A prop¨®sito de la ineficiencia sanitaria

Resulta sorprendente a estas alturas que en una reciente entrevista al consejero de Sanidad, se?or Rambla, titulada La Sanidad no es eficiente y se podr¨ªa financiar mejor, ¨¦ste declare la necesidad de incrementar la financiaci¨®n de la Comunidad Valenciana. Esta declaraci¨®n no deja de ser parad¨®jica tras nueve a?os de gobierno de la actual administraci¨®n y m¨¢s a¨²n si se tiene en cuenta que nuestro consejero de Sanidad fue responsable de la Consejer¨ªa de Hacienda en la legislatura anterior, lo que le hace plenamente responsable de la mala situaci¨®n econ¨®mica y de eficiencia por la que atraviesa el departamento de Sanidad, como puede deducirse de las siguientes observaciones.

La Comunidad Valenciana es la m¨¢s endeudada con relaci¨®n al PIB, habiendo rebasado el nivel tolerable de deuda: 10,6% frente al 8% en Galicia, 7,3% en Andaluc¨ªa o 7,1% en Catalu?a. Y es tambi¨¦n la que m¨¢s tarde paga a sus proveedores sanitarios (608 d¨ªas de demora).

El presupuesto valenciano de sanidad para 2004 es inferior al de la media nacional en 60 euros por habitante/a?o; es 145 euros menor que el de Castilla-La Mancha; y 149 que el de Castilla y Le¨®n. Las diferencias son a¨²n mayores si lo comparamos con las comunidades de mayor gasto por habitante: la Generalitat destina 256 euros menos que Navarra, y el desfase alcanza los 333 euros en respecto a La Rioja todas las cantidades referidas a gasto por habitante y a?o.

Estas diferencias en el gasto por habitante junto a la deuda se?alada, repercuten negativamente en los recursos disponibles en nuestro territorio. Y no permiten cubrir adecuadamente algunas necesidades sanitarias de la poblaci¨®n. A ello se suma el descontrol en el gasto farmac¨¦utico: gastamos 39 euros m¨¢s -por habitante/a?o- que la media nacional y 42 m¨¢s que Andaluc¨ªa, a pesar de que esta ¨²ltima financia tambi¨¦n los f¨¢rmacos excluidos por el llamado medicamentazo llevado a cabo por el anterior gobierno central del PP.

Hay m¨¢s elementos que rompen la eficiencia. Como el gasto excesivo de los conciertos de resonancia magn¨¦tica con empresas privadas, que han registrado aumentos muy considerables. El de 2003 (30,5 millones) aument¨® un 22% el gasto del de 2002 (24,9 millones); que a su vez superaba en un 43% al concierto de 2001. Lo m¨¢s preocupante es que Sanidad sabe que el coste de esta t¨¦cnica es mayor en la empresa privada que el que supone en la p¨²blica para el mismo tipo de prestaci¨®n.

En ¨¢reas con notables insuficiencias, como la atenci¨®n sociosanitaria, el consejero hace una nueva declaraci¨®n de intenciones, que abarca incluso a la pr¨®xima legislatura. Pero la realidad, tozuda, nos muestra otra cosa: La poblaci¨®n valenciana mayor de 65 a?os crece de forma extraordinaria a?o tras a?o, mientras las camas de cr¨®nicos son las mismas que hace nueve a?os; no hay apenas geriatras; no existe ninguna estructura estable de coordinaci¨®n sociosanitaria, ni se ha puesto en marcha ning¨²n Plan Integral; y la derivaci¨®n de pacientes desde Sanidad a Servicios Sociales, sigue padeciendo las mismas dificultades de siempre. Una vez m¨¢s, como en los ¨²ltimos nueve a?os, la mejora en la atenci¨®n sociosanitaria de la consejer¨ªa se limita pues a las declaraciones que repiten peri¨®dicamente en sus discursos.

El Hospital de Alzira es otro de los temas estrella al que se alude en la entrevista. Sobre este asunto el consejero Rambla refiere el siguiente comentario: "Los habitantes del ¨¢rea est¨¢n razonablemente satisfechos, no cuesta m¨¢s atender a los habitantes de la Ribera y adem¨¢s introduce la competencia entre centros". Vayamos por partes: Los habitantes de la Ribera est¨¢n satisfechos, igual que lo est¨¢n los de la Costera, los de la Plana y en general los usuarios de los hospitales p¨²blicos valencianos, tal y como reflejan las diferentes encuestas de satisfacci¨®n. En cuanto a que no nos cuesta m¨¢s la asistencia en la Ribera que en otro hospital, podr¨ªamos constatarlo si hubiera transparencia, y la consejer¨ªa acabara con el apag¨®n informativo al que tiene sometido al hospital de Alzira.

S¨ª sabemos que la empresa que lo gestiona tiene p¨¦rdidas, y que ha exigido con insistencia a la consejer¨ªa revisiones de la financiaci¨®n acordada que finalmente han sido atendidas por ¨¦sta, rescatando la concesi¨®n otorgada para -mediante la privatizaci¨®n de la Atenci¨®n Primaria del ¨¢rea- elevar el canon per c¨¢pita de 225 a 379 euros, adem¨¢s de un regalo de 25,4 millones por lucro cesante. Tambi¨¦n sabemos que desde la consejer¨ªa se ha derivado actividad desde otras comarcas (partos, lista de espera banal) hacia este hospital para poder as¨ª financiarlo adicionalmente, y que, dentro de esa misma l¨®gica, los ciudadanos de otras ¨¢reas que solicitan consulta en ¨¦l tienen una mejor y m¨¢s r¨¢pida accesibilidad que los habitantes de la Ribera, ya que el hospital cobra de la consejer¨ªa lo que atiende de fuera del ¨¢rea. Con lo cual, no resulta tan evidente que el coste de este hospital sea menor que el de los de su misma categor¨ªa. Tambi¨¦n se afirma en la entrevista que sirve para introducir competencia. Quiz¨¢, lo que el consejero llama competencia deber¨ªa llamarse en realidad protecci¨®n del modelo Alzira.

Se?or Rambla: la tendencia actual pasa por la colaboraci¨®n entre centros y servicios con el objetivo de proporcionar a los pacientes una buena asistencia. Es decir, favorecer, mediante pol¨ªticas adecuadas, la colaboraci¨®n entre servicios hospitalarios y extra hospitalarios; entre hospitales de referencia y comarcales, evitando duplicidades diagn¨®sticas y proporcionando la terapia cient¨ªficamente apropiada, es el camino para mejorar realmente la eficiencia y la calidad asistencial. El problema, seguramente, es que nuestros responsables sanitarios tienen a¨²n como libro de cabecera los manuales utilizados por la se?ora Thatcher para desmantelar el Sistema de Salud brit¨¢nico.

Isidoro Rodr¨ªguez es presidente de la Asociaci¨®n Ciudadana para la Defensa y Promoci¨®n de la Salud del Pa¨ªs Valenciano (ACDESA-PV).