Cara y cruz de Ra¨²l

Ra¨²l fue elegido el mejor futbolista del partido. El madridista tuvo una actuaci¨®n capital hasta el ¨²ltimo tramo, cuando Charisteas se reivindic¨® tras haber estado todo el partido d¨¢ndole vueltas a los centrales y laterales espa?oles. El habitual plan de I?aki S¨¢ez no funcion¨®. El equipo tuvo la misma rutina que ante Rusia y los cambios no sirvieron esta vez para alterar la monoton¨ªa.

- Casillas. Charisteas le remat¨® desde muy cerca en el gol y la pelota le dio en un pie. El ariete control¨® el centro ante el portero y envi¨® el bal¨®n a la red entre el central (Helguera) y el lateral (Puyol) en una jugada mal defendida por todo el equipo espa?ol. Las acometidas de los griegos en los balones a¨¦reos le tuvieron siempre sobre aviso.

- Puyol. Impuso su f¨ªsico frente a Giannakopoulos, que dimiti¨® a la media parte. Protagoniz¨® un par de excelentes arrancadas por la banda y agit¨® el ataque con su br¨ªo. No pudo o no supo anticiparse a Charisteas en el gol despu¨¦s de que Helguera se comiera el centro.

- Marchena. Se agarr¨® un calent¨®n en el ¨¢rea griega nada m¨¢s empezar cuando Charisteas le sujetaba a la salida de un c¨®rner y desde entonces estuvo en la mayor¨ªa de los fregados del primer tiempo. Molesto como estaba ante la dureza rival, se gan¨® una tarjeta amarilla por una entrada a Karagounis que le impedir¨¢ disputar el pr¨®ximo partido.

- Helguera. Muy presionado y exigido, actu¨® con solvencia por alto y por bajo hasta la jugada del gol, en la que el centro desde la derecha le super¨® por alto. Los cambios de Grecia le complicaron la vida, al igual que a toda la defensa.

- Ra¨²l Bravo. Los puntas griegos le buscaron al principio como si fuera el punto d¨¦bil y se tom¨® la afrenta como una cuesti¨®n personal. A veces, se olvid¨® de las funciones de un lateral zurdo y se concentr¨® en el marcaje.

- Etxeberria. De la misma manera que no perdi¨® el papel de referencia en la banda derecha, lo que el equipo agradece, gener¨® muy poca actividad. Fue sustituido en el descanso.

- Albelda. Trabaj¨® sin parar frente al enjambre de abejas en que se convirtieron los griegos en la divisoria. Tap¨®, jug¨® en corto para no perder la pelota y se puso de pantalla de los centrales. Una tonter¨ªa con Karagounis estuvo a punto de costarle una tarjeta que le habr¨ªa impedido jugar el pr¨®ximo encuentro. No pudo auxiliar a Baraja en el intento de oxigenar al equipo desde la media cancha.

- Baraja. No pasa por su mejor momento y se abrum¨®. Le falt¨® una idea y una silla. No impuso el ritmo que m¨¢s conven¨ªa al equipo y tampoco tir¨® l¨ªneas de pase. Desde el medio centro no se generaron espacios y se entretuvo demasiado con la pelota debido a la presi¨®n griega.

- Vicente. Se top¨® con un lateral de palabras mayores. Seitaridis es r¨¢pido, duro y tapa bien los centros. A diferencia del partido contra Rusia, tendi¨® a recogerse hacia el centro para intentar armar el ¨²ltimo pase ante el ir y venir de Ra¨²l. No desbord¨® como acostumbra. A su favor jug¨® la valent¨ªa y reiteraci¨®n con la que encar¨® sin reparar en si pod¨ªa quedar en evidencia.

- Ra¨²l. Infatigable. Desde la media punta abri¨® el partido. Muy participativo, baj¨® hasta la l¨ªnea de los tres cuartos para recibir y tocar y se dio la vuelta hacia el marco rival con ventaja. Katsouranis le dio a menudo en los tobillos. Habilit¨® a Morientes en el gol del ariete con una maniobra preciosa por su astucia y toque ante la presencia de su marcador.

- Morientes. El gol le redimi¨® de una actuaci¨®n menor. Estuvo muy desconectado del equipo. Haberse incorporado m¨¢s tarde a la concentraci¨®n puede haberle afectado. Los centrales griegos no se vieron especialmente inquietados por ¨¦l.

- Joaqu¨ªn. Jug¨® por su cuenta y riesgo, empe?ado en abrirse paso por el flanco derecho sin reparar en cuantos defensas ten¨ªa enfrente ni cuantos delanteros iban al remate. Le puso un pase de gol en la cabeza a Ra¨²l. Oblig¨® a la defensa griega a abrirse y altern¨® las jugadas imaginativas con los errores infantiles.

- Valer¨®n. No pudo conectar el ¨²ltimo pase porque los griegos le encerraron en una jaula. En parejas o tr¨ªos, acud¨ªan los rivales a su encuentro para que no pudiera jugar y tuviera que abrir a las bandas.

- Fernando Torres. No toc¨® pr¨¢cticamente la pelota en los diez minutos que estuvo en el campo. Ni la recibi¨® ni conect¨® con ning¨²n centro.