Holanda vive con sordina la campa?a electoral

Si las campa?as electorales no son demasiado vistosas en Holanda, en las elecciones al Parlamento Europeo el color desaparece por completo. Con pocos m¨ªtines, los candidatos optan por visitar barrios deprimidos o acudir a debates televisivos y radiof¨®nicos y a numerosas tertulias. Una tradici¨®n que cuenta con un duro competidor: las gu¨ªas electorales a trav¨¦s de Internet. All¨ª, junto a la informaci¨®n sobre la posici¨®n de los diversos partidos, pueden rellenarse formularios sobre el futuro de la Uni¨®n Europea y de su Parlamento. Las preguntas oscilan entre el cl¨¢sico: "El Parlamento Europeo debe elegir al presidente de la Comisi¨®n Europea", al m¨¢s cercano: "Holanda debe ser m¨¢s abierta que el resto de la UE en su pol¨ªtica de asilo". El resultado del cuestionario es cotejado luego con los programas pol¨ªticos. El resultado le da al elector una idea del que mejor refleja sus intereses.

Entre las propuestas efectuadas dentro y fuera de Internet por los futuros europarlamentarios, hay varias llamadas de atenci¨®n sobre el papel de la UE en el extranjero. Kathalijne Buitenweg, de los Verdes (Groen Links), aboga por definirlo de una vez. Max van den Berg, su rival socialdem¨®crata (PvdA), lamenta la falta de suficientes pol¨ªticos holandeses de verdadero peso en Europa. Por su parte, Camile Eurlings, cristianodem¨®crata (CDA), se pregunta cu¨¢nta soberan¨ªa hay que ceder a escala europea para luchar contra el terrorismo. Las juventudes de su grupo, as¨ª como de los liberales (VVD), han tenido un problema urgente. El pasado mi¨¦rcoles suspendieron un debate ante las amenazas de grupos de extrema izquierda contrarios a la presencia del l¨ªder derechista Michiel Smit.

Aunque sin intervenir en esta campa?a, Bernard Bot, ministro holand¨¦s de Asuntos Exteriores y durante a?os el funcionario de mayor rango de su pa¨ªs en Bruselas, atribuye la indiferencia p¨²blica por el proyecto europeo a la p¨¦rdida de entusiasmo ciudadano en toda la Uni¨®n Europea.

La soluci¨®n ser¨ªa aplicar mayores dosis de democracia y menos intervencionismo. Algunos diarios, como el vespertino NRCHandelsblad, han tratado de animar el ambiente efectuando c¨¢lculos sobre la presencia de Holanda en el Parlamento Europeo. Hace cinco a?os, se?ala, los parlamentarios patrios apenas aparec¨ªan en los medios de comunicaci¨®n extranjeros. Ahora son mencionados una media de cuatro veces anuales.