Tragedia y t¨®picos para una reina

Pocas figuras hist¨®ricas de la Espa?a contempor¨¢nea han sido tan castigadas por los t¨®picos como la reina Isabel II. Un estereotipo de mujer casquivana, irascible, caprichosa y d¨¦bil se ha proyectado hasta nuestros d¨ªas como retrato, m¨¢s bien como caricatura, de la primera monarca plenamente constitucional de la historia de Espa?a. Valga un juego de palabras para afirmar que no es inocente, ni mucho menos, el t¨ªtulo que la profesora Isabel Burdiel ha elegido para su biograf¨ªa de la reina: Isabel II, no se puede reinar inocentemente. Condicionada por el hecho de ser mujer desde su cuna ("un heredero, aunque hembra" fue el comentario generalizado en la Corte cuando naci¨® la primog¨¦nita de Fernando VII); manipulada por su madre, la regente Mar¨ªa Cristina; instrumentalizada por pol¨ªticos liberales sin escr¨²pulos; obligada a un matrimonio de sinraz¨®n de Estado con un primo in¨²til como Francisco de As¨ªs Borb¨®n; y marcada por sus amantes, en especial por el general Serrano; el margen de maniobra de la reina para ejercer un papel de arbitraje en el convulso siglo XIX fue m¨¢s bien escaso por no decir casi nulo.

Pocas veces un monarca ha suscitado tanto entusiasmo popular como Isabel II, la ni?a bonita por la que se batieron en guerra los liberales isabelinos contra los carlistas tradicionales. Y en contadas ocasiones la desilusi¨®n ha impregnado tanto un periodo hist¨®rico como el que abarca desde el nacimiento de Isabel II en 1830 hasta la proclamaci¨®n de la Primera Rep¨²blica, La Gloriosa, en 1868. Desde su retiro en Par¨ªs, donde muri¨® en 1904, Isabel II se confes¨® con el novelista Benito P¨¦rez Gald¨®s en un testimonio estremecedor por la lucidez de una anciana. "Ha faltado tiempo, ha faltado espacio... Yo quiero, he querido siempre el bien del pueblo espa?ol. El querer lo tiene una en el coraz¨®n; ?pero el poder d¨®nde est¨¢? El no poder ?ha consistido en m¨ª o en los dem¨¢s? ?sta es mi duda".

En una palabra, Isabel II fue un ju-

guete en manos de las intrigas y as¨ª lo documenta Isabel Burdiel, experta en el liberalismo del siglo XIX y profesora de Historia Contempor¨¢nea en la Universidad de Valencia. Con nuevas aportaciones documentales, como la correspondencia y papeles de la regente Mar¨ªa Cristina, la autora combina sabiamente la azarosa trayectoria privada de la reina con los avatares pol¨ªticos, las an¨¦cdotas con las categor¨ªas en un relato hist¨®rico a la anglosajona. Estilo directo y frases cortas en una t¨¦cnica casi period¨ªstica, Burdiel consigue que la escritura se asemeje a un reportaje con pasajes magn¨ªficos como la narraci¨®n del famoso mot¨ªn de los sargentos de La Granja. Quiz¨¢ cabe reprocharle a la biograf¨ªa, que se detiene en 1854 a la espera de un segundo libro, una escasa apertura del foco hist¨®rico hacia la sociedad espa?ola de la ¨¦poca, a la vida cotidiana y a las inmensas transformaciones que se vivieron durante el reinado de Isabel II. De cualquier modo, Isabel Burdiel ha escrito una biograf¨ªa que, un siglo despu¨¦s de la muerte de la reina, se convierte en un libro atractivo e imprescindible para acercarse a un personaje clave del siglo XIX espa?ol.