Escaso p¨²blico y mucho entusiasmo en la calle de G¨¦nova

A pesar de las declaraciones del ex ministro del Interior ?ngel Acebes, que mostraba su alegr¨ªa por el apoyo de los espa?oles apenas cerrados los colegios electorales, ante la sede nacional del PP, en el centro de Madrid, no hab¨ªa anoche multitudes. La concurrencia no llegaba a treinta personas al cierre de los colegios, y rond¨® las 300 cuando los dirigentes del partido salieron a saludar al balc¨®n. Rodrigo Rato, ahora militante de base porque es director gerente del Fondo Monetario Internacional y el cargo es incompatible con cualquier funci¨®n pol¨ªtica, baj¨® a la calle para festejar con los afiliados y simpatizantes el resultado del PP.

El bochorno de la tarde es lo que, seg¨²n los primeros en llegar, hab¨ªa alejado a las masas populares de su lugar de reuni¨®n los d¨ªas de votaci¨®n. Como si quisiera conjurar la derrota que pronosticaban los sondeos, P¨ªo Garc¨ªa Escudero, presidente del PP en Madrid, sali¨® al balc¨®n de G¨¦nova, 13 a inspeccionar la tarima, por si la cosa sal¨ªa bien y hab¨ªa que salir a saludar. Debajo, el t¨¦cnico de un cadena de televisi¨®n se sorprend¨ªa por la poca afluencia de p¨²blico. "En las generales a esta hora la calle estaba llena de gente". Y remachaba: "Los del PP creen que van a perder y por eso no vienen".

"No hay que perder la fe"

Los primeros en llegar fueron Pablo, Jes¨²s y Dami¨¢n, los tres de 16 a?os, compa?eros de clase. "Por lo que dicen, vamos a perder", aseguraba Jes¨²s. "Pero lo que no hay que perder es la fe", terciaba Dami¨¢n. Cuando Marisa, de unos 50 a?os, ve¨ªa que los tres chavales ya ondeaban su bandera del PP acudi¨® corriendo con una amiga sacando la suya. "Vamos nena, con los chicos, que ya han desarbolao". Otra se?ora, Laura, a?ad¨ªa: "Ahora s¨ª, ya no hay excusas de atentados ni mano que mece la cuna".

Los pocos que asist¨ªan a la llegada de los dirigentes del PP les jaleaban con sus banderas, igual que respond¨ªan con ellas a los coches que pasaban soltando bocinazos de victoria. Hacia las 21.00 lleg¨® Alberto Ruiz-Gallard¨®n. Uno de los chicos le grit¨®: "?A ver si ganamos!"; el alcalde de Madrid, con cara seria, no le respondi¨®.

Cuando ya faltaba poco para que se hiciera p¨²blico el recuento de votos apareci¨® Esperanza Aguirre, y con ella lo m¨¢s cercano al entusiasmo entre los incondicionales. La presidenta de la Comunidad de Madrid les contagiaba su sonrisa y algunos se le acercaban para besarla ("?guapa!") y abrazarla ("?a por ellos!"). Entr¨® la presidenta en el edificio y uno de los congregados le dijo a su esposa: "Aunque no ganemos, da igual. Aqu¨ª hay que estar siempre".

Cuando Jaime Mayor, Mariano Rajoy y ?ngel Acebes salieron al balc¨®n cundi¨® el delirio. Rajoy dio las gracias a todos y prometi¨® "trabajar por Espa?a". No mencion¨® a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Pero la calle no olvida al ex presidente: "?Aznar, por siempre, ser¨¢s mi presidente!". Pero la gente tambi¨¦n tuvo un lema para Rajoy: "?Mariano, tranquilo, Espa?a est¨¢ contigo!".