El terror islamista acosa al tigre asi¨¢tico
Los procesos de secularizaci¨®n que se daban por hechos en Asia viven retrocesos por la llegada de la 'sharia'
En zonas de Mindanao, en aquella colonia espa?ola que fue Filipinas, ya rige la sharia -ley cor¨¢nica- y ha sido derogado el derecho romano. Podr¨ªa parecer una revancha del islam contra el catolicismo que Espa?a impuso en el archipi¨¦lago. Pero no es un hecho -nunca mejor dicho- aislado. En Malaisia e Indonesia -¨¦ste ¨²ltimo el pa¨ªs musulm¨¢n m¨¢s poblado del mundo- han visto invertirse, pese a avances democr¨¢ticos, unos procesos de secularizaci¨®n que hace pocos a?os se consideraban seguros, y Tailandia mantiene ya una guerra no declarada, pero cada vez m¨¢s abierta, con el islamismo radical en sus provincias del sur. Las muertes, las desapariciones y los ataques a templos budistas son ya casi diarios. En Singapur, el m¨¢s fiel aliado de EE UU en la regi¨®n, el Estado policial se ve incapaz de intimidar al islamismo radical malayo como lo hac¨ªa antes. La yihad avanza, al parecer incontenible, por el sureste de Asia.
En Mindanao ya rige la 'sharia' y ha sido derogado el derecho romano
La reuni¨®n de Bangkok hizo un balance muy pesimista de la situaci¨®n
Mientras todo el mundo mira acongojado hacia las tragedias en Irak, Palestina y Afganist¨¢n es ya evidente que en esta regi¨®n incontrolable de selva profunda, millares de islas y urbes superpobladas surge un frente del terrorismo islamista de inmensa capacidad destructiva y desestabilizadora para los Estados de la regi¨®n. El atentado de Bali en Indonesia, que caus¨® m¨¢s de 200 muertos s¨®lo fue la apertura de una fase inicial de radicalizaci¨®n isl¨¢mica dram¨¢ticamente acelerada en el ¨²ltimo a?o con la ocupaci¨®n de Irak y la tr¨¢gica deriva del conflicto palestino-israel¨ª. A esta conclusi¨®n han llegado un grupo de expertos en seguridad de la regi¨®n en una reuni¨®n celebrada en Bangkok este fin de semana.
Los llamados "tigres" asi¨¢ticos, cuando parad¨®jicamente se hallan en plena recuperaci¨®n de su fatal rev¨¦s econ¨®mico y financiero de principios de los a?os noventa, se enfrentan a un ej¨¦rcito invisible, omnipresente, con militantes motivados al sacrificio supremo y ning¨²n af¨¢n o inter¨¦s de negociaci¨®n. "No estamos ante una organizaci¨®n como la que inicialmente era Al Qaeda. Estamos ante un movimiento cuyos v¨ªnculos est¨¢n en la comuni¨®n de sentimientos e Internet. Es una lucha de solidaridad islamista no limitada por fronteras, una yihad global, contra jud¨ªos y cruzados, de inmenso poder emocional ante todo entre los j¨®venes", seg¨²n Kumar Ramakrishna, director del Instituto de Estudios Estrat¨¦gicos de Singapur.
La escalada de violencia est¨¢ cada vez m¨¢s organizada en el sur de Tailandia, con muertes diarias, cuya m¨¢s brutal expresi¨®n fue la muerte de m¨¢s de ochenta j¨®venes musulmanes en un ataque masivo contra las fuerzas de seguridad el 28 de abril, as¨ª como el asalto a un arsenal del Ej¨¦rcito el 4 de enero, de perfecta ejecuci¨®n, con los vigilantes muertos. S¨®lo el pasado s¨¢bado hubo cuatro v¨ªctimas en la regi¨®n de Pat¨¢n. El d¨ªa anterior, dos. Son m¨¢s de cien en tres semanas. La reactivaci¨®n del Frente Moro Isl¨¢mico en Filipinas y, sobre todo, el car¨¢cter adquirido por el mismo causan alarma. De ser un grupo m¨¢s dedicado a la extorsi¨®n econ¨®mica, los militantes de Abu Sayyaf se han reorganizado tras sus reveses en 2001 para resurgir como altamente indoctrinados. El Gobierno de Manila anunci¨® la detenci¨®n de una c¨¦lula que preparaba un atentado de las dimensiones de los de Bali o Madrid. Las sinergias entre los grupos, aunque ca¨®ticos y en gran parte espont¨¢neos, son cada vez mayores y facciones de la Yama Islamiya, de origen indonesio, cuentan con instructores del Frente Moro y est¨¢n tan presentes en el sur de Tailandia como los grupos de Malaisia.
"En las comunidades isl¨¢micas de esta regi¨®n est¨¢n tomando el poder quienes han regresado de sus experiencias en Afganist¨¢n, Pakist¨¢n y Bosnia", asegura el profesor Panitan Wattanayogorn, de la Universidad de Bangkok, considerado uno de los m¨¢ximos expertos independientes en el conflicto budista-musulm¨¢n en Tailandia. "Son el factor multiplicador. Llegan con ideas, con prestigio, dinero y conexiones internacionales". Seg¨²n el profesor, son ellos los que logran convertir a las madrazas [escuelas cor¨¢nicas] y a las fundaciones inicialmente ben¨¦ficas en centros de formaci¨®n ideol¨®gica, preparaci¨®n terrorista y financiaci¨®n ilegal con estructuras complejas y buena coordinaci¨®n y comunicaci¨®n.
La reuni¨®n de Bangkok, organizada por la Fundaci¨®n Adenauer y a la que asisti¨® EL PA?S, hizo un balance muy pesimista de la situaci¨®n al llegar a la conclusi¨®n de que en un futuro no lejano los grupos extremistas isl¨¢micos van a forzar la situaci¨®n para sacar provecho de esfuerzos hechos hace ya tiempo. "Todo empez¨® en Afganist¨¢n en los a?os ochenta, la guerra contra la URSS, los hijos de los muyahidin en las madrazas en Pakist¨¢n y, despu¨¦s, ¨¦stos convertidos en los talibanes. Desde entonces, muchos miles de j¨®venes de Asia suroriental han estudiado en Pakist¨¢n y Egipto financiados fundamentalmente por Arabia Saud¨ª. Hoy son ellos los que forman a los ni?os en miles de madrazas en toda la regi¨®n. Los mul¨¢s se generan ante todo en Pakist¨¢n y el dinero en el Golfo, como en las organizaciones cada vez m¨¢s efectivas en demandar -por las buenas o las malas- solidaridad con la yihad contra el sionismo y la cruzada y contra los que consideran sus c¨®mplices. Desde su postura radical, ninguno de los pa¨ªses de la regi¨®n dejamos de serlo". No deja de ser parad¨®jico que los dos pa¨ªses que generan y financian a los enemigos de los "tigres" asi¨¢ticos, alguno de los cuales -Tailandia- tiene tropas desplegadas en Irak, sean dos aliados estrat¨¦gicos de Estados Unidos, se recordaba en Bangkok.
La corrupci¨®n como debilidad
"Mejoraremos las infraestructuras y, con formaci¨®n y expectativas en los pr¨®ximos tres a?os, habremos ido hacia la soluci¨®n del problema del sur". Quien con tanto optimismo habla es el primer ministro de Tailandia, Taksin Shinawatra, ante un grupo de expertos de Tailandia, Malaisia, Laos, Singapur, Indonesia, Filipinas, Camboya , India, Vietnam, Bangladesh, Sri Lanka y China.
Las caras de escepticismo en aquel sal¨®n del palacio presidencial en Bangkok hablaban por s¨ª solas. Taksin, un magnate que en su d¨ªa compr¨® el poder para, en poco menos de una legislatura, regalarse el Patrimonio del Estado a s¨ª mismo y a su familia, tiene tan clara la soluci¨®n a la amenaza islamista como la oportunidad de comprar el club de f¨²tbol ingl¨¦s Liverpool con dinero de todos los tailandeses.
El presidente tailand¨¦s es casi una met¨¢fora de la tragedia de los dem¨®cratas en el sureste asi¨¢tico. Por un lado atacan unos fan¨¢ticos aliados a bandidos tornados en fan¨¢ticos. Los que debieran defenderlos desde el poder son pol¨ªticos y militares que, con excepciones, siguen fieles al bandidaje y desacreditan al Estado de derecho con la cleptoman¨ªa, la corrupci¨®n generalizada y la violaci¨®n de los derechos humanos.
Son aut¨¦nticas m¨¢quinas de generar enemigos al sistema democr¨¢tico. En todos los pa¨ªses de la regi¨®n es la falta de escr¨²pulos a la hora de enriquecerse y de deshacerse -por v¨ªas a veces muy expeditivas- de quien se oponga -o simplemente irrite-, la mayor debilidad de las muy imperfectas democracias cuando se presenta la necesidad, perentoria, de montar defensas contra un enemigo cuya honestidad se sobreentiende en su fanatismo.
La falta de integridad genera muchos flancos d¨¦biles que, dicen al menos en Bangkok, la historia demuestra que, por lo general, no acaban pagando los responsables.
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