Nicole Kidman vuelve a la comedia negra
'Las mujeres perfectas', dirigida por Frank Oz, parodia la inseguridad masculina
No son precisamente mujeres al borde de un ataque de nervios. Desconocen el estr¨¦s, los antidepresivos, las arrugas, el desamor, la infidelidad, el sobrepeso. Las f¨¦minas que pueblan la nueva pel¨ªcula de Frank Oz son mujeres perfectas teledirigidas con un mando a distancia por sus maridos. Excepto Nicole Kidman, paradigma de perfecci¨®n f¨ªsica y capacidad intelectual, que ayer deslumbr¨® con su presencia el Essex House Hotel de Nueva York, a donde acudi¨® junto a Glenn Close, Bette Midler y Faith Hill, sus compa?eras de reparto, para hablar de la pel¨ªcula Las mujeres perfectas, que en Espa?a se estrena el 6 de agosto. "Es muy dif¨ªcil cumplir con las expectativas de perfecci¨®n y yo creo que nunca he aspirado a ser as¨ª. La perfecci¨®n no la produce la felicidad, y eso es de lo que trata este filme. Lo que a m¨ª me atrae de las personas son precisamente sus puntos d¨¦biles. En realidad, yo soy una mujer insegura, que a¨²n no ha conseguido encontrar un equilibrio entre su vida familiar y profesional. Y ¨¦se creo que es un problema com¨²n a todas las mujeres de este siglo, otro de los puntos clave que toca esta pel¨ªcula", explic¨® ayer ante casi un centenar de periodistas.
En esta comedia negra, un remake del thriller que dirigi¨® en 1975 Bryan Forbes y que protagoniz¨® Katherine Ross, Kidman interpreta a Joanna Eberhart, una mujer imperfecta para los est¨¢ndares del opulento y empalagoso pueblo de Stepford, adonde se muda junto a su marido, Walter (Matthew Broderick), e hijos en busca de la felicidad emocional y hogare?a que su exitosa vida profesional le ha impedido tener.
Joanna, con inquietudes intelectuales y vitales de marcado acento neoyorquino (algo sobre lo que el gui¨®n de Paul Rudnick tambi¨¦n se encarga de ironizar), no consigue adaptarse a un lugar lleno de mujeres demasiado guapas, felices y vacuas, que visten de colores pastel y cuya ¨²nica preocupaci¨®n es ser amas de casa ejemplares y esposas sumisas. Joanna a¨²n no sabe que los maridos de ese opulento para¨ªso de perfecci¨®n, encabezados por Mike Wellington (Christopher Walken), se han encargado de robotizar a sus anta?o brillantes esposas y transformarlas en su ideal de mujer. Eso lo descubrir¨¢ cuando Walter intente transformarla tambi¨¦n a ella. Pero, mientras, compartir¨¢ su inadaptaci¨®n con otros dos neoyorquinos, un arquitecto gay y una afilada escritora, interpretados, respectivamente, por Roger Bart y Bette Midler. "Pero al final gana el amor porque esta pel¨ªcula es sobre la aceptaci¨®n de las imperfecciones del otro, y si hay verdadero amor las superas", explic¨® ayer Frank Oz, que particip¨® en otra rueda de prensa de s¨®lo hombres, junto a Matthew Broderick y Roger Bart. Los maridos de Las mujeres perfectas "son como adolescentes, as¨ª les ped¨ª que los interpretaran", confes¨® Oz, quien tuvo que repetir diversas escenas de la pel¨ªcula tras hacer varios test con p¨²blico "que no fueron del todo satisfactorios", se limit¨® a explicar ayer.
"En el filme, los hombres tienen miedo de las mujeres poderosas y por eso su ¨²nica manera de luchar contra ellas es hacerlas d¨¦biles", dice este director que ya hab¨ªa transformado en comedia otra pel¨ªcula que originariamente naci¨® como un thriller: La peque?a tienda de los horrores. En la realidad, las poderosas y exitosas damas que ayer se sentaron para hablar sobre la perfecci¨®n de las mujeres no reconocieron asustar a sus maridos o parejas, aunque, en palabras de Nicole Kidman, "el problema es que cuando tienes ¨¦xito tienes menos tiempo y no les puedes dedicar la suficiente atenci¨®n". Esta actriz, que act¨²a por primera vez en una comedia tras a?os de papeles dram¨¢ticos y a la que se ver¨¢ tambi¨¦n junto a Matthew Broderick en la versi¨®n cinematogr¨¢fica del premiado musical The producers, asegura que no se ve a s¨ª misma como una persona de ¨¦xito. "Simplemente, soy una persona que ama su trabajo y adora interpretar a mujeres fascinantes y complicadas".
Glenn Close, que acaba de cumplir su treinta aniversario en la profesi¨®n, y que en este filme interpreta a Claire, la esposa-madre perfecta a la que veneran el resto de las mujeres de Stepford, confes¨® lo mejor de su trabajo: "Interpretar a mujeres que aterrorizan a los hombres".
'Macizas botox' con energ¨ªa solar
Las habitantes de Stepford son rubias, con senos prominentes, cinturas de avispa, labios carnosos y cerebros vac¨ªos: la supuesta personificaci¨®n de los deseos ocultos de todo var¨®n, que sue?a con mujeres que obedezcan sus ¨®rdenes sin rechistar. ?Se trata de un deseo a¨²n vigente alimentado por el miedo que tienen los hombres al nuevo poder profesional y econ¨®mico que tienen las mujeres -como se describe en el filme-, o son las propias mujeres las que alimentan esos deseos, como apunta tambi¨¦n el giro final de la pel¨ªcula? A juzgar por la cantidad de dinero que las estadounidenses se gastaron en 2001 en mejorar su aspecto f¨ªsico (44.000 millones de d¨®lares en productos diet¨¦ticos y 70.000 millones en alg¨²n tratamiento quir¨²rgico de belleza), el prototipo f¨ªsico de esposas de Stepford est¨¢ m¨¢s vivo que nunca. "Los hombres y las mujeres parecen estar trabajando juntos para crear a la mujer perfecta del ma?ana. Una vez que la tecnolog¨ªa avance, habr¨¢ una maciza botox que funcionar¨¢ con energ¨ªa solar". As¨ª se expresaba recientemente el guionista del filme en The New York Times, una frase que ayer provoc¨® las carcajadas de las cuatro actrices presentes en la sala que, sin embargo, admitieron la presi¨®n que existe en la sociedad para convencer a las mujeres de que estar guapas las har¨¢ m¨¢s felices. "No es una conspiraci¨®n, pero lo parece", asegur¨® Bette Midler, que a?adi¨®: "Se juega con las inseguridades de la gente para que deseen y necesiten tener un determinado aspecto y as¨ª ganar dinero a costa de ellos. Yo creo que nunca hab¨ªa visto una ola de insatisfacci¨®n tan fuerte... y esa moda de reality shows sobre cirug¨ªa pl¨¢stica... ?Y la gente se sienta a verlos! Es un inmenso enga?o". Kidman asegur¨® no sentir la presi¨®n de tener que aparecer p¨²blicamente siempre guapa. "No hago ning¨²n esfuerzo", dijo. Glenn Close, en cambio, confes¨® que esa parte de su profesi¨®n "ha sido una tortura. Tener que estar siempre guapa es una pesadilla".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.