Pol¨¦mica en Marruecos por una pel¨ªcula sobre una aldea-burdel
Los diputados bereberes piden medidas contra Nejjar, la directora
Tizi Nisly es uno de esos pueblos perdidos del Medio Atlas que nunca hubiesen salido del anonimato si a la ¨²nica directora cinematogr¨¢fica marroqu¨ª, Narjis Nejjar, no se le hubiese ocurrido rodar all¨ª, el a?o pasado, un largometraje sobre la historia de una aldea en la que las mujeres son prostitutas, una profesi¨®n que las hijas heredan de sus madres. En una sociedad musulmana conservadora, como la marroqu¨ª, era previsible que Los ojos secos, el t¨ªtulo de la pel¨ªcula, suscitase una gran pol¨¦mica que ha llegado hasta el Parlamento.
M¨¢s de cuarenta figurantes denuncian en los tribunales a la ¨²nica mujer cineasta
Las cifras del ¨²ltimo censo, efectuado hace 10 a?os, son elocuentes. De los 6.003 habitantes de Tizi Nisly, el 94% son analfabetos, y ese porcentaje asciende hasta el 98% de las mujeres. S¨®lo el 7% de las ni?as de entre 8 y 13 a?os estaban escolarizadas. A unos 120 kil¨®metros de la ciudad de Beni Mellal, el pueblo est¨¢ enclavado en esa regi¨®n monta?osa de donde parte, hacia Europa, el grueso de los emigrantes marroqu¨ªes.
Es ah¨ª donde Nejjar se fue a rodar para, seg¨²n sus palabras, "dar a conocer la identidad bereber -la mayor¨ªa de los habitantes de Tizi Nisly no hablan el ¨¢rabe, sino el dialecto amazguit- y de una regi¨®n olvidada". "Quer¨ªa adem¨¢s incitar a las autoridades a ocuparse un poco de esos pueblos incrustados entre monta?as", explica en una conversaci¨®n telef¨®nica.
Los ojos secos, que se est¨¢ proyectando en las salas de Casablanca, cuenta la historia de Mina, una anciana prostituta que tras largos a?os de c¨¢rcel regresa a su pueblo, Tizi, cuyas mujeres viven de vender su cuerpo, y se enfrenta con su hija, Hala, que ahora dirige la aldea y ejerce el mismo oficio que su madre. La obra "posee la fuerza de la mitolog¨ªa pagana", escribe el cr¨ªtico franc¨¦s Philippe Azoury.
Nejjar no tuvo dificultades para encontrar figurantes. Las aldeanas trabajan en el campo por 2,8 euros al d¨ªa y ella les ofreci¨® el doble no sin antes pedirles que pusieran el pulgar sobre documentos autorizando que su imagen sea utilizada en soportes audiovisuales. "Pas¨¦ horas con ellas y me explicaron por qu¨¦, a veces, la miseria les llevaba a prostituirse", asegura la directora. "Sab¨ªan que mi pel¨ªcula se inspiraba en hechos reales".
Lo sab¨ªan, pero se escandalizaron cuando recibieron llamadas telef¨®nicas de familiares o antiguos vecinos instalados en Rabat o Casablanca cont¨¢ndoles el contenido del largometraje. "Actu¨¦ con las dem¨¢s porque ten¨ªa el est¨®mago vac¨ªo", declar¨® a la prensa, entre sollozos, Iha Ali, una aldeana centenaria que hizo de figurante, "pero ahora, cuando me cuentan d¨®nde me he metido, mi siglo de vida ha sido amancillado y tengo ganas de clavarme un cuchillo en el est¨®mago".
Para lavar su honor, los figurantes de Tizi Nisly no se han autolesionado. Treinta y cinco mujeres y ocho hombres, maridos o hermanos, han preferido buscarse un abogado, Mulay Hassan Jales, que ha pedido a la Corte Administrativa de Rabat que proh¨ªba la difusi¨®n de la pel¨ªcula al tiempo que demandaba a Narjis Nejjar, ante un tribunal de primera instancia, por difamaci¨®n e injurias. "Nunca se inform¨® a mis clientes de qu¨¦ tipo de pel¨ªcula se trataba", se lamenta el letrado.
Antes de que lo solicitara el abogado, los partidos de inspiraci¨®n bereber hab¨ªan exigido en el Parlamento la retirada de Los ojos secos. "?Qu¨¦ medidas se van a tomar contra Narjis Nejjar?", pregunt¨®, la semana pasada, el grupo de la Uni¨®n Constitucional, porque la cineasta ha da?ado, seg¨²n ellos, la dignidad de la poblaci¨®n de Tizi Nisly y de todos los bereberes.
"Estamos en el ¨¢mbito de la creaci¨®n y de la creatividad, y la creatividad es, ante todo, libertad", contest¨® el ministro de Comunicaci¨®n, Nabil Benabdal¨¢. El largometraje goza de todos los permisos legales, record¨®, no vulnera las buenas costumbres, y por tanto no se puede suspender su difusi¨®n. Descontentos por la respuesta, los diputados que representan a los bereberes -la poblaci¨®n original de Marruecos antes de que el pa¨ªs fuese islamizado- protestaron abandonando el hemiciclo.
"Pero si les han contado mentiras, como que en la pel¨ªcula se ven felaciones", se indigna la directora Nejjar. "Esas mujeres de Tizi Nisly no han pisado en su vida un cine y formulan sus acusaciones con lo que les dicen que narra Los ojos secos", a?ade.
Para deshacer el entuerto, Nejjar alquil¨® un autob¨²s y les invit¨® a todas a que viajasen a Casablanca para asistir a una proyecci¨®n privada. "El primer d¨ªa les impidieron salir del pueblo, agredieron al ch¨®fer y a dos de ellas que pusieron denuncias en la Gendarmer¨ªa", afirma la directora.
"Al segundo intento, 17 lograron llegar hasta aqu¨ª". "Vieron la pel¨ªcula, debatieron solas entre ellas y despu¨¦s se reunieron conmigo, durante tres horas, para confirmar, con sus palabras, que hab¨ªa hecho una obra limpia", afirma Nejjar satisfecha. "Pero tambi¨¦n me dijeron que estaban amenazadas y que no pod¨ªan renunciar a atacarme".
"Para contratarlas a ellas y a otros muchos m¨¢s", prosigue la cineasta, "ech¨¦ mano de un lugare?o, Ijlef Aaduch, que se convirti¨® en un personaje y que aprovech¨® su popularidad para presentarse a las elecciones municipales de septiembre pasado". "Result¨® elegido y desde entonces los que perdieron el Ayuntamiento, y sus protectores, est¨¢n empe?ados en amancillarnos para recuperar el poder perdido".
Nejjar ha tenido suerte, porque su largometraje no ha sido vetado. La movilizaci¨®n islamista contra la pel¨ªcula Un minuto menos de sol, de Nabil Ayouch, el m¨¢s c¨¦lebre de los directores marroqu¨ªes, logr¨®, en enero de 2003, que el Centro Cinematogr¨¢fico de Marruecos pidiese al cineasta que suprimiera escenas pol¨¦micas en las que se ve¨ªan los cuerpos desnudos de una pareja. Ayuch se neg¨® y el filme nunca fue distribuido.
Babelia
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