Misi¨®n de paz

El mayor cuerpo expedicionario latinoamericano desde la Segunda Guerra Mundial partir¨¢ pr¨®ximamente de varios pa¨ªses de la regi¨®n rumbo a Hait¨ª para participar en una Fuerza Multinacional de Paz bajo mandato de Naciones Unidas. El contingente -integrado por 6.700 militares y 1.600 polic¨ªas de Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile y Per¨²- tiene el desaf¨ªo de pacificar Hait¨ª despu¨¦s de la grave crisis que desemboc¨® el 29 de febrero en la expulsi¨®n del poder, con apoyo de los marines de Estados Unidos, del presidente Jean-Bertrand Aristide.

Los miembros del Mercosur -Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay-, m¨¢s Chile y Per¨², integrar¨¢n la fuerza si los respectivos Parlamentos dan la luz verde. El Gobierno espa?ol estudia la posibilidad de participar en la misi¨®n, tras la petici¨®n que hizo el presidente chileno, Ricardo Lagos, a Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero esta semana en Madrid.

Trescientos efectivos chilenos est¨¢n ya desplegados en Hait¨ª, a los que se a?adir¨¢n otros 290 en los pr¨®ximos d¨ªas. Brasil, que enviar¨¢ a 1.200 soldados, despedir¨¢ el martes pr¨®ximo a una avanzadilla de 150 hombres en una ceremonia presidida por el presidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva. El Congreso brasile?o aprob¨® el env¨ªo de tropas el pasado 19 de mayo.

La autoridad de la fuerza multinacional pasar¨¢ a depender de la Misi¨®n de Estabilizaci¨®n de Naciones Unidas en Hait¨ª a partir del 1 de junio, y los soldados latinoamericanos reemplazar¨¢n a los estadounidenses, franceses y canadienses. Las tropas se desplegar¨¢n por un periodo de seis meses, prorrogables por nuevos periodos.

Al mando del nuevo contingente estar¨¢ un general brasile?o, cuyo pa¨ªs aporta el mayor n¨²mero de soldados. Para el Gobierno de Lula da Silva, ¨¦sta es una oportunidad de consolidar el liderazgo de Brasil en la regi¨®n y de reforzar su candidatura para un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. El ministro de Asuntos Exteriores, Celso Amorim, subray¨® recientemente ante el Congreso de su pa¨ªs: "Si no ejercemos esta responsabilidad en nuestro continente, lo har¨¢n otros". El diputado argentino de Compromiso por el Cambio, Federico Pinedo, es m¨¢s expl¨ªcito: "Es hora de que los pa¨ªses latinoamericanos dirijan el proceso de democratizaci¨®n de un pa¨ªs hermano y no los norteamericanos, que son responsables de los desastres de Hait¨ª".

La operaci¨®n es un avance en el proceso de integraci¨®n regional, que por primera vez se da en el ¨¢mbito militar, seg¨²n la ministra de Defensa de Chile, Michelle Bachelet. Las tropas actuar¨¢n al amparo de la resoluci¨®n 1.542 del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada por unanimidad el 30 de abril, que se?ala que "la situaci¨®n de Hait¨ª sigue constituyendo una amenaza a la paz y la seguridad internacionales de la regi¨®n". Para pacificar el pa¨ªs y preparar la convocatoria de elecciones democr¨¢ticas antes de terminar 2005, la misi¨®n de la ONU tendr¨¢ que mantener la ley y el orden, lo que incluye la protecci¨®n de la poblaci¨®n, el respeto de los derechos humanos y el desarme de las milicias rebeldes.

La eventual participaci¨®n de los soldados de la fuerza multinacional en acciones de combate genera resistencias de algunos partidos de oposici¨®n. En Argentina, el Gobierno est¨¢ dispuesto a contribuir con 500 soldados, y el proyecto est¨¢ en pleno debate en el Congreso. ?ngel Rozas, l¨ªder de la opositora Uni¨®n C¨ªvica Radical (UCR), rechaza el env¨ªo pese a reconocer que la iniciativa se da en el marco de una resoluci¨®n de la ONU. "Mandar tropas despu¨¦s de utilizar la fuerza va en contra de la posici¨®n hist¨®rica de Argentina y de la UCR de no intervenci¨®n en terceros pa¨ªses, y de respetar la autodeterminaci¨®n de los pueblos", dice Rozas. Quienes se oponen a intervenir en Hait¨ª recuerdan lo ocurrido en Irak y la ca¨ªda del presidente Aristide, en la que Estados Unidos jug¨® un papel destacado al mandar tropas sin consultar a los pa¨ªses latinoamericanos. "Me alegro de que se haya ido. Hab¨ªa desgastado su aprobaci¨®n entre el pueblo haitiano", proclam¨® el vicepresidente norteamericano, Dick Cheney. Posteriormente, ante la magnitud de la crisis, EE UU pidi¨® a los amigos latinoamericanos, a trav¨¦s de la ONU, la participaci¨®n en una fuerza multinacional.