Una historia de guerra y sangre
El castillo de Montju?c tiene una larga y sangrienta historia. Est¨¢ acreditada la existencia de una torre de vigilancia mar¨ªtima en el siglo XI. En 1640 se construy¨® un fuerte provisional con motivo de la Guerra dels Segadors. Tuvo su bautismo de fuego en 1641 en la denominada batalla de Montju?c y sali¨® victorioso: las fuerzas catalano-francesas, bajo el representante de Richelieu en Barcelona, rechazaron desde ¨¦l al ej¨¦rcito de Felipe IV, mandado por el marqu¨¦s de V¨¦lez, que atac¨® con desorden. En 1652, la plaza pas¨® a la corona y la ciudad perdi¨® su propiedad. Durante la Guerra de Sucesi¨®n protagoniz¨® varios episodios hasta que fue tomada por las tropas de Felipe V y destruida. En 1715 el ingeniero militar Juan Mart¨ªn Zeme?o dise?¨® la actual fortaleza, bajo la obvia influencia del gran Vauban, con su planta en estrella, revell¨ªn y hornabeque. El castillo vivi¨® la Guerra de la Independencia y fue tomado por las tropas de Napole¨®n. Desde el siglo XIX sirvi¨® de prisi¨®n y sus fosos y patios fueron lugares habituales de fusilamiento. ?stos fueron frecuentes durante la Guerra Civil y la posguerra. El pedagogo Francesc Ferrer i Gu¨¤rdia, en 1909, y Llu¨ªs Companys, en 1940, fueron fusilados all¨ª. Bombardear la ciudad desde el castillo ha sido toda una tradici¨®n: lo hicieron Espartero, Rodil y Prim. Al primero se le atribuye la mordacidad -achacada tambi¨¦n al presidente de la Rep¨²blica Manuel Aza?a, que la remontaba a Felipe V- de que "para gobernar Espa?a hay que bombardear Barcelona cada 50 a?os". El franquismo convirti¨® el lugar, adem¨¢s de en museo militar -con colecciones de inter¨¦s-, en altar de culto de sus ca¨ªdos y de exaltaci¨®n de su victoria (cosa que segu¨ªa siendo, escandalosamente, hasta hace poco). No es extra?o, pues, que la presencia del castillo haya sido tradicionalmente tenida por una amenaza y una humillaci¨®n por muchos barceloneses. Tomar al fin esa Bastilla de Montju?c y convertirla en una guinda de paz para la monta?a parece un hermoso acto de justicia hist¨®rica.
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