El cambio que no llega
Puntual a su cita, el INE public¨® el pasado mi¨¦rcoles la contabilidad nacional del primer trimestre del a?o. No hubo sorpresas. Tal como hab¨ªa previsto el Banco de Espa?a semanas atr¨¢s, la tasa interanual del crecimiento del PIB se situ¨® en el 2,8%, una d¨¦cima m¨¢s que en el trimestre anterior. Sin embargo, la tasa trimestral (0,6% o 2,6% en t¨¦rminos anualizados) se mantiene pr¨¢cticamente estancada en los niveles de los tres trimestres anteriores, lo que indica que la aceleraci¨®n que se viene observando desde finales de 2002 (gr¨¢fico izquierdo) tiende a ralentizarse. Mientras, la recuperaci¨®n de las econom¨ªas de la UE empieza a coger fuerza, de forma que el diferencial de crecimiento con ellas va reduci¨¦ndose, aunque a¨²n se mantiene por encima de un punto porcentual. Es previsible que estas tendencias se mantengan en los pr¨®ximos trimestres, con lo que veremos que dicho diferencial, que se hab¨ªa ampliado transitoriamente durante 2003, tiende a su nivel tendencial situado en torno a 0,7 puntos porcentuales.
El crecimiento trimestral se mantiene casi estancado en los niveles de los tres trimestres anteriores
Las cifras contables recogen perfectamente las tendencias recientes de la econom¨ªa espa?ola que hemos ido comentando en esta columna en las ¨²ltimas semanas. El consumo de los hogares, lejos de moderarse, vuelve a repuntar (gr¨¢fico central), especialmente en los cap¨ªtulos de bienes duraderos y de servicios. Tambi¨¦n ha intensificado su fortaleza (?hasta cu¨¢ndo?) la inversi¨®n en vivienda, lo que compensa la debilidad transitoria, ligada a los ciclos electorales, de la obra civil. Aunque la contabilidad trimestral no ofrece datos de las rentas de los hogares, el crecimiento del gasto de ¨¦stos en consumo y vivienda sigue siendo m¨¢s elevado que el de sus rentas, lo que se traduce en un aumento del endeudamiento. Uno de los aspectos m¨¢s positivos es la nueva aceleraci¨®n de la inversi¨®n empresarial en equipos, tras la moderaci¨®n de la segunda mitad del pasado a?o, lo que confirma que los empresarios -quienes deben de tener m¨¢s claras las expectativas-, apuestan por la expansi¨®n. Todo ello conduce a un nuevo aceler¨®n de la demanda interna, que tira con fuerza de las importaciones. Por ello, y a pesar de que tambi¨¦n las exportaciones se recuperan, el sector exterior vuelve a empeorar, aumentando su contribuci¨®n negativa al crecimiento y el d¨¦ficit por cuenta corriente (expresi¨®n macroecon¨®mica del aumento del endeudamiento de los agentes econ¨®micos privados). La subida del precio del petr¨®leo podr¨ªa agravar m¨¢s este d¨¦ficit en lo que resta del a?o si dichos agentes no ajustan su gasto a la p¨¦rdida de renta real que supone dicho encarecimiento. En definitiva, el tren de la econom¨ªa espa?ola sigue rodando por una v¨ªa sin salida a medio y largo plazo.
Eso no quiere decir, sin embargo, que las perspectivas a corto plazo sean malas. Mientras sigan bajos los tipos de inter¨¦s, se mantendr¨¢ el ritmo del gasto de los hogares, al tiempo que las empresas y las nuevas administraciones p¨²blicas aumentan sus inversiones. El dinamismo del comercio internacional acelerar¨¢ las exportaciones y la actividad del sector industrial. El precio del petr¨®leo, si no se dispara por encima de los 40 d¨®lares / barril, puede frenar unas d¨¦cimas, pero no parar la recuperaci¨®n. Es decir -y sin que ello siente un precedente-, estoy de acuerdo con el vicepresidente econ¨®mico del Gobierno en que la econom¨ªa espa?ola puede crecer este a?o en torno al 3%. Pero, cuanto antes mejor, hay que cambiar las agujas para que el tren entre en una v¨ªa con m¨¢s recorrido a largo plazo.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (FUNCAS).
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