Pagar y mandar
"Yo no pago para que me insulten", dijo el incombustible l¨ªder de la caverna nacional, don Manuel Fraga Iribarne, hibernado para la eternidad en su refugio galaico. La hist¨®rica frase sali¨® de sus labios con motivo de una entrega de premios de teatro que se hab¨ªa programado en su territorio y, en cierta forma, bajo los auspicios de su Xunta: flu¨ªan los hilillos del Prestige y saltaba Irak en pedazos, y los artistas estaban en vena reivindicativa y pacifista, y don Manuel tem¨ªa, con todo el fundamento, que le montaran el cirio y le armaran la gresca. El ostensible fallo del razonamiento fraguiano estribaba en que ¨¦l no hab¨ªa contratado a los actores para que celebraran su cumplea?os o le alegrasen una fiesta familiar y, por lo tanto, no ten¨ªa que pagarles ni un solo euro de su bolsillo; el presunto copatrocinio de la gala ir¨ªa a cuenta, en todo caso, de la instituci¨®n gallega correspondiente.
Parece ser que fue Luis XIV de Francia, el astro rey, el que dijo por primera vez lo de "el Estado soy yo", sin que le faltara raz¨®n, pero quiz¨¢ sea Espa?a el pa¨ªs donde m¨¢s veces se ha formulado el aserto con diferentes giros como aquel de "la calle es m¨ªa", otra perla de la cosecha de don Manuel. La confusi¨®n entre lo p¨²blico y lo privado, entre el yo y las circunstancias, entre informaci¨®n y propaganda, entre Gobierno y Estado, tiene en la pol¨ªtica espa?ola una amplia tradici¨®n que ha llegado hasta nuestros d¨ªas revitalizada por los gobernantes del Partido Popular, y entre sus practicantes m¨¢s entusiastas y decididos ser¨ªa justo nombrar a la presidenta de la Comunidad de Madrid.
Con motivo del farisaico esc¨¢ndalo provocado por la escatol¨®gica obra teatral de su cu?ado en el C¨ªrculo de Bellas Artes, do?a Esperanza anunci¨® que pensaba replantearse las subvenciones a esta instituci¨®n cultural y art¨ªstica privada para que no vuelvan a insultarla en su casa que es la nuestra. La presidenta anunciaba tambi¨¦n afanes dirigistas sobre la programaci¨®n del C¨ªrculo, expresados en la intenci¨®n de financiar s¨®lo eventos con los que estuviera de acuerdo y que no hiriesen su fina sensibilidad. No era un gesto aislado. Este a?o, Telemadrid, ente aut¨®nomo que pastorea Aguirre con la vara en alto y el ojo avizor, renunci¨® a colaborar con la Feria del Libro de Madrid y amenaza con no hacerlo nunca m¨¢s, "mientras no se cuente con nuestra opini¨®n al dise?ar los ciclos de conferencias"; as¨ª rezaba la carta publicada el domingo pasado por este peri¨®dico y firmada por Manuel Soriano, director general y portavoz del organismo y de su due?a y se?ora.
No pagan para que les insulten, pero nos insultan cuando, adem¨¢s de no pagar, se descuelgan con bizantinismos y subterfugios como ¨¦stos, tambi¨¦n extra¨ªdos de la carta de Soriano: "Fue imposible garantizar que con dinero de los plurales contribuyentes se pudiera ofrecer una visi¨®n m¨¢s abierta de Europa y de los libros que la ya presentada como hecho consumado". Introducir el concepto de "el que paga, manda" en el entorno art¨ªstico y cultural es una pr¨¢ctica propia de Gobiernos autoritarios que tambi¨¦n ejercen, aunque, por lo general, de forma m¨¢s discreta y solapada, muchos Gobiernos democr¨¢ticos; pero la desfachatez de nuestros gobernantes auton¨®micos crece por minutos como un tumor maligno y destructor de la libertad de expresi¨®n y de informaci¨®n.
La Feria del Libro es percibida por los responsables de Telemadrid como un "nido de rojos" tendenciosos y subversivos, casi todos pacifistas, europe¨ªstas y antiamericanos primarios. Quiz¨¢ por eso, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar no ha querido presentar ni firmar en el recinto sus memorias pol¨ªticas y ha preferido iniciar una gira por grandes superficies y centros comerciales; al parecer con gran ¨¦xito, pues, seg¨²n informaban los peri¨®dicos canarios en un hipermercado de Las Palmas, el ex presidente lleg¨® a firmar 180 libros por hora en una agotadora jornada laboral.
Esperanza Aguirre, que fue ministra de Cultura (algo que todav¨ªa est¨¢ pendiente de explicaci¨®n por parte de alguien), se ha rodeado en su equipo de Gobierno de fieles y aguerridos soldados de su causa y de la cultura cristiana occidental como su ardorosa viceconsejera de Educaci¨®n. Para leer y contaminarse de malvadas teor¨ªas pacifistas y disgregadoras es mejor que los ni?os inmigrantes, gitanos y marginados no pisen las aulas y no perturben a los "espa?olitos estudiosos".
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