Encierros desesperados ante una situaci¨®n sin salida
Por m¨¢s que en ciertos momentos se haya podido acusar con raz¨®n a colectivos como Papeles para Todos de llevar a los inmigrantes a un callej¨®n sin salida, las movilizaciones iniciadas con los encierros del pasado s¨¢bado eran m¨¢s que previsibles. Dada la realidad de gran parte de los inmigrantes, con m¨¢s de 200.000 que, teniendo papeles, han quedado en situaci¨®n irregular por la incapacidad de la Administraci¨®n para renovarles los papeles, y ante una ley que impide legalizarse al mill¨®n que, estando empadronados y trabajando en Espa?a, jam¨¢s los han tenido, cualquier propuesta, por desesperada o inoportuna que sea desde el punto de vista pol¨ªtico, se convertir¨¢ en una esperanza para esas personas que viven sin derechos ni perspectivas de obtenerlos.
No hay peor ley que aquella que resulta inaplicable y no hay pol¨ªtica m¨¢s irresponsable que aquella que en nombre de una necesaria responsabilidad y sensatez multiplica el problema en lugar de resolverlo o armonizarlo. La situaci¨®n de los extranjeros se ha abordado en Espa?a con una demagogia sin igual. Se hizo una ley que convierte lo que deber¨ªa ser un proceso claro con unos requisitos factibles de regularizaci¨®n en un laberinto aleatorio que beneficia a las mafias y condena a muchos a la ilegalidad permanente, la explotaci¨®n y la inseguridad jur¨ªdica. El ¨²nico intento sensato y realista de afrontar el problema fue la ley org¨¢nica 4/2000 del ex ministro Manuel Pimentel, abortada por su propio partido. La ¨²ltima reforma, las leyes 11 y 14/2003, aprobadas tambi¨¦n con los votos del PSOE, consagran el reiteradamente fracasado sistema de cupos o cuotas, que establece que se debe solicitar y tramitar todo desde el pa¨ªs de origen. Este sistema, como han denunciado una y otra vez sindicatos y agrupaciones de empresarios, fracasa por lo dilatado del proceso burocr¨¢tico, la inoperancia de la Admistraci¨®n y la poca fiabilidad que genera contratar para nueve meses m¨¢s tarde a alguien que est¨¢ viviendo a miles de kil¨®metros. Esta ¨²ltima reforma de la legislaci¨®n implanta, adem¨¢s, barbaridades como la obligaci¨®n de las empresas de transporte de actuar de polic¨ªas de fronteras y hacerse cargo en situaci¨®n de detenidos y repatriar posteriormente a los irregulares que se les cuelen. As¨ª, cabe preguntarse: ?d¨®nde deben retener el conductor de autob¨²s o la empresa naviera a los que se les cuelan irregulares de Rumania o Marruecos hasta que ellos mismos los deportan?, ?en el maletero? ?Y tienen derecho estos retenidos a asistencia jur¨ªdica y h¨¢beas corpus?
M¨¢s del 90% de los extranjeros con papeles que hay en Espa?a o llegaron como ilegales y fueron regularizados en uno de los procesos extraordinarios, u obtuvieron papeles despu¨¦s, cuando se aplicaron los motivos humanitarios o de arraigo, o vinieron con papeles al ser reagrupados por un familiar que lleg¨® ilegalmente y despu¨¦s se regulariz¨®. El sistema de cupos siempre ha fracasado. Los inmigrantes llegaban como irregulares, se asentaban, obten¨ªan trabajo sin contrato y despu¨¦s, tras unos a?os de sufrimientos, si ten¨ªan suerte se regularizaban. Es cierto que ahora el Gobierno planteaba en el regalmento abrir ampliamente la puerta al llamado "r¨¦gimen general" y la regularizaci¨®n por motivos de "arraigo", pero eso no es m¨¢s que dar rango normativo a una nueva regularizaci¨®n general encubierta, para luego volver a cerrar la puerta. Nunca ha habido como ahora m¨¢s de 200.000 personas sin papeles en Catalu?a y un mill¨®n en Espa?a, adem¨¢s del desaguisado de los 200.000 que los han perdido por culpa de la Administraci¨®n. Es cierto que la Administraci¨®n catalana y la espa?ola buscaban soluciones factibles dentro del marco de la ley actual, pero las promesas de los pol¨ªticos y las instituciones no tienen por qu¨¦ convencer a la totalidad de los colectivos de inmigrantes.
Si la respuesta de la Administraci¨®n a los encierros en las iglesias o ciertas plazas de la ciudad es una campa?a de expulsiones, ese foro multicultural de personas sin derechos radicalizar¨¢ sus acciones y se manifestar¨¢ tal vez en otros emplazamientos m¨¢s medi¨¢ticos. Si las im¨¢genes de la polic¨ªa dentro de la catedral arrastrando a los inmigrantes han dado ya la vuelta al mundo, pueden surgir otras im¨¢genes nada agradables a los intereses pol¨ªticos y culturales de la ciudad. Los se?ores Rodr¨ªguez Zapatero, Maragall, Clos y Rangel tienen la palabra.
Xavier Rius-Sant es periodista.
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