Batacazo de la quinta de Figo
Portugal pierde en el arranque del torneo ante Grecia, un rival muy inc¨®modo cuando se pone por delante
Ya sabe Espa?a la medicina que le espera ante Grecia. Ya lo sab¨ªa desde la fase de clasificaci¨®n, pero ayer acumul¨® m¨¢s pruebas: el griego es un equipo estomagante cuando se pone por delante en el marcador, muy encerrado atr¨¢s, muy disciplinado, muy tenaz en la destrucci¨®n. Un pe?azo. Lo advirti¨® enseguida Portugal, que pareci¨® desgastada al poco de empezar. Nunca sali¨® de ese laberinto heleno preparado por Rehhagel. Es la sensaci¨®n de impotencia que transmiten quienes han sido los mejores jugadores portugueses de los ¨²ltimos 10 a?os, Figo y Rui Costa, incapaces de impregnar a su equipo de la frescura de anta?o. A sus 31 a?os, Figo parece un le¨®n herido al que abandonan poco a poco las fuerzas. Irremediablemente. Se implic¨® como siempre, dio la cara, pero se empe?¨® en buscar una soluci¨®n individual cuando su estado f¨ªsico ya no es el de hace unos a?os. En cuanto a Rui Costa, cualquier tiempo pasado fue mejor. Conserva la clase para lanzar un pase perfecto de 40 metros, pero su participaci¨®n en el juego es cada vez m¨¢s irrelevante. De Pauleta no hubo noticias. Tampoco de Costinha y Maniche, que fracasaron en la direcci¨®n. La reacci¨®n de Scolari fue dar paso a Deco y a Cristiano Ronaldo tras el descanso, por lo que el estadio Drag?o abrig¨® cierta esperanza de renovaci¨®n. Apenas la hubo porque en el arranque del segundo tiempo un certero contragolpe griego convirti¨® la remontada en tarea imposible ante un adversario tan ordenado. Mejor¨® Portugal con Cristiano Ronaldo y Deco, cierto, aunque no lo suficiente: entonces le falt¨® punter¨ªa, el eterno punto d¨¦bil del cuadro luso. O le lleg¨® demasiado tarde, que viene a suponer lo mismo.
Las figuras portuguesas de los ¨²ltimos 10 a?os no impregnan al equipo de la frescura de anta?o
Claro que por donde se desangr¨® el combinado de Scolari fue por su lateral izquierdo, Rui Jorge, que pas¨® una tarde calamitosa. Perdi¨® el bal¨®n que origin¨® el primer gol y, a partir de ah¨ª, el cuero se convirti¨® en su peor enemigo. Le pegaba mordido o lo perd¨ªa, invariablemente. Tampoco el portero Ricardo contribuy¨® a calmar a la anfitriona. El meta del Sporting de Lisboa, de 28 a?os, estaba en el punto de mira despu¨¦s de la exclusi¨®n de V¨ªtor Ba¨ªa. Y le pes¨®. Se trag¨® el tanto de Karagounis, lejano y sin demasiado potencia, si bien le bot¨® justo cuando iba a atajarlo.
Como quiera que el Inter de Mil¨¢n tiene jugadores en n¨®mina casi por vicio, algunos de ellos se pasan largas temporadas a la sombra. Sin ser vistos. Es el caso de Karagounis, que ayer estren¨® la Eurocopa 2004 con un disparo largo y raso que pondr¨ªa a la anfitriona contra las cuerdas. Jugador interesante Karagounis, de 27 a?os, de notable t¨¦cnica, que cabe seguir para el resto del campeonato. Tras el gol, corri¨® a uno de los fondos y se abraz¨® efusivamente a los cerca de 1.000 seguidores griegos recluidos en esa parte de la grada, que pasaron una tarde espl¨¦ndida.
Sorprendi¨® Rehhagel en la alineaci¨®n. Dej¨® fuera a los dos mandamases del vestuario, Tsartas y Nikolaidis, quiz¨¢s por la enemistad que estall¨® entre ellos en las ¨²ltimas semanas. Y le sali¨® de perlas. El gigant¨®n Charisteas le hizo mucho da?o a Portugal. El delantero del Werder Bremen sali¨® de su h¨¢bitat natural, el ¨¢rea, y se ubic¨® de interior derecho. Arranc¨® con potencia desde atr¨¢s y se incorpor¨® por sorpresa al ataque desde la segunda l¨ªnea. As¨ª mat¨® el partido cuando, en una cabalgada por la derecha, pas¨® en profundidad al lateral Seitaridis y ¨¦ste fue trabado por Cristiano Ronaldo, que acababa de entrar. Pec¨® de inexperto el joven extremo del Manchester United. El penalti lo envi¨® a la escuadra Basinas.
El p¨²blico empez¨® a silbarle a Rui Jorge, a un Figo cada vez m¨¢s cansado... mientras los griegos jaleaban con ol¨¦s los pases enlazados de sus jugadores. Cristiano Ronaldo se fue al extremo izquierdo y mostr¨® su amplia gama de quiebros. Desequilibr¨® como se espera de ¨¦l, pero sus centros con la izquierda se perdieron en la nada. Unas veces por mal dirigidos, otras porque nadie acud¨ªa a rematar. Portugal estaba desubicada. A Deco le cost¨® entrar en el partido y cuando lo hizo le dio mucha m¨¢s profundidad a su equipo. Fue cosido a faltas y puso en evidencia a Scolari por haberlo dejado en el banquillo. Pero nada sirvi¨® para impedir que esta Grecia a la que Rehhagel ha hinchado de autoestima ganara el primer partido de su historia en un gran torneo. D¨ªa grande para el f¨²tbol heleno.
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