Decepcionantes 'azzurri'
Dinamarca juega una primera parte notable y pone en un compromiso a una Italia tosca y desangelada
Las esperanzas de que el aperturismo que est¨¢ impulsando el Milan en el calcio hubiera llegado tambi¨¦n a la selecci¨®n italiana se desvanecieron ayer en Guimar?es. Italia fue, m¨¢s o menos, la de siempre, por muchos delanteros que plantara Giovanni Trapattoni. Presidido por su rigor defensivo de siempre, su juego result¨® tosco y desangelado, muy por debajo de sus excelentes futbolistas. Para que no hubiera dudas de su talante, Italia se defendi¨® con 11 en las jugadas en contra a bal¨®n parado. Sin extremos y con un lamentable Del Piero, que entona el adi¨®s a su carrera internacional, s¨®lo Totti permite pensar en algo grande para Italia. Otra cosa cabe prever de Dinamarca, que jug¨® una notable primera parte pese a disponer de unos recursos m¨¢s limitados. Domin¨® el encuentro hasta que se sinti¨® sofocada por el calor. Dio la impresi¨®n de quedarse deshidratada por las veces que acudieron sus jugadores al banquillo a beber. El partido fue intenso y con muchas llegadas por ambas partes. Las desbarataron dos grandes porteros. Ya se ha escrito todo sobre el italiano Buffon. M¨¢s desconocido es Sorensen, de 27 a?os, del Aston Vila, que detuvo varios disparos a bocajarro.
Jorgensen y Rommedahl fueron dos corrientes el¨¦ctricas lanzadas casi siempre por Tomasson
Ning¨²n buen aficionado deber¨ªa perderse un partido de Dinamarca, que proclama un canto a la belleza del f¨²tbol en cada campeonato. No importa que no cuente con grandes estrellas. Ni que se enfrente a la considerada mejor defensa del torneo, la italiana. Siempre juega al ataque, por los extremos, de frente. Ayer, el cuadro de Morten Olsen atac¨® hasta con seis hombres. Una marea roja. Dos por una banda, dos por la otra y dos por el centro. Fue una gozada. Todo, consecuencia de un trato sencillo a la pelota, lleno de naturalidad, respetando la memoria de Simonsen, Arnesen, Laudrup...
Jensen, volante del Murcia, se sac¨® un regate a lo Zidane (una especie de ruleta) y caus¨® unos bufidos de excitaci¨®n de los seguidores daneses y de los neutrales. No quer¨ªa ni un pelotazo Morten Olsen, que salt¨® como un resorte, desmintiendo las muchas canas de sus cejas y su cabeza, para advertir a sus jugadores de que eso est¨¢ prohibido para ellos.
Todo lo contrario sucede en Italia, que la emprendi¨® a golpes con el Roteiro como si el bal¨®n tuviera la culpa. El equipo de Trapattoni es un embudo. Todo se reduce a un buen pase interior de Totti a Vieri, que, eso s¨ª, siempre, en cada partido, se reserva un par de ellos. Tapado eso, no hay nada. No tiene ni laterales ni extremos capaces de progresar por los flancos. Panucci... ya se sabe: del centro del campo no pasa. Se lo proh¨ªben su deficiente t¨¦cnica y el sentido com¨²n. Zambrotta es un centrocampista defensivo reconvertido en lateral. Camoranesi no da la talla para ser internacional. Y Del Piero no tiene ya el cuerpo para que le hagan correr como interior izquierdo. Duele ver al jugador de la Juve en estas condiciones. Este gran talento ha llegado a los 29 a?os con pocas reservas. Y el f¨²tbol suele ser cruel en estos casos. Iniciada la segunda parte, la grada azzurra lanz¨® un runr¨²n de disgusto cada vez que Del Piero toc¨® la pelota. Y de liberaci¨®n cuando Trapattoni lo supli¨® por Cassano, el nuevo ¨ªdolo italiano, que ayer tampoco la toc¨®, tal vez impresionado por su estreno en un gran torneo.
Del Piero presenta un aspecto envejecido y ya se limita a derramar de vez en cuando alguna gota de calidad, como ese pase de tac¨®n a Zambrotta que facilit¨® que el lateral alcanzara la l¨ªnea de fondo. En cuanto a Vieri, con sus botas amarillas, en vez de pies parec¨ªa tener aletas. Lo mejor que hizo fue despejar en los c¨®rners en contra hasta que, en la segunda parte, ya s¨ª cabece¨® a gol para que Sorensen volviera a volar. Decepcionante la actuaci¨®n de Bobo, a la altura de su p¨¦sima temporada. El capit¨¢n, Cannavaro, pelo al cero para disimular su calvicie, se desga?itaba dando brazadas de atenci¨®n a sus compa?eros. Se dirig¨ªa a Vieri y le exig¨ªa que retrocediera, que no alargara tanto a su equipo.
Dinamarca fabrica extremos sin fin. Todos buenos. Ausente Gronkjaer por el fallecimiento de su madre, ayer se presentaron Jorgensen y Rommedahl, que tambi¨¦n son palabras mayores. Dos corrientes el¨¦ctricas lanzadas casi siempre por Tomasson, el m¨¢s brillante del cuadro. El de la cabeza m¨¢s despejada. Desde la segunda l¨ªnea, el delantero del Milan demostr¨® que es mucho m¨¢s que un oportunista. Sabe muy bien lo que hace con el bal¨®n: abrirlo a las bandas. Y sin ¨¦l: desmarcarse. Ayer, sin embargo, le fall¨® el acompa?ante, Ebbe Sand, que incumpli¨® sus funciones de ariete.
Otro que es inteligente pese a los chistes que corren sobre ¨¦l es Totti, que advirti¨® que deb¨ªa simplificar su juego. Lo hizo tras el descanso. Empez¨® a buscar con sus pases los espacios m¨¢s desprotegidos por los daneses. A tocar la pelota con su privilegiada t¨¦cnica. Italia mejor¨®. Tambi¨¦n los cambios le dieron energ¨ªa. No puede ser de otra manera si entra Gattuso, que corre hasta en el vestuario. Muy satisfechos acabaron los daneses, que saludaron a su p¨²blico. M¨¢s fr¨ªos los italianos, conscientes de que pueden ofrecer mucho m¨¢s.
![Henriksen despeja el bal¨®n en pugna con Vieri.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZYJJP473Q32PMP4R7Q453ZV2ZU.jpg?auth=feafafa3ca3d376b3ee86419e45ec8308da3696102e03c042fd7413282ea4bdc&width=414)
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