Comienza en San Sebasti¨¢n Manifesta 5, una radiograf¨ªa de la vanguardia art¨ªstica
Jeremy Deller abre la bienal, que exhibe hasta el 30 de septiembre obras de 56 creadores
El arte de vanguardia sale hoy de las grandes capitales europeas para instalarse en la periferia. Jeremy Deller, uno de los cuatro candidatos al Premio Turner, inaugura esta noche en San Sebasti¨¢n con un desfile popular la bienal de arte contempor¨¢neo Manifesta 5, que mostrar¨¢ hasta el 30 de septiembre en seis escenarios distintos de la ciudad y de Pasaia la obra de 56 artistas de una veintena de nacionalidades. Manifesta 5 refleja, a modo de radiograf¨ªa, que hoy cabe todo en el mundo de la creaci¨®n; desde pintura a instalaciones, v¨ªdeos, happenings o documentales de tintes pol¨ªticos.
Manifesta 5, coordinada por Lourdes Fern¨¢ndez y comisariada por Maximiliano Gioni y Marta Kuzma, se presenta como un espejo de lo que es el arte de hoy, abierto a todo, provocador, transgresor, pero tambi¨¦n muy alejado de los ciudadanos de a pie, que tratan de entender, muchas veces en vano, las propuestas de los artistas. Sobre todo si algunos de los creadores son de la opini¨®n de que el arte no hay que explicarlo. "Yo no quiero que la gente entienda mi obra", dec¨ªa ayer el belga Jan de Cock (Bruselas, 1976). "Simplemente, quiero que la vea y la sienta". El artista se apoder¨® hace dos meses de Ondartxo, un antiguo astillero de Pasaia, para levantar en su interior una gran construcci¨®n en madera que recrea el pasado industrial de esta zona.
La bienal, que cuenta con un presupuesto de 2.028.000 euros (1.350.000 aportados por el Ayuntamiento de San Sebasti¨¢n, la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa y el Gobierno vasco), ha servido para trasladar el arte a la periferia. Los voluntarios que trabajan en este evento lo repiten cada vez que pueden: "Es un lujo tener aqu¨ª creando a 56 artistas de pa¨ªses tan distintos". De Alemania, Eslovenia, Portugal, Irlanda, Estonia, Francia, Rusia, Grecia, Finlandia, Ucrania...
De hecho, el Museo San Telmo, ahora santuario de lo audiovisual, era ayer un hervidero de gente. Porque los artistas han arrastrado consigo a cr¨ªticos, galeristas y otros profesionales del sector, hasta superar el millar, y medios de comunicaci¨®n (m¨¢s de 400 acreditados), que ayer iniciaban su visita a las sedes de Manifesta (San Telmo, el Aquarium, el centro cultural Koldo Mitxelena y la Sala-Kubo del Kursaal, en San Sebasti¨¢n, y Casa Ciriza y Ondartxo, en Pasaia), guiados por la estrella fucsia de cinco puntas emblema de la bienal. Pudieron ver c¨®mo el portugu¨¦s Carlos Bunga destru¨ªa una casa de cart¨®n que ha construido para hablar de "lo ef¨ªmero de la vida", o c¨®mo Leopold Kessler sorprend¨ªa a los donostiarras desviando hacia la calle uno de los chorros de agua de la fuente de la plaza de Bilbao y grababa sus reacciones.
La bienal, que naci¨® como alternativa a Venecia, es un espacio donde todo cabe, donde el t¨¦rmino arte alcanza sus m¨¢ximas dimensiones. Arte es la salida multitudinaria en bicicleta ideada por Patrick Tuttofuoco, pero tambi¨¦n el documental de los realizadores israel¨ª y palestino Eyal Sivan y Michel Khleifi Route 181, que cuestiona las fronteras actuales del Estado de Israel a partir de la resoluci¨®n de la ONU de 1947, que nunca se cumpli¨® -la difusi¨®n de la cinta se limit¨® en el festival Cin¨¦ma du R¨¦el Francia a una sola proyecci¨®n por "problemas de orden p¨²blico"-. O los v¨ªdeos en los que el belga SVEN Augustijnen retrata a pacientes que padecen afasia, una enfermedad que afecta a la capacidad de habla.
Frente a estas propuestas, quiz¨¢ m¨¢s cercanas al gran p¨²blico, est¨¢n otras m¨¢s conceptuales. Los contrastes se hacen evidentes en Casa Ciriza, un antiguo almac¨¦n de pescado. All¨ª, en una sala cerrada, la italiana Micol Assa?l, por ejemplo, ha instalado una docena de motores encendidos, que generan humo y un olor pestilente. ?Qu¨¦ quiere transmitir y por qu¨¦ lo considera arte? No se sabe, porque ayer no quiso contestar. En el mismo espacio puede verse el trabajo de Iliya Chichkan, que recuerda los tiempos del socialismo ucranio con una triple proyecci¨®n sobre la historia oficial y la popular.
Manifesta 5 habla as¨ª de la memoria, del contraste entre lo urbano y lo burgu¨¦s, del potencial transgresor del arte, del compromiso con la sociedad o con la pura est¨¦tica. Se abre a todo, a la pintura y los dibujos a carboncillo del alem¨¢n Johannes Kahrs o a las fotograf¨ªas del ucranio Boris Mikhailov, de 62 a?os, el artista m¨¢s maduro de la bienal.
La cita arranca esta noche con un desfile organizado por el londinense Jeremy Deller, un artista muy cotizado en estos momentos, que tratar¨¢ de fusionar Manifesta con San Sebasti¨¢n. Ha contactado con distintas asociaciones de la ciudad, desde los surferos a la ONCE o un colectivo de esgrima para sorprender y meterse al p¨²blico en el bolsillo. Para que Manifesta, la primera iniciativa de un Centro de Cultura Contempor¨¢nea que se quiere levantar en San Sebasti¨¢n, no quede en una bienal para los profesionales del arte, sino que deje un poso en la ciudad. "Espero que quede una concepci¨®n m¨¢s abierta del arte contempor¨¢neo", dice Lourdes Fern¨¢ndez.
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