaciones b¨¦licas.
La muerte de siete agentes del CNI supuso un mazazo moral para el contingente
El Gobierno del PP envi¨® el 11 de julio a las tropas en misi¨®n de seguridad y estabilizaci¨®n
El buque de asalto anfibio Galicia lleg¨® al puerto iraqu¨ª de Um Qasr el 9 de abril, coindiciendo con la ca¨ªda del r¨¦gimen de Sadam Husein, y se dedic¨® a tareas de ayuda humanitaria y apoyo sanitario.
El 11 de julio, el Gobierno del PP decidi¨® dar un paso m¨¢s en la implicaci¨®n espa?ola al autorizar el env¨ªo de un contingente de 1.300 soldados en misi¨®n de estabilizaci¨®n y seguridad.
Espa?a no s¨®lo aport¨® tropas propias a la coalici¨®n encabezada por Estados Unidos, sino que tuvo un papel activo en el reclutamiento de los contingentes salvadore?o, dominicano, hondure?o y nicarag¨¹enses que, junto al espa?ol, formaron la llamada Brigada Plus Ultra.
Aunque el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, expres¨® p¨²blicamente su prop¨®sito de que las tropas espa?olas se desplegaran al sur del pa¨ªs, junto al ya citado puerto de Um Qasr, finalmente fueron enviadas a las provincias de Al Qadisiya y An Nayaf, en la divisi¨®n centro-sur, bajo mando polaco. El compromiso era que, a prinicpios del pr¨®ximo mes de julio, Espa?a relevara a Polonia al mando de la divisi¨®n.
La avanzadilla de las tropas espa?olas entr¨® en Irak el 29 de julio del a?o pasado. Un mes despu¨¦s, el general Alfredo Cardona asum¨ªa el mando de las operaciones en Diwaniya y, el 23 de septiembre, tambi¨¦n en Nayf.
Fue a lo largo de ese verano cuando las acciones de hostigamiento de la resistencia contra las fuerzas de ocupaci¨®n, as¨ª como los actos de terrorismo indiscriminado, empezaron a hacerse m¨¢s frecuentes, dificultando la puesta en marcha de los planes de reconstrucci¨®n del pa¨ªs.
Pese a ello, las provincias bajo responsabilidad de la brigada Plus Ultra se mantuvieron relativamente tranquilas. La poblaci¨®n, abrumadoramente chi¨ª, dio en general una buena acogida a los soldados espa?oles que, al contrario que los infantes de marina estadounidenses que les precederieron en la zona, se esforzaron por mostrarse respetuosos con las costumbres locales.
Las primeras bajas espa?olas -el capit¨¢n Mart¨ªn Oar o el agente del CNI, Jos¨¦ Antonio Bernal- se produjeron en Bagdad, 180 kil¨®metros al norte de Base Espa?a.
El 14 de octubre, se produjo el primer enfrentamiento armado con soldados espa?oles, pero sus oponentes iraqu¨ªes no eran insurgentes sino delincuentes comunes. La primera baja mortal de la brigada, el sargento Luis Puga, en la base de Diwaniya, fue consecuencia del disparo fortuito de un compa?ero.
Durante toda esta etapa, los militares espa?oles lograron mantener un modus vivendi con las dos milicias armadas presentes en la zona: la Brigada Bader, fiel al iman chi¨ª moderado Al Sistani, y el Ej¨¦rcito del Mahdi, seguidor del radical M¨²qtada Al Sadr. El acuerdo t¨¢cito consist¨ªa en permitirles mantener su arsenal, compuesto incluso de armas de guerra, siempre que no hicieran exhibici¨®n p¨²blica del mismo.
La muerte de siete agentes del CNI, que cayeron en una emboscada cuando regresaban de Bagdad el 29 de noviembre, supuso un mazazo moral para las tropas espa?olas, pero a¨²n manten¨ªa el foco de la violencia a 150 kil¨®metros de Base Espa?a.
El 12 de diciembre, el Consejo de Ministros aprobaba la pr¨®rroga de la presencia militar espa?ola hasta el 30 de junio de 2004 y, el 20 de diciembre, el presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar visitaba por primera y ¨²nica vez Diwaniya.
Los 1.300 efectivos de la Brigada Plus Ultra I, procedentes en su mayor parte de la Brigada Ligera Aerotransportable, con base en Figueirido, eran relevados por otros tantos militares de la Plus Ultra II, basada en la Bridada Mecanizada de Botoa (Badajoz). Cardona ced¨ªa el mando al general Fulgencio Coll.
La victoria del PSOE en las elecciones generales del 14 de marzo dieron un vuelco radical a la situaci¨®n. El candidato a La Moncloa, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, ratific¨® su compromiso de retirar las tropas de Irak si, antes del 30 de junio, la ONU no se hac¨ªa cargo del control pol¨ªtico y militar del pa¨ªs. El 18 de abril, tras asumir el cargo, el nuevo presidente consideraba in¨²til agotar el plazo y ordenaba el regreso inmediato de las tropas.
En ese lapso de poco m¨¢s de un mes, los futuros ministros de Asuntos Exteriores y Defensa, Miguel ?ngel Moratinos y Jos¨¦ Bono, mantuvieron una ronda de contactos discretos de la que sacaron la conclusi¨®n de que no hab¨ªa ninguna posibilidad de que EE UU cediera a la ONU la responsabilidad sobre Irak.
Paralelamente, a principios de abril, el mando estadounidense en Bagdad orden¨® la busca y captura "vivo o muerto" contra Al Sadr. A las tropas espa?olas se les pidi¨® que apoyaran la operaci¨®n, lo que significaba el empleo de la violencia ofensiva.
Los responsables militares espa?oles respondieron que ni ten¨ªan los medios de combate precisos, ni las reglas con las que fueron enviados a Irak se lo permit¨ªan. EE UU sigui¨® adelante con su plan y los soldados espa?oles quedaron relegados a la condici¨®n de testigos impotentes de una situaci¨®n en r¨¢pido deterioro. Aunque no atacaran a las milicias chi¨ªes, les era imposible escapar a sus represalias. En palabras de un mando espa?ol, "la ¨²nico forma de estar seguro en Irak, es no estar all¨ª".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.