El Club Med de Cadaqu¨¦s cierra y pretende vender su 'para¨ªso' natural al Estado

El para¨ªso natural baja la persiana por amenaza de derribo. La ciudad de vacaciones que el Club M¨¦diterran¨¦e tiene en un enclave costero privilegiado del Cap de Creus, en Cadaqu¨¦s (Alt Empord¨¤), no abrir¨¢ las puertas este verano, seg¨²n confirm¨® ayer el alcalde de la localidad, Joan Borrell. La decisi¨®n de la empresa francesa, comunicada ayer por su representante en Espa?a, ha sido forzada por la amenaza de derribo que pesa sobre una parte de sus instalaciones y pone una vez m¨¢s sobre la mesa la negociaci¨®n para una compra por parte de alguna instituci¨®n del Estado.

Borrell reclama celeridad a la Generalitat y al Gobierno central para que las 200 hect¨¢reas situadas en pleno coraz¨®n del parque natural del Cap de Creus y propiedad de la empresa de vacaciones francesa pasen a engrosar la reserva integral de la zona.

El Ministerio de Medio Ambiente reconoci¨® a primeros del pasado mes de marzo que hab¨ªa reservado 1,2 millones de euros para sufragar las obras de derribo de edificaciones situadas en la zona mar¨ªtimo-terrestre del complejo por ser incompatibles con el entorno natural protegido. La posibilidad de que esta operaci¨®n pudiera alterar la buc¨®lica estancia de los veraneantes ha resultado determinante. Ante las dudas de la situaci¨®n, la oferta de la ciudad de vacaciones de la Costa Brava ya no hab¨ªa sido incluida en las publicaciones promocionales del Club Med para este verano.

El alcalde de Cadaqu¨¦s explic¨® ayer que su mayor preocupaci¨®n es la degradaci¨®n que pueda sufrir la zona por falta de vigilancia y mantenimiento. Se trata de unos 370 chalets de una planta y sus edificaciones anexas: dos restaurantes, bar, piscina, pistas de deportes, discoteca e incluso un peque?o anfiteatro. "Adem¨¢s de la r¨¢pida acci¨®n corrosiva del salitre, tememos que el lugar pueda convertirse en una zona incontrolada de campistas", explica Borrell. La empresa ha comunicado al consistorio que durante el verano varios trabajadores se encargar¨¢n del mantenimiento del complejo.

Borrell tiene previsto reunirse esta misma semana en Madrid con representantes del Ministerio de Medio Ambiente y, despu¨¦s, tambi¨¦n con miembros del Departamento de Medio Ambiente de la Generalitat. El objetivo del alcalde es "aprovechar el momento" y que ambas partes "se sienten a negociar en serio".

Grandes diferencias

Durante la negociaci¨®n mantenida hace m¨¢s de dos a?os salieron a la luz cantidades que evidenciaban una enorme distancia entre las demandas del Club Med y la oferta del Ministerio de Medio Ambiente. Mientras que el Estado no llegaba a ofrecer cuatro millones de euros por la compra, los representantes del Club M¨¦diterran¨¦e exig¨ªan el doble de esta cantidad por la venta. Borrell afirma que los representantes del Club M¨¦diterran¨¦e han insinuado la posibilidad de vender sus terrenos a un particular si no fructifican las negociaciones con las administraciones.

El consistorio de Cadaqu¨¦s es partidario, en caso de que prospere la compra institucional, de derribar todos los chalets y mantener ¨²nicamente una parte del muelle de Cala Culip como refugio de pescadores. Tambi¨¦n considera interesante conservar alguna edificaci¨®n fuera del dominio mar¨ªtimo-terrestre para adaptarla a las funciones de albergue de juventud.

El Club M¨¦diterran¨¦e abri¨® sus puertas en Cadaqu¨¦s ya en el a?o 1962. El fundamento de estas ciudades de vacaciones, que llegan al centenar en enclaves naturales privilegiados repartidos por todo el mundo, se basa en la combinaci¨®n de vida natural, actividades l¨²dicas y deporte. Reciben muchas cr¨ªticas por su autosuficiencia y su configuraci¨®n de total aislamiento del entorno social en el que se hallan enclavadas. El submarinismo era el principal atractivo que ofrec¨ªa la zona de Cadaqu¨¦s. A pesar de que el club de Cadaqu¨¦s hab¨ªa tenido siempre roces con las instituciones, principalmente a causa de la ocupaci¨®n exclusiva de un kil¨®metro de costa, la ciudad de vacaciones era consciente de tener plomo en el ala desde la declaraci¨®n de parque natural de todo su entorno.

Las negociaciones para su compra, que empezaron hace unos cinco a?os, nunca llegaron a buen puerto. Los futuros contactos parecen presentar mejores perspectivas para que las 200 hect¨¢reas pasen al Estado.