Moviola
El Parlamento ha decidido crear una comisi¨®n de investigaci¨®n para esclarecer la conexi¨®n entre la matanza del 11-M y el vuelco electoral del 14-M. Y como adelant¨® el catalanista Duran, hay como para echarse a temblar, pues a partir del 15-J (a 100 d¨ªas del 14-M) se va a poner en marcha una feroz moviola pol¨ªtica que nos va a amargar el verano sin posibilidad de evitarlo. Curioso instrumento, ¨¦ste de la moviola. En realidad se trata de la m¨¢quina que usan los cineastas para editar su pel¨ªcula en la sala de montaje, cortando los planos en fragmentos que pegan unos tras otros a fin de crear en el espectador una ilusi¨®n narrativa. Pero desde la transici¨®n se llama tambi¨¦n moviola a las revisiones de los partidos que ya se han jugado para buscar las faltas que quedaron impunes por los fallos arbitrales. Todo ello con la intenci¨®n no de cambiar el resultado, ya inamovible, sino de editarlo, en el sentido de reinterpretarlo como justo o injusto.
Pues bien, eso mismo es lo que va a suceder ahora con la revisi¨®n parlamentaria de los acontecimientos de marzo. No se trata de cuestionar el resultado electoral sino de editar interesadamente la pel¨ªcula de los hechos, denunciando las posibles faltas entonces cometidas por Gobierno y oposici¨®n, as¨ª como los supuestos fallos arbitrales de las autoridades p¨²blicas y los observadores medi¨¢ticos. Pues lo que se pretende con esta comisi¨®n es proceder no tanto al establecimiento de los hechos como a la calificaci¨®n de los mismos (framing), enjuici¨¢ndolos como leg¨ªtimos o ileg¨ªtimos. Lo cual implica entablar una batalla por la opini¨®n, en la que s¨®lo se busca desacreditar al contrario porque est¨¢ en juego la propia reputaci¨®n.
Para adivinar lo que nos espera, puede atenderse a sus dos antecedentes m¨¢s claros. El primero es el m¨¢s inmediato, pues ocurri¨® hace s¨®lo un a?o, cuando en la Asamblea de la Comunidad de Madrid se abri¨® una comisi¨®n para investigar la presunta trama inmobiliaria que, seg¨²n los socialistas, habr¨ªa comprado las voluntades de los dos diputados tr¨¢nsfugas que invirtieron el resultado de las elecciones auton¨®micas del 25 de mayo. Aquella comisi¨®n naufrag¨® a lo largo del bochornoso verano por el ventajista y marrullero juego sucio del PP, que dio lugar al m¨¢s vergonzoso espect¨¢culo pol¨ªtico visto hasta ahora. Pero este verano que viene a¨²n podr¨ªa ser peor.
El otro antecedente es m¨¢s lejano, pero su comparaci¨®n quiz¨¢ sea m¨¢s pertinente. Me refiero a la denuncia de una conspiraci¨®n medi¨¢tica contra el presidente Gonz¨¢lez que hizo el partido socialista para justificar su derrota de 1996. Aquella conspiraci¨®n se atribu¨ªa al llamado sindicato del crimen, y m¨¢s tarde fue confirmada por unos de sus principales mu?idores. Y la denuncia pretend¨ªa convertir la derrota en injusta, alegando que s¨®lo se habr¨ªa producido como consecuencia de la manipulaci¨®n medi¨¢tica sufrida por los electores. Pues bien, exactamente lo mismo es lo que ahora pretende el PP con esta comisi¨®n: convertir su derrota del 14-M en injusta, al haberse producido tan s¨®lo como consecuencia de la manipulaci¨®n medi¨¢tica sufrida por los inocentes electores. S¨®lo que ahora la conspiraci¨®n ya no ser¨ªa obra de aquel sindicato del crimen sino del grupo PRISA.
?Qu¨¦ pasar¨¢? El PSOE tiene poco que ganar, pues su ¨²nico objetivo es refutar la extendida sospecha de que su victoria del 14-M se debi¨® a la masacre del 11-M. As¨ª que lo tendr¨¢ dif¨ªcil. En cambio, como el PP no tiene nada que perder, podr¨ªa cumplir sus dos grandes objetivos. El primero es deslegitimar la victoria del PSOE, para lo que cuenta con reequilibrar la balanza de la presunta manipulaci¨®n medi¨¢tica. El p¨²blico ya sabe que el Gobierno manipul¨® desinformando, pero ahora se trata de convencerle de que la oposici¨®n tambi¨¦n lo hizo, al informar sesgadamente. Y el segundo gran objetivo del PP es desacreditar el talante de ZP, a fin de romper a los 100 d¨ªas su luna de miel con el electorado. Y para eso nada como sustituir el di¨¢logo por la crispaci¨®n. Menudo verano nos aguarda.
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