El pa¨ªs de la vuelta a casa
Dice Jo?o de Melo en el pr¨®logo que los autores constituyen una segunda generaci¨®n de la contemporaneidad, ajena a la revoluci¨®n de abril, las dictaduras de Salazar y Caetano y las guerras coloniales; el tiempo que queda reflejado en estos relatos es, en efecto, el del retorno a un pa¨ªs en plena transformaci¨®n, donde el campo y la cultura urbana le disputan el protagonismo a la identidad nacional y a la legendaria sombra del imperio. J¨®venes y muy j¨®venes (muchos no han alcanzado la treintena) comparten la autor¨ªa de un volumen que, sin embargo, mantiene un alto nivel de calidad y aunque algunos textos han sido escritos para la antolog¨ªa, consigue dar una idea natural de lo que da de s¨ª la literatura portuguesa actual.
ALTA VELOCIDAD. NUEVA NARRATIVA PORTUGUESA
Traducci¨®n de Tamara Gil Somoza
y Karmele Seti¨¦n
Lengua de Trapo. Madrid, 2004
172 p¨¢ginas. 15,50 euros
Si Jos¨¦ Ri?o Direitinho (1965) se sumerge sin contemplaciones en el abismo de los atavismos rurales con su Amor en un aroma intenso a jazm¨ªn, Jos¨¦ Eduardo Agualusa (1960) hace confesar con elocuencia a uno de sus inmortales protagonistas: "El pasado me da v¨¦rtigo" y Pedro Rosa Mendes (1968) ejecuta en su excelente Mu?ecas alemanas una "descontextualizaci¨®n tropical" en Berl¨ªn que, con opuesto realismo, abunda en esta idea de exilios y regresos plurales a un pa¨ªs que, al menos en la literatura, existe. Junto a Filipa Melo (1972), que acaba de publicar en Seix Barral ?ste es mi cuerpo, In¨¦s Pedrosa (1962) y Mafalda Ivo Cruz, ¨¦stos son los autores de mayor proyecci¨®n internacional entre los seleccionados. Otros como Ana Teresa Pereira (1958) o Francisco Duarte Mangas (1960) est¨¢n respaldados por s¨®lidas trayectorias novel¨ªsticas y son muchos los que empiezan a ser traducidos a nuestra lengua. Los hay, sin embargo, con biograf¨ªas en las que la narrativa s¨®lo es una m¨¢s de las actividades con las que se enfrentan a la explicaci¨®n de su entorno (m¨²sicos, profesores, dramaturgos o periodistas) y ¨¦se es uno de los aciertos con los que Seti¨¦n ha sabido tomarle el pulso real a lo que se escribe en el Portugal de ahora.
Tan inevitable como estimulante es constatar que la huella de la obra de Lobo Antunes planea sobre buena parte de estos relatos en los que el humor y el aliento po¨¦tico funcionan como motores esenciales. En el caso de la lisboeta Ana Gusmao (1952), una de las m¨¢s s¨®lidas trayectorias de la literatura portuguesa, esta combinaci¨®n adquiere un amargo tono de homenaje a la gran novela europea, mientras Paulo Moreiras (1969) ofrece un recital de serenidad, en La conquista suprema, a costa de los fantasmas de la vieja sociedad. Jos¨¦ Luis Peixoto (1974) hace en La viuda junto al r¨ªo un formidable despliegue de talento dando voz a una mujer varada frente a la soledad: "Estoy sentada en la orilla de un r¨ªo y Dios est¨¢ sentado a mi lado". Despu¨¦s de tantos desencuentros entre ambas lenguas, importa especialmente destacar la traducci¨®n del volumen y la oportunidad que supone para descubrir ese pa¨ªs de la vuelta a casa o, mejor, para volver con estos cuentos a la casa de las palabras.
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