Sharon, segundo plan
El primer ministro israel¨ª, Ariel Sharon, consigui¨® ayer que su Gabinete aprobara por una mayor¨ªa de 14 a 7 un nuevo plan para la evacuaci¨®n de las 21 colonias de Gaza y alg¨²n emplazamiento en Cisjordania, con lo que pretende reanudar el camino iniciado hace unas semanas, que se vio interrumpido por un refer¨¦ndum en el que los militantes de su partido, el Likud, rechazaron frontalmente la propuesta. Ello no significa, sin embargo, que la evacuaci¨®n est¨¦ decidida, sino que comienza un via crucis de prueba y contraprueba que se demorar¨¢ muchos meses antes de que un solo colono levante sus reales, si es que llega a hacerlo.
El nuevo plan mantiene el repliegue inicial en cuatro fases, pero que ahora, una por una, deber¨¢n ser aprobadas de nuevo por el Gobierno, cuando se determine, "seg¨²n las circunstancias", como dice el documento, qu¨¦ colonias evacuar y en qu¨¦ plazo. Lo ¨²nico que, de momento, est¨¢ claro es que la cronolog¨ªa del plan, en todo o en parte, se anunciar¨¢ en marzo de 2005, y que, para que quede claro que nadie se ha comprometido a nada, el intercambio de cartas entre el presidente Bush y Sharon del 14 de abril pasado, por las que el l¨ªder norteamericano daba su aprobaci¨®n a la retirada y comprend¨ªa que Israel se anexionara, en contrapartida, partes de Cisjordania, pasar¨ªa a ser s¨®lo un anexo informativo que no obliga a nadie, en lugar de formar parte del propio plan. S¨®lo as¨ª el primer ministro consegu¨ªa que votaran a favor tres ministros d¨ªscolos, entre los que se cuenta el ex jefe de Gobierno, Benjamin Netanyahu, que nadie ignora que no para de moverle la silla al propio Sharon.
En realidad, lo que el l¨ªder israel¨ª ha conseguido es no tener que convocar elecciones anticipadas, parchear grietas profundas en su propio partido, y ganar -perder en lo que toca a los palestinos- el tiempo que sea necesario para hacer como que se mueve hacia la paz, aunque sin hacer ning¨²n esfuerzo ni sacrificio por alcanzarla. Lo ¨²nico concreto que puede que ocurra pr¨®ximamente es que se estudie el monto de la compensaci¨®n econ¨®mica a los presuntos y muy futuros desahuciados.
Todo ello se reducir¨ªa, si no fuera una realidad tr¨¢gicamente ensangrentada, a una comedia de las equivocaciones, en la que siempre pagan los mismos. As¨ª, si un primer plan fracasa porque Sharon admite que se lo tumbe su propio partido, aunque sepa que una clara mayor¨ªa del pa¨ªs lo aprueba, se idea otro que sea a¨²n m¨¢s lesivo para los aut¨®ctonos moradores de Cisjordania: los palestinos.
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