Cenas publicitarias
Adem¨¢s de ser un deporte la mar de higi¨¦nico, ayuda a conocer el entorno en que vivimos. El senderismo, de tanto arraigo en los pa¨ªses n¨®rdicos y centroeuropeos, va sentando sus reales entre nosotros sin prisas pero sin pausas. Aqu¨ª los centros excursionistas siempre desempe?aron un loable papel cultural, pero ha sido la moderna vida sedentaria la que ha empujado a muchos valencianos a gastar suela de bota o alpargata en su tiempo libre. Algunos, como el fil¨®logo castellonense Vicent Pitarch, se han convertido estos ¨²ltimos a?os en aut¨¦nticos ap¨®stoles del caminar. Hace apenas un par de semanas, y Pitarch estaba entre ellos y ellas, m¨¢s de mil caminantes recorrieron en una jornada la distancia que hay entre la costa de La Plana y el Penyagolosa, la cima se?era del Pa¨ªs Valenciano que visitara el Francesc Camps poco antes de ser elegido presidente auton¨®mico. Quienes subieron hace dos semanas a pie desde Castell¨®n lo hicieron por caminos, sendas, cauces normalmente secos o campo a trav¨¦s. Algo m¨¢s de cincuenta kil¨®metros de cerros pedregosos, verdes umbr¨ªas, abruptas laderas, estrechas quebradas y el cauce ancho, normalmente tambi¨¦n seco, de la Rambla de la Viuda, que los caminantes tuvieron que atravesar por improvisados puentes debido al caudal de sus aguas. Quienes subieron hace como quince d¨ªas cuentan que, este mayo, la geograf¨ªa de secano de las comarcas castellonenses era una gozada de verdor y humedades, de barrancos y arroyos con murmullo de agua. Esta primavera las nubes nos han rociado en vano estas tierras ¨¢ridas con mayor intensidad que en otras ocasiones. Ni banales son las actividades en torno al senderismo que organizan por aqu¨ª los de la pe?a Marat¨® i mitja.
Y en esas andaba uno al volante y al trabajo, mientras en el horizonte se divisaban otra vez nuevos y beneficiosos nubarrones negros: m¨¢s agua, menos salinizaci¨®n en los pozos costeros, recarga de acu¨ªferos, capas fre¨¢ticas a escasos metros de la tierra que pisamos, y viejos y olvidados manantiales que vuelven a brotar. Y en esas andaba uno a primeras horas de la ma?ana cuando las cu?as publicitarias, encargadas por el Gobierno valenciano, truncaron las im¨¢genes l¨ªquidas que evocaba la memoria. Agitaci¨®n y propaganda institucional a favor del Plan Hidrol¨®gico Nacional y, sobre todo, el trasvase de las aguas del Ebro. Unas cu?as maniqueas que hablaban de la maldad de las plantas que potabilizan el agua del mar; unas cu?as maniqueas que ven el progreso ¨²nicamente en la llegada de las aguas del Ebro; unas cu?as maniqueas que apenas aluden al poco aprovechamiento que aqu¨ª se hace de nuestros propios recursos h¨ªdricos; unas cu?as maniqueas que pasan por alto el que se bombee agua dulce al mar para desecar humedales costeros y poder construir, como sucede en Benic¨¤ssim y en otros puntos de nuestro litoral; unas cintas maniqueas que no explican por qu¨¦ no puede llenarse el pantano de Aren¨®s, por qu¨¦ no est¨¢n construidos ya algunos azudes en la Rambla o por qu¨¦ el Riu Millars vert¨ªa casi 900 millones de litros diarios de agua al mar durante las ¨²ltimas semanas.
Y unas maniqueas cu?as publicitarias con aire de propaganda institucional que pagamos todos los valencianos, y que no detallan, por ejemplo, que el proyecto l¨²dico-urban¨ªstico de Mundo Ilusi¨®n -seg¨²n c¨¢lculos universitarios de la gente entendida en hidrogeolog¨ªa- necesitar¨¢ s¨®lo en Cabanes y Oropesa la quinta parte del caudal del Ebro que hipot¨¦ticamente pueda llegar a las comarcas castellonenses. Am¨¦n.
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