A vueltas con el mundo global
Han pasado cuatro a?os y medio desde que las calles de Seattle se convirtieron en el escenario de una batalla campal. El 30 de noviembre de 1999 la Organizaci¨®n Mundial del Comercio inaugur¨® la llamada Ronda del Milenio con ruido de sirenas y olor a gases lacrim¨®genos. Aquel d¨ªa, una alianza plural de manifestantes firm¨® la partida de nacimiento del Movimiento Altermundista. Desde entonces se ha publicado una cantidad apabullante de libros que denuncian la globalizaci¨®n y elogian a los grupos cr¨ªticos.
La mayor parte de esos libros tienen un car¨¢cter introductorio. Est¨¢n dirigidos a simpatizantes sin vinculaciones org¨¢nicas. Responden a un esquema recurrente: primero se detalla la preocupante situaci¨®n del mundo. Luego se identifica a los culpables, entre los que destacan las empresas trasnacionales, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organizaci¨®n Mundial del Comercio. Por ¨²ltimo, se presenta un breve inventario de los grupos de oposici¨®n al r¨¦gimen neoliberal. Aqu¨ª, seg¨²n las simpat¨ªas del autor, se privilegia a los m¨¢s combativos, como el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil, o a los m¨¢s pac¨ªficos, como aquellos de origen cristiano que exigen la condonaci¨®n de la deuda externa.
LOS NUEVOS AMOS DEL MUNDO
Jean Ziegler
Traducci¨®n de Eduardo Gonzalo
Destino. Barcelona, 2004
358 p¨¢ginas. 8 euros
Los nuevos amos del mundo, de Jean Ziegler, pertenece a esta categor¨ªa de libros introductorios. No es, desde luego, el primero ni ser¨¢ el ¨²ltimo. Su autor, profesor de universidad y comisionado de las Naciones Unidas, cuenta con un gran prestigio como comunicador. El libro resultar¨¢ interesante a quien se acerque al tema por primera vez y est¨¦ dispuesto a tolerar un nivel anal¨ªtico de grueso calibre. Frases como "quien muere de hambre es v¨ªctima de un asesinato" se sirven as¨ª, a secas, sin entrar a considerar las implicaciones morales de una afirmaci¨®n tan demag¨®gica. Poco provecho encontrar¨¢ el lector en afirmaciones como "los laboristas brit¨¢nicos y el SPD se convirtieron en partidos reaccionarios, buscando a toda costa la aprobaci¨®n de los se?ores del Imperio americano" si pretende comprender, por ejemplo, algo de lo que ocurre en Irak.
Estar¨ªa bien que, ahora que el movimiento se acerca al lustro de existencia, los autores que simpatizan con la causa empezaran a escribir sobre otras cuestiones. Como el futuro del propio movimiento ante sus problemas de legitimidad y de divisi¨®n interna. O el futuro de la protesta cuando los derechos civiles se recortan con la excusa de luchar contra el terrorismo.
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