"?Tiene que entrar Valer¨®n!"
La vicepresidenta del Gobierno, Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, dice que Zapatero le coment¨® por tel¨¦fono que deb¨ªa salir el jugador canario
La vicepresidenta del Gobierno, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, confes¨® que en el descanso del partido de ayer llam¨® al presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, y ¨¦ste la consol¨® en su desaz¨®n. "Me dijo que no me preocupara, que ¨ªbamos a ganar", cont¨® De la Vega; "pero que ten¨ªa que entrar Valer¨®n. ?Tiene que entrar Valer¨®n!".
De La Moncloa al litoral portugu¨¦s, pasando por las gradas del estadio del Algarve, el reclamo de Valer¨®n, apodado Flaco por sus compa?eros, fue c¨®smico. Falta saber qu¨¦ opin¨® al respecto el l¨ªder del PP, Mariano Rajoy, trasladado al Algarve para ver el partido, pero es de suponer que ayer Valer¨®n unific¨® todos los criterios. Incluso el del seleccionador, I?aki S¨¢ez. "El cambio de Valer¨®n siempre nos ha dado resultado", dijo. "Hemos tenido la suerte de que ha marcado nada m¨¢s salir al campo. ?ste es un asunto bastante preparado. Luego sali¨® Torres para plantear el partido a la contra. Para el que no ha vivido el f¨²tbol desde dentro puede parecer que Torres sale y con su velocidad cambia el partido. Pero son conceptos de equipo, de colectivo. Sabemos cu¨¢ndo hay que emplear a cada jugador y el secreto es poner a cada uno en el momento justo".
Tan justo fue el momento para Valer¨®n que entr¨® y en el primer bal¨®n que toc¨® meti¨® un gol. "La verdad es que me he sentido un poquito como en casa, con toda la gente", dijo el canario, en relaci¨®n a la mayor¨ªa espa?ola en el Algarve; "por suerte me han salido las cosas bien. Pero aqu¨ª el fuerte es el equipo".
"Este partido nos da moral, confianza", continu¨® Valer¨®n. Modesto hasta la exasperaci¨®n, termin¨® el partido consolando a rusos desplomados en el c¨¦sped como si les pidiera perd¨®n. Con su gol, Espa?a ganaba el primer partido de la Eurocopa, algo que no lograba desde 1988. Pero ah¨ª se le vio acariciando a Mostovoi, dando palmadas a Bulykin y abrazando a Smertin. El astro ruso Dimitri Sychev lo interrumpi¨® para pedirle la camiseta, pero ¨¦l no se la pudo dar. Quer¨ªa dedic¨¢rsela a su hermano, que estaba en la grada.
Hacia un lateral se fue tras el partido Valer¨®n para buscar a su hermano. El autor del gol fue el m¨¢s solicitado por los medios de comunicaci¨®n. Tranquilo, en la misma puerta del vestuario, reflexionaba sobre lo ocurrido: "Era muy importante ganar el partido, que ha sido muy trabajado. Son tres puntos important¨ªsimos. El primer bal¨®n que toqu¨¦ fue gol. Pero es el equipo el que ha hecho un trabajo incre¨ªble. La primera media hora ha sido espectacular. Luego bajamos el ritmo y ellos se crecieron. Pero, al final, se hizo justicia".
Pese al juego desplegado, el gol tard¨®. Tuvieron que pasar 59 minutos hasta que lleg¨®. Y tuvo que ser Valer¨®n, un suplente, quien lo consiguiera: "Pero eso no es lo importante", declaraba con timidez; "siempre hemos controlado el partido y estaba claro que el gol iba a caer. ?Euforia? No. Tenemos que mantener la calma porque a¨²n no hemos hecho nada".
Feliz como estaba, Valer¨®n s¨®lo torci¨® el gesto cuando se le coment¨® que quiz¨¢ el gol conseguido pudiera abrirle las puertas de la titularidad. "Eso no importa", dec¨ªa con rotundidad; "lo que cuenta es el apoyo que la gente le d¨¦ al equipo, no que ahora se abra un debate sobre qui¨¦n debe o no jugar. En ese terreno, los medios de comunicaci¨®n deben ayudarnos".
Si Valer¨®n fue el hombre del partido por su gol, Vicente lo fue por su juego. El valencianista, que acab¨® exhausto, fue declarado el mejor jugador del partido. "El equipo ha sufrido mucho, sobre todo al principio", subrayaba antes de entrar en los vestuarios; "pero con el gol de Valer¨®n se calmaron los ¨¢nimos. Aun as¨ª, en los ¨²ltimos instantes sufrimos m¨¢s de la cuenta".
Fue aquel el colof¨®n a un encuentro que se complic¨® m¨¢s de la cuenta y que en su inicio vivi¨® una escena de alto valor emotivo, cuando los jugadores espa?oles saltaton al c¨¦sped y oyeron el himno acompa?ados de alumnos del instituto de Santa Eugenia, una de las poblaciones de Madrid que fueron golpeadas por los atentados terroristas del 11-M.
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