Jos¨¦ Ovejero recupera en sus nuevos relatos la aventura del viaje

"Viajar es como probarse varias vidas para ver cu¨¢l te queda bien", escribe a modo de p¨®rtico Jos¨¦ Ovejero (Madrid, 1958) en la nota que precede los relatos de su nuevo libro, Mujeres que viajan solas (Ediciones B).

Lejos de proponer "un libro hecho de postales", Ovejero ha aspirado a recuperar "la aventura del viaje" celebrando el asombro. Madagascar, Pakist¨¢n, Colombia, M¨¦xico y Cuba son algunos de los escenarios de estas historias que indagan en qu¨¦ sucede cuando el turista (las mujeres del t¨ªtulo, pero tambi¨¦n parejas y hombres solos) llega a destino y se encuentra con "violencia, miseria" y otras cosas fuera de programa.

"No es un libro que vayan a recomendar las agencias", brome¨® la escritora Cristina Morat¨® en la reciente presentaci¨®n madrile?a. "Jos¨¦ desmitifica en sus relatos la idea del viaje como para¨ªso y reivindica la intriga: la sensaci¨®n de que en un viaje puede pasar cualquier cosa", sostuvo.

Ganador en 1998 del primer premio Grandes Viajeros por China para hipocondriacos, en el cual narr¨® su itinerario personal de Nanjing a Kunming, Ovejero ha preferido la ficci¨®n en este caso: "Casi todos los relatos se basan en situaciones reales, pero la ficci¨®n, por su densidad, me ha permitido poner una lupa sobre ellas y reflejar la realidad recre¨¢ndola", afirm¨®.

El escritor adjudica el reciente auge de la literatura de viajes a causas diversas: "Los espa?oles viajamos m¨¢s y nos interesa leer sobre los lugares que queremos conocer. Adem¨¢s, los escritores nos hemos dado cuenta de algo que siempre supieron los autores anglosajones: escribir un libro de viajes no es s¨®lo narrar estampas o presentar lugares ex¨®ticos. Exige contar una buena historia y enganchar al lector".

"Turistas y no viajeros" caracterizan esta ¨¦poca en la cual, seg¨²n Ovejero, el "riesgo" es un plus. "Si me hubieran dado a elegir, yo habr¨ªa elegido ser Jack London", confes¨®. "Pero el mundo, aunque brutal, ya no es ese lugar salvaje que reflejaban las novelas del siglo XIX. Los viajeros ya no llevan rifle, sino tarjetas de cr¨¦dito y certificados de vacunaci¨®n".