Una eficiencia excepcional

El et¨ªope Bekele, tres veces bicampe¨®n del mundo en cross corto y largo con s¨®lo 21 a?os, no deja de causar asombro. En apenas 10 d¨ªas ha batido el r¨¦cord del mundo de 5.000 y 10.000 metros. Aunque todav¨ªa no se han realizado estudios con corredores et¨ªopes, podemos extrapolar lo que sabemos de los otros grandes fondistas del ?frica Oriental: los kenianos, que s¨ª han sido estudiados por prestigiosos cient¨ªficos escandinavos. Su consumo m¨¢ximo de ox¨ªgeno, algo as¨ª como la cilindrada o capacidad m¨¢xima del motor humano, suele ser muy alto (cerca de 80 mililitros por kilogramo de peso y minuto), pero no supera el de los mejores corredores europeos.

En cambio, los africanos tienen una econom¨ªa o eficiencia de carrera excepcional. Es decir, son capaces de correr muy r¨¢pido durante muchos minutos sin exprimir su motor al m¨¢ximo. Como el gasto energ¨¦tico de correr depende mucho del peso de las extremidades inferiores, la prodigiosa econom¨ªa de los africanos se debe en gran medida al hecho de que sus piernas suelen ser finas y ligeras. (Llama la atenci¨®n el escaso di¨¢metro de sus gemelos y tobillos).

Esta capacidad para correr muy r¨¢pido con bajo coste energ¨¦tico se traduce en una mejor distribuci¨®n de las reservas de energ¨ªa a lo largo de una prueba: a los africanos les queda todav¨ªa gasolina para acelerar el ritmo en las ¨²ltimos 1.000 ¨® 2.000 metros. En los dos ¨²ltimos r¨¦cords de 10.000 metros, el de Gebrselassie de 1998 y el reciente de Bekele, ¨¦stos hicieron el ¨²ltimo kil¨®metro unos 6 segundos m¨¢s r¨¢pido que en el resto. Un aceler¨®n nada desde?able cuando el cuerpo trabaja al l¨ªmite.

Otra caracter¨ªstica que distingue a los africanos es la alt¨ªsima intensidad de algunos de sus entrenamientos. Frente a los sofisticados sistemas europeos (con frecuentes pruebas de laboratorio y mediciones de lactato para ajustar los ritmos de entrenamiento), ellos proponen un axioma mucho m¨¢s sencillo: para que el cuerpo se sienta relativamente c¨®modo a ritmo de r¨¦cord del mundo, nada mejor que acostumbrarlo a correr a¨²n m¨¢s r¨¢pido. Por ejemplo, a base de dur¨ªsimos entrenamientos interv¨¢licos: repeticiones de 400 metros en menos de 1 minuto con escasa recuperaci¨®n entre serie y serie.

Alejandro Luc¨ªa es profesor de la Universidad Europea de Madrid.