Europa y EE UU entierran el cisma de Irak

La diplomacia de las tumbas ha funcionado. El presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, y el norteamericano, George W. Bush, enterraron ayer el cisma desatado por la guerra de Irak, que les separ¨® el a?o pasado, en las ceremonias celebradas por el 60? aniversario del desembarco de Normand¨ªa. Los dos coincidieron en reafirmar la vigencia del v¨ªnculo de la Alianza Atl¨¢ntica, un "elemento fundamental de nuestra seguridad colectiva", seg¨²n Chirac, que "sigue siendo necesario", en palabras de Bush. El presidente franc¨¦s s¨®lo representaba formalmente a su pa¨ªs, pero la reuni¨®n de 21 jefes de Estado y de Gobierno en torno a su persona tuvo el aire de una verdadera cumbre pol¨ªtica informal. De los actos surge un nuevo esp¨ªritu de consenso.

Es como si todos aceptaran ahora que la Administraci¨®n de Bush no se basta para arreglar la crisis de Irak y el gigantesco problema de Oriente Pr¨®ximo. Un l¨ªder como Chirac consigue hacerse respetar en la comunidad internacional, al precio de sostener -siquiera sea porque no hay m¨¢s remedio- a un presidente norteamericano, Bush, y a un primer ministro brit¨¢nico, Blair, en graves dificultades internas a causa de la impopularidad de su guerra iraqu¨ª. Anoche mismo se reanudaron en Nueva York las negociaciones para una nueva resoluci¨®n de la ONU sobre Irak, 24 horas despu¨¦s del encuentro entre Bush y Chirac en Par¨ªs.

Jacques Chirac reafirm¨® el domingo el papel de la ONU para promover los valores de los h¨¦roes del desembarco de Normand¨ªa, reiterando, impl¨ªcitamente, su rechazo al unilateralismo de EE UU. En el cementerio norteamericano, con Bush a su lado, dijo que "nuestros dos pa¨ªses han defendido lado a lado, en la fraternidad de la sangre vertida, una cierta idea del hombre, una cierta idea del mundo. Esta idea est¨¢ en el coraz¨®n de la Carta de la ONU".

Horas despu¨¦s, ante todos los jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Arromanches, fue m¨¢s expl¨ªcito a la hora de vincular los sacrificios de los soldados del desembarco con los esfuerzos por un nuevo orden internacional del presente. "Nada podr¨ªa impedir que se edifique un nuevo orden internacional, un orden fundado en el respeto de los hombres y del derecho, en la libertad, la justicia y la democracia; un orden del que la Carta de de la ONU todav¨ªa contin¨²a siendo el s¨ªmbolo y el garante".

Entre las cruces blancas de las 9.368 personas enterradas en el cementerio norteamericano de Normand¨ªa, el presidente franc¨¦s asegur¨® a Bush la amistad eterna entre Francia y EE UU. Sobre la playa de Omaha, donde hace 60 a?os murieron 2.500 soldados norteamericanos durante la primera jornada del D¨ªa D, el dirigente estadounidense garantiz¨® que su pa¨ªs volver¨ªa a hacer "lo mismo", si fuera necesario otro sacrificio de vidas como el del 6 de junio de 1944.

"Francia no olvidar¨¢ jam¨¢s lo que debe a EE UU", prometi¨® Chirac en el cementerio estadounidense. Horas m¨¢s tarde reiter¨® la deuda de Francia con Norteam¨¦rica, a la que calific¨® de "amiga de siempre" y extendi¨® ese reconocimiento "a todos sus aliados, gracias a los cuales Europa, al fin reunificada, vive en la paz, la libertad y la democracia". Este segundo discurso de Chirac se produjo en Arromanches, escenario ayer de la m¨¢s importante de las ceremonias conmemorativas frente a los restos del puente artificial montado por los brit¨¢nicos en 1944 para acelerar el desembarco de tropas y material. Chirac acentu¨® el car¨¢cter pol¨ªtico de su discurso. Aludi¨® ret¨®ricamente a "una cierta idea del hombre y una cierta idea del mundo", para asegurar que ambas est¨¢n en el coraz¨®n de la ONU, que es lo que le importaba resaltar. Bush no insisti¨® en la comparaci¨®n entre Irak y Normand¨ªa, profusamente utilizada en su pa¨ªs durante los d¨ªas precedentes, ni tampoco aludi¨® a Irak en p¨²blico.

En un discurso lleno de an¨¦cdotas sobre algunos de los soldados de 1944, Bush prefiri¨® detenerse en casos concretos de los soldados que vinieron a Normand¨ªa y record¨® datos como la p¨¦rdida del 91% de los efectivos de una de las unidades desembarcadas en la playa de Omaha hace 60 a?os. Su ¨²nica referencia a una ideolog¨ªa enemiga fue al fascismo. Lo hizo elogiando a los j¨®venes que se hab¨ªan enfrentado con ella y a los supervivientes de la carnicer¨ªa, presentes en el acto: "Ustedes lo hicieron", les dijo se?al¨¢ndoles con el dedo. Y los ancianos no pudieron resistir m¨¢s la emoci¨®n y se pusieron en pie para aplaudir al presidente de EE UU: evidentemente, Bush representa algo para ellos.

El 60? aniversario del desembarco ha permitido a Chirac una operaci¨®n diplom¨¢tica m¨¢s importante que la de Mitterrand hace 10 a?os. Adem¨¢s de atraer a la conmemoraci¨®n al presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, o al canciller federal alem¨¢n, Gerhard Schr?der, que nunca hab¨ªan participado en las conmemoraciones anteriores, el acto de ayer cont¨® con los presidentes de Grecia, Polonia, Eslovaquia y Chequia; y demostrando que, pese a todo, Francia conserva a todos sus aliados tradicionales de las guerras mundiales.

En todo este marco se echaba de menos a Espa?a. Los que tomaron parte en la contienda por la liberaci¨®n de Francia no merecieron menci¨®n alguna.