Es s¨®lo un partido
Jorge Luis Borges ya nos hab¨ªa advertido. Est¨¢bamos, si no me enga?o, en 1978, en la misma ¨¦poca que ahora. Pasiones id¨¦nticas a las de ahora incendiaban los corazones de los hinchas donde una selecci¨®n nacional alimentase esperanzas de victoria.
El hecho de que 11 jugadores argentinos / hayan ganado a 11 jugadores holandeses / no quiere decir que hayan ganado a Holanda. / Adem¨¢s, ?por qu¨¦ ganar a Holanda? / Yo no quiero vencer a Erasmo... coment¨® ¨¦l en tres frases lapidarias que yo, sin saber la raz¨®n, he retenido en mi memoria compuestas de esta forma, como si de un poema se tratase.
As¨ª, parafraseando al gran escritor: El hecho de que 11 jugadores griegos / hayan vencido a 11 jugadores portugueses / no quiere decir que hayan vencido a Portugal. / Adem¨¢s, ?para qu¨¦ vencer a Portugal? / Yo estoy convencido, S¨®focles no quiso vencer a Gil Vicente...
A continuaci¨®n han venido los 11 de Espa?a y los 11 de Rusia, despu¨¦s los croatas y los suizos. Sin que por ninguna mente en su perfecto juicio pasara la idea de disminuir a Tchekov ante Cervantes o pedir a Zelimir Brala (embajador croata en Lisboa, mejor conocedor de Cam?es y Pessoa que el 95% de los portugueses) que cuestionase a Herman Hesse por el mal comportamiento deportivo del jugador suizo expulsado.
Todo lo visto pertenece al sentido com¨²n. O deber¨ªa pertenecer. Los ¨²ltimos d¨ªas anunciaban la cat¨¢strofe. Una marea de nacional-patriotismo casposo amenazaba el pa¨ªs, transformando los campos de la Eurocopa en el altar de la patria y los jugadores de la selecci¨®n en sumos sacerdotes de un destino glorioso al alcance de media docena de goles.
La habitual excepci¨®n deportiva radiof¨®nica que, por una inexplicable complaciencia, dispensa a los reporteros del f¨²tbol del deber period¨ªstico de equidad parec¨ªa haber contaminado toda la cadena profesional. En la radio p¨²blica (escuch¨¦ mal o ?los reporteros locutores del especial del s¨¢bado por la ma?ana de Antena 1 estaban exultantes por vestirse con la camiseta de la selecci¨®n?) un periodista invitado se ha declarado desinteresado en procurar la necesaria distancia cr¨ªtica.
Esta presi¨®n de lo futbol¨ªsticamente correcto (?qu¨¦ otro motivo puede justificar tan sorprendente opci¨®n editorial?) ha llevado al Noticias Magazine a dedicar su portada y el tema principal a la "victoria" de Portugal en el campeonato.
La idea que se pretend¨ªa graciosa termin¨® en un cruel ejercicio de prospectiva negra en el primer choque con la realidad, el partido contra Grecia. Dos o tres ejemplos: Nuno Valente (que no ha jugado) "estuvo inmenso"; Rui Jorge (que ha jugado) "no hac¨ªa falta"; Fernando Couto (que dio las espaldas al remate victorioso de Karagounis) "estuvo siempre en la lucha"; Petit (que no ha jugado) "fue uno de los pocos totalistas de nuestra selecci¨®n"; Rui Costa (sustituido por desempe?o gris y falta de punter¨ªa) "ha sido el patr¨®n creativo" y "ha demostrado tener la punter¨ªa acertada".
La inesperada derrota frente a Grecia (justo vencedor) hac¨ªa prever el peor de los escenarios. Pero un r¨¢pido paseo por Lisboa demostr¨® que la mayor¨ªa de la poblaci¨®n no abraz¨® el mundo autista de sus gur¨²s medi¨¢ticos: las banderas (novedad paisaj¨ªstica nacional los ¨²ltimos d¨ªas) permanec¨ªan en m¨¢stiles improvisados, en los balcones y las ventanas.
Portugal no ha sido derrotada, s¨®lo ha sido derrotada su selecci¨®n de f¨²tbol, que todav¨ªa puede recuperarse si tiene ingenio, arte y la ayuda de los adversarios. Todos tan buenos como los griegos. Y algunos mejores.
Para quien dude, basta ver los Zidane y los Beckham del espectacular Francia-Inglaterra. Que no han necesitado convocar a Shakespeare y Racine, Churchill o De Gaulle para la prueba del estadio Da Luz.
Adelino G¨®mes es periodista del diario portugu¨¦s P¨²blico.
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