El 'efecto gaseosa' de la eurociudad
El proyecto para crear la conurbaci¨®n europea Bayona-San Sebasti¨¢n no consigue pasar de las ideas a las acciones concretas
El proyecto de la eurociudad vasca Bayona-San Sebasti¨¢n no ha traspasado todav¨ªa la frontera de la enso?aci¨®n. En ese trance permanece los ¨²ltimos 11 a?os. Ya ha pasado m¨¢s de una d¨¦cada desde que el 18 de enero de 1993 las m¨¢ximas autoridades de la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa y el distrito franc¨¦s Biarritz-Anglet-Bayona (BAB) suscribieran un acuerdo institucional en virtud del cual se compromet¨ªan a promover la cooperaci¨®n transfronteriza. Se trataba, en esencia, de algo tan sencillo como complicado de llevar a la pr¨¢ctica: "Transformar la realidad urbana que se extiende a lo largo de 50 kil¨®metros entre Bayona y San Sebasti¨¢n en una nueva ciudad europea de 600.000 habitantes".
Un plan a larga distancia cuya plasmaci¨®n concreta es a¨²n muy lejana. Todo sigue en fase de incubaci¨®n. La eurociudad vasca corre el riesgo de perder su propia credibilidad. "Hay que pasar de la fase metaf¨ªsica a la fase de los proyectos operativos", opina Fernando Tapia, diputado para las Relaciones Sociales e Institucionales de Guip¨²coa y cogerente de la Agencia Transfronteriza.
"Hay que reconceptualizar todo y cambiar la idea de transfronterizo por la de transeuropeo. Tiene que desaparecer el concepto de frontera, eliminar los esquemas r¨ªgidos que han separado dos realidades que cada vez se van pareciendo m¨¢s y tienen voluntad de cooperar", insiste. Pero en la pr¨¢ctica, m¨¢s all¨¢ de dos mentalidades distintas, dos modos de vida a¨²n encontrados, existen "dificultades estructurales", opina Tapia, que dificultan la tarea: "El tren se acaba en la muga; los aeropuertos [de Hondarribia y Biarritz] no est¨¢n coordinados; la congesti¨®n de las carreteras es preocupante; conviven dos puertos mar¨ªtimos que podr¨ªan compaginarse mejor..."
Los sistemas culturales son distintos, el desarrollo urban¨ªstico obedece a modelos claramente diferenciados, y la diferencia ling¨¹¨ªstica (excepto para quienes dominan el euskera) es otro elemento que ha contribuido a que ambas sociedades hayan vivido de espaldas durante mucho tiempo. Y tampoco los ¨¢mbitos competenciales son sim¨¦tricos. Demasiadas trabas para construir la eurociudad vascofrancesa.
Los impulsores del proyecto han agotado ya una d¨¦cada ideando esta ciudad imaginaria, poniendo todo el empe?o en prefigurar un territorio ideal, ejemplarizante en la nueva Uni¨®n Europea. El ex diputado general de Guip¨²zcoa Rom¨¢n Sudupe, uno de los principales valedores de la eurociudad, ha afirmado que ¨¦sta "no es pura fachada pol¨ªtica", ni tampoco un campo de experimentaci¨®n. A su juicio, desde la cooperaci¨®n transfronteriza "se puede aspirar a colocar la conurbaci¨®n Bayona-San Sebasti¨¢n en una posici¨®n competitiva en el sistema urbano europeo". Las instituciones vascas y francesas hicieron suyo el encargo lanzado por la Comisi¨®n Europea a las regiones fronterizas cuando les sugiri¨® que se convirtieran en el laboratorio de la construcci¨®n europea.
Con esa finalidad, la Agencia Transfronteriza, que act¨²a como motor del proyecto, y en la que tambi¨¦n figuran desde noviembre de 2001 los ayuntamientos de Ir¨²n, Hondarribia y Hendaya, se dot¨® hace cuatro a?os del Libro blanco de la Eurociudad, un ejercicio te¨®rico que esboza las l¨ªneas de actuaci¨®n y los ¨¢mbitos estrat¨¦gicos de cooperaci¨®n. Yendo a lo pr¨¢ctico, el manual propone crear en ambas sociedades un sentimiento de pertenencia a la eurociudad a trav¨¦s de la aplicaci¨®n de pol¨ªticas sectoriales (medio ambiente, cultura, infraestructuras, servicios sociales, turismo, deportes...) conjuntas.
Otra asignatura pendiente es la necesidad de la Agencia Transfronteriza de reforzar su "peso pol¨ªtico". En este sentido, Tapia juzga prioritario integrar en su seno al Consejo General de los Pirineos Atl¨¢nticos, la instituci¨®n homologable a la Diputaci¨®n guipuzcoana en el lado franc¨¦s. El diputado general, Joxe Joan Gonz¨¢lez de Txabarri, ha planteado recientemente esta posibilidad a su presidente, Jean-Jacques Laserre. En Guip¨²zcoa queda la sensaci¨®n de que en las instituciones galas ha cundido el des¨¢nimo y no est¨¢n tan implicadas en impulsar esta aventura.
El paso del tiempo ha ido desinflando el proyecto de eurociudad vasca Bayona-San Sebasti¨¢n, hasta convertirlo hoy en una metr¨®poli virtual sin ninguna plasmaci¨®n concreta.
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