Los primeros pasos
Ha pasado algo m¨¢s de un mes desde la constituci¨®n del nuevo Gobierno y, de momento, no se han tomado decisiones importantes que nos muestren hasta d¨®nde pueden producirse cambios profundos en el ¨¢mbito de la pol¨ªtica econ¨®mica. Esto es normal y no quiere decir que los nuevos gobernantes no tengan ideas que llevar a la pr¨¢ctica. Simplemente, las reformas llevan su tiempo. Las prisas no son buenas y los cambios, si los hay, deben hacerse despu¨¦s de haberlos estudiado a fondo. Sin embargo, ello no es ¨®bice para que, a trav¨¦s de declaraciones o de medidas puntuales que se van tomando, podamos vislumbrar por d¨®nde pueden ir los tiros en cada ¨¢mbito de la pol¨ªtica econ¨®mica.
En lo que se refiere a la pol¨ªtica fiscal-presupuestaria, dos son los principios rectores hasta el momento: la estabilidad presupuestaria y la cautela. El nuevo equipo de Hacienda quiere conocer a fondo la situaci¨®n de partida. Seguramente no habr¨¢ grandes sorpresas (ya saben, lo que pueda encontrarse debajo de las alfombras), pero todos sab¨ªamos que hab¨ªa temas pendientes, gastos desviados de los presupuestos y obligaciones a futuro que pueden limitar el margen de maniobra en los pr¨®ximos ejercicios. En fin, que lo del d¨¦ficit cero, pues casi, casi, pero no del todo. Por eso, cuando se le pregunta al vicepresidente econ¨®mico por la reforma de los impuestos, pone cara de ausente y dice que los cambios, para m¨¢s adelante y limitados. Seguro que, tras su dilatada experiencia pol¨ªtico-administrativa, no le convence eso de que bajando los impuestos se recauda m¨¢s.
El mayor problema para la estabilidad presupuestaria puede venir del lado de las autonom¨ªas
Para empezar, el Gobierno se ha encontrado con gastos extraordinarios y sin presupuestar (deuda debida a Andaluc¨ªa y p¨¦rdidas de TVE) que suponen medio punto porcentual del PIB a a?adir al d¨¦ficit del 0,4% previsto para el Estado en los Presupuestos para 2004. No obstante, estos gastos extraordinarios no impiden que el presupuesto de las Administraciones centrales se salde en equilibrio, pues el super¨¢vit de la Seguridad Social podr¨ªa ser, de nuevo, mayor al previsto. A medio plazo, el reto est¨¢ en compatibilizar la necesidad de destinar m¨¢s recursos a las pol¨ªticas de educaci¨®n, investigaci¨®n o vivienda con la promesa de no aumentar el porcentaje de gasto p¨²blico sobre el PIB por encima de su nivel actual del 40%.
En todo caso, el mayor problema para mantener la estabilidad presupuestaria puede venir por el lado de las comunidades aut¨®nomas. Aqu¨ª no se trata de afrontar gastos pendientes y no recurrentes, sino de que los Gobiernos regionales pueden haberse embarcado en gastos de car¨¢cter permanente sin la suficiente contrapartida de ingresos. Por eso demandan una nueva reforma de su sistema de financiaci¨®n (f¨®rmula eufem¨ªstica para decir que quieren m¨¢s dinero) o piden que se les deje generar d¨¦ficit y endeudarse m¨¢s.
Por ello parece muy positivo que en el primer Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera se les haya dejado claro que la Ley de Estabilidad Presupuestaria est¨¢ en vigor y hay que cumplirla. Es cierto que la estabilidad presupuestaria no debe asimilarse al d¨¦ficit cero todos los a?os, pero algunos parecen querer aprovecharse de eso para empezar la legislatura generando d¨¦ficit que, a buen seguro, nunca encontrar¨¢n el momento oportuno para eliminar. En resumen, es muy positivo que en Hacienda tengan clara la importancia de mantener la estabilidad presupuestaria (aunque no sea m¨¢s que por un problema de credibilidad), porque las presiones de m¨¢s gasto van a ser enormes.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (Funcas).
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