"El Gobierno debe abrir un debate con cuestionarios en todos los centros"
Ocup¨® el cargo cuando el PSOE apenas llevaba dos legislaturas en el poder y lo deja ahora que los socialistas han vuelto al Gobierno. Tras 15 a?os como secretario general de la Federaci¨®n de Ense?anza de CC OO, Fernando Lezcano (Santa Coloma de Gramanet, 1958) abandon¨® la pasada semana el mundo educativo para ocupar la secretar¨ªa de comunicaci¨®n y portavoc¨ªa de la confereraci¨®n de este sindicato. En ese tiempo ha tratado -discutiendo unas veces y llegando a acuerdos otras- con nueve ministros de Educaci¨®n. Ha sido testigo de primera fila de la evoluci¨®n de la educaci¨®n espa?ola en los ¨²ltimos a?os, de las reformas y la forma de hacerlas, hasta llegar a la situaci¨®n actual.
Pregunta. ?Cu¨¢l ha sido la mejor etapa pol¨ªtica de la educaci¨®n espa?ola en la democracia?
"Hay una desconfianza de los profesores hacia las administraciones por la falta de apoyos"
"Los docentes no pueden atender las aulas en las condiciones en las que est¨¢n"
"Se debe mandar el mensaje de que los docentes tienen una gran responsabilidad social"
Respuesta. En la famosa huelga de 1988 estaba Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall como ministro de Educaci¨®n y ese primer momento fue el m¨¢s estimulante, a pesar de todas las disputas que tuvimos con ¨¦l. Unos a?os antes hab¨ªa llegado el PSOE al poder y esa etapa coincidi¨® con la canalizaci¨®n desde el Gobierno de muchas reivindicaciones que los movimientos progresistas hab¨ªan ido atesorando desde la clandestinidad, en los a?os setenta y en los inicios de la transici¨®n pol¨ªtica. Fue muy ilustrativo ver c¨®mo antes de preparar la reforma educativa -que luego, en 1990, ser¨ªa la Ley Org¨¢nica de Ordenaci¨®n General del Sistema Educativo (LOGSE)- se inici¨® una fase de experimentaci¨®n en algunos centros, se escribieron los llamados Libros Blancos sobre los temas esenciales a cambiar, uno de ellos escrito por Maravall.
P. ?C¨®mo recuerda las etapas de los ministros porteriores?
R. La etapa Javier Solana-Alfredo Rubalcaba brill¨® m¨¢s desde la perspectiva de la recuperaci¨®n del di¨¢logo y los acuerdos que intentan cerrar las heridas anteriores. Entonces negociamos la LOGSE, aunque no fuera satisfactoria totalmente, s¨ª hubo una voluntad pol¨ªtica de negociarla. A partir de Gustavo Su¨¢rez Pertierra se not¨® una p¨¦rdida de impulso pol¨ªtico de la educaci¨®n en el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez. Actuaba movido por la inercia y recapitula incluso en cuestiones como la reducci¨®n de la participaci¨®n en los centros y la elecci¨®n de los equipos directivos, que deben ser como los pol¨ªticos: grandes profesionales, pero elegidos democr¨¢ticamente.
Ya con el PP en el poder, la etapa de Esperanza Aguirre fue nefasta y prescindible, forma parte de la facci¨®n liberal de PP que defiende ideas que se dan de patadas con la funci¨®n social que tiene la educaci¨®n. Rajoy pas¨® r¨¢pidamente a apagar los fuegos que hab¨ªa prendido Aguirre y a cerrar el proceso de transferencias, aunque no se hiciesen suficientemente acolchonadas econ¨®micamente. Y finalmente, la ¨²ltima etapa, la de Pilar del Castillo, ha sido el cuatrienio negro, sin g¨¦nero de duda. Han sido cuatro a?os de desprecio al di¨¢logo con los que no compart¨ªan las tesis del Gobierno, de prepotencia y de recuperar lo m¨¢s rancio del sistema educativo.
P. Pero luego ha habido problemas en parte derivados de la aplicaci¨®n de las leyes socialistas. ?No se cometieron errores?
R. S¨ª, principalmente dos. Uno fue que no se dieran cuenta de que la etapa de experimentaci¨®n de la LOGSE no pod¨ªa llevar a conclusiones universales. Porque esa experimentaci¨®n de varios a?os se hizo en unas condiciones muy privilegiadas. Eran centros que quer¨ªan hacerlo, con un equipo docente muy dispuesto y sensibilizado. Y las conclusiones sacadas en ese contexto no necesariamente pod¨ªan ser extrapolables a todos los centros y todo el territorio nacional.
P. ?En qu¨¦ cuestiones concretas no eran extrapolables esas conclusiones?
R. Por ejemplo, en la receptividad del profesorado para poner en marcha la reforma por la incertidumbre y desorientaci¨®n que les pod¨ªa causar. Era previsible que tuvieran muchos una reacci¨®n conservadora. Otro error fue el tratamiento que se dio entonces al profesorado. Los docentes plantearon reivindicaciones muy justas, porque era conocido el nivel salarial de los docentes en comparaci¨®n con otros funcionarios y el nivel de inestabilidad de muchos. Y no era razonable que un Gobierno socialista no canalizase esas reivindicaciones con voluntad de llegar a un acuerdo. Fue muy cerrado.
Y entonces se produjo una especie de excisi¨®n entre el profesorado m¨¢s progresista, porque no entendieron la negativa negociar y tampoco c¨®mo coloc¨® el Gobierno la imagen social del docente, enfrent¨¢ndolo a las familias y al resto de la comunidad educativa. Estuvimos tres meses de huelga en 1988 y nunca se cont¨® con los profesores ni para los debates p¨²blicos ni en las negociaciones.
P. ?Parte de entonces la divisi¨®n que existe ahora dentro del profesorado?
R. En gran medida. No me refiero a la mayor¨ªa del profesorado, que es heterog¨¦nea. Pero desde entonces hay una brecha con los sectores progresistas, que son los m¨¢s din¨¢micos y los que pod¨ªan haber tirado para adelante de esa reforma. Quiz¨¢s no haya una fractura, pero s¨ª como desconfianza instalada respecto a las administraciones.
P. ?En la actualidad, cu¨¢les son los principales problemas del profesorado que deber¨ªa abordar el nuevo Gobierno?
R. Hay dos claves. Si el Gobierno les hace copart¨ªcipes del proceso de cambio, por un lado, y regulara su situaci¨®n profesional (aprobando un Estatuto de la Funci¨®n Docente
), por otro, con eso estar¨ªan mandando un importante mensaje a la sociedad: los docentes no son el pito del sereno, tienen una extraordinaria responsabilidad social. Adem¨¢s, se trata de medidas poco costosas, pero que cambiar¨ªan el clima.
P. ?Con qui¨¦nes tendr¨ªa que debatir el ministerio los cambios en la Ley de Calidad?
R. Con todas las organizaciones que canalizan la opini¨®n del profesorado, tanto los sindicatos como los colegios profesionales y los movimientos de renovaci¨®n pedag¨®gica. Adem¨¢s, el Gobierno deber¨ªa abrir un foro de debate sobre las principales pretensiones del Ministerio de Educaci¨®n mediante cuestiones con todos los centros educativos. El objetivo ser¨ªa que los equipos de los centros se re¨²nan y, a trav¨¦s de Internet, hagan llegar a sus respectivas comunidades aut¨®nomas las conclusiones a las que lleguen, y que ¨¦stas las remitan al ministerio.
P. ?Qu¨¦ modificar¨ªa usted de la Ley de Calidad?
R. Muchas cosas, empezando por la filosof¨ªa de fondo. Hay que situar a la escuela como compensadora de las desigualdades de partida para que todos los ni?os tengan las mismas oportunidades, situar al alumno como el centro de atenci¨®n y al profesor como un profesional altamente cualificado que debe sacar lo mejor de los ni?os. Y hay que hacer una educaci¨®n infantil claramente educativa y potenciar la primaria. Est¨¢ demostrado que cuanto antes se escolaricen los ni?os, m¨¢s posibilidades de ¨¦xito tienen. Y reforzar¨ªa el aprendizaje de t¨¦cnicas de estudio y la lectura.
P. ?Y en la secundaria?
R. Se debe hacer una gran apuesta por la atenci¨®n a la diversidad, potenciando la optatividad y todas las f¨®rmula que se han ensayado en este sentido. La LOGSE no resolv¨ªa bien esto ni se pusieron las medidas adecuadas. Y es rid¨ªculo pretender solucionar esto a golpe de itinerario.
P. Pero una encuesta reciente de Comisiones Obreras conclu¨ªa que buena parte de los docentes est¨¢ a favor de los itinerarios.
R. Lo que dicen los docentes en esa encuesta en primer lugar, con un apoyo muy mayoritario, es que se tiene que hacer una apuesta decidida por la atenci¨®n a la diversidad del alumnado. Lo que advierten los docentes es que no pueden atender las aulas en las condiciones en las que est¨¢n hoy, con tantos alumnos diversos y sin apoyos.
P. Pero los principales problemas en la ESO est¨¢n en las troncales, como Lengua y Matem¨¢ticas. ?Cu¨¢l ser¨ªa su modelo?
R. Los desdobles de clases, por ejemplo. Se ha experimentado y ya se sabe que funciona. No estamos inventando nada. No hay que separarles en clases por rendimiento, como hacen los itinerarios, sino partir en dos la clase en matem¨¢ticas, por ejemplo.
P. Los desdobles son caros.
R. Nadie que quiera mejorar la calidad del sistema puede zafarse de invertir m¨¢s recursos. La Ley de Calidad era falsa del derecho y del rev¨¦s. No hay nadie en su sano juicio que crea que no es necesario el esfuerzo, tanto para estudiar como para la vida. ?sa no es la discusi¨®n. Se trata de ver qu¨¦ esfuerzos hacemos todos, incluida la Administraci¨®n. Una nueva ley debe ir acompa?ada de los recursos necesarios. ?sa es la cuesti¨®n.
Un curso para el consenso
La educaci¨®n es la clave de cualquier proyecto social y desde todos los puntos de vista", dice Lezcano, ya metido en su nuevo papel en la Ejecutiva Confederal de CC OO. Lo explica as¨ª: "No se puede hablar de que se necesita un sistema productivo m¨¢s competitivo, m¨¢s insertado en los mercados mundiales, con m¨¢s valor a?adido, y tener una cohorte de profesionales que no est¨¦n suficientemente cualificados. No se puede abogar por una sociedad m¨¢s c¨ªvica, arm¨®nica, participativa y solidaria, y no invertir en educaci¨®n. Tampoco se puede pretender estar en pie de igualdad con los pa¨ªses m¨¢s din¨¢micos de la UE sin invertir en educaci¨®n".
El impulso del debate es uno de los temas a los que Lezcano da m¨¢s importancia. Fernando Lezcano. "Los ritmos pol¨ªticos condicionan, pero no pueden hacerlo hasta el extremo de llevar a hacer las cosas mal. No es razonable que el nuevo equipo de Educaci¨®n, que pretende hacer las cosas bien, caiga en los mismos errores que Pilar del Castillo. El debate de los cambios en la Ley de Calidad no puede durar s¨®lo hasta noviembre, como ha dicho el Gobierno. Se necesita por lo menos un curso acad¨¦mico para organizar un debate en condiciones. Y si se hace as¨ª, se conseguir¨¢ consenso, y eso agilizar¨¢ despu¨¦s la tramitaci¨®n parlamentaria".
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