El fantasma de la fuga de empresas
El principal problema de los espa?oles es el desempleo, acompa?ado del espectro de la deslocalizaci¨®n industrial
El desempleo es el principal problema de los espa?oles, seg¨²n el ¨²ltimo sondeo del Instituto Opina, un fen¨®meno que viene ahora acompa?ado del espectro de las deslocalizaciones. Los partidos se proponen en sus manifiestos electorales luchar por el pleno empleo.
La Euroc¨¢mara no puede impedir la deslocalizaci¨®n de empresas hacia entornos m¨¢s propicios a las cuentas de resultados, pero las instituciones europeas se han marcado como objetivo crear un entorno favorable a las empresas. No es tarea f¨¢cil, como pone de manifiesto la negativa de la Comisi¨®n a secundar las estrategias concebidas por algunos Gobiernos para contrarrestar las ventajas comparativas que explotan los nuevos Estados de la Uni¨®n.
Los pa¨ªses desarrollados no pueden competir con mano de obra barata
Espa?a es el caso m¨¢s dram¨¢tico, porque no tiene la solidez industrial de Alemania
Estas son las primeras euroelecciones en una Europa a Veinticinco, cuyos diez ¨²ltimos socios se han convertido en un im¨¢n para las inversiones de los Quince. Frente a las inversiones en mercados ex¨®ticos, los del centro y el este de Europa presentan la ventaja de lo conocido y previsible y de la corta distancia.
Alemania percibe esta cercan¨ªa como una oportunidad y una amenaza: para las empresas es una ocasi¨®n de reducir costes (los laborales pueden variar entre el 16% y el 53% entre los Quince y los Diez) al tiempo que el Gobierno de Gerhard Schr?der y los sindicatos lo ven como un azote para el empleo.
El caso es m¨¢s dram¨¢tico en Espa?a porque el pa¨ªs no goza de la solidez industrial del gigante alem¨¢n. Los pa¨ªses desarrollados no pueden competir con la mano de obra barata y han de hacerlo con tecnolog¨ªa, investigaci¨®n y valor a?adido. El conglomerado financiero e industrial de la Mondrag¨®n Corporaci¨®n Corporativa es el ejemplo, con sus planes de deslocalizaci¨®n de actividades simples y reserva para el interior de las de alto valor a?adido, capaces de mantener y crear empleo. La Mondrag¨®n Corporaci¨®n Corporativa es un grupo con tecnolog¨ªa propia, capaz de imponer su estrategia, frente a lo ocurrido con los traslados de Seat o Samsung a Eslovaquia, decididos fuera de nuestras fronteras.
Aunque se han hecho algunos intentos de evaluar e impacto de las deslocalizaciones en la Uni¨®n Europea, su alcance sigue siendo dif¨ªcil de cuantificar, si bien se habla de miles de millones de euros invertidos y en cientos de miles los puestos de trabajo en la cuerda floja.
Es un proceso imparable en un mundo globalizado, que, adem¨¢s, va acompa?ado de una acelerada automatizaci¨®n industrial, tan imprescindible para ganar competitividad destructora de empleo directo.
La Comisi¨®n Europea constata los costes sociales de la deslocalizaci¨®n, pero no se alarma por el fen¨®meno, que ve como consecuencia natural de procesos de ajuste en un mercado ¨²nico a escala continental que permite mantener en la Uni¨®n Europea producciones que, en caso contrario, se habr¨ªan transferido a Asia. As¨ª, el conjunto de la Uni¨®n gana competitividad. Frente a terceros, "Europa sigue teniendo numerosos factores de atracci¨®n, que contribuyen a un entorno global favorable, como la calidad de la educaci¨®n y de las infraestructuras, los rendimientos de los servicios p¨²blicos o la calidad del di¨¢logo social", se?ala una reciente comunicaci¨®n del Ejecutivo comunitario.
Muchos aspectos de la actividad de las empresas son objeto de normativas, que Bruselas concibe como instrumentos para favorecer la competitividad, con la que mantener el liderazgo. "La competitividad de la industria comunitaria es asunto de todos", dice la Comisi¨®n. "El Consejo y el Parlamento deben procurar que las medidas resultantes del procedimiento legislativo no perjudiquen a la competitividad".
La agresividad de los pa¨ªses de la ampliaci¨®n para atraer inversiones tiene muy nerviosos a algunos de este lado. Berl¨ªn y Par¨ªs acaban de pedir a la Comisi¨®n que "presente cuanto antes propuestas concretas para lograr una armonizaci¨®n fiscal en el mundo de las empresas".
Ambos Gobiernos reclaman una banda de fluctuaci¨®n del impuesto de sociedades en los Veinticinco que ponga coto a la actual liberalidad en la que la mayor¨ªa de los nuevos socios no superan el 20% -en la Eslovaquia de Seat y Samsung es del 19%; en Estonia, del 0% si se reinvierten los beneficios-, mientras que entre los viejos Quince se llega hasta el 35%, como es el caso de Espa?a.
Bruselas se niega a abrir este atajo que reclaman los grandes por estimar deseable que haya libre competencia fiscal: as¨ª se permite a un pa¨ªs superar con pol¨ªticas fiscales desventajas como el estar en la periferia, tener deficientes infraestructuras o una mano de no cualificada.
Esa discrepancia de estrategias entre los distintos miembros de la Uni¨®n Europea garantiza que no habr¨¢ ning¨²n cambio de pol¨ªtica, porque el cambio s¨®lo puede obtenerse por unanimidad.
El canciller alem¨¢n clama contra lo que califica de dumping fiscal, pero desde la Comisi¨®n se ha se?alado que quienes aluden al dumping fiscal deber¨ªan tambi¨¦n hablar en contra del dumping social que suponen los bajos salarios.
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