Ideal sonoro

En el palacio de El Pardo se celebr¨® el martes la clausura del curso de la Escuela Superior de M¨²sica Reina Sof¨ªa y la entrega por la Reina a la pianista Alicia de Larrocha del Premio Yehudi Menuhin a la Integraci¨®n de la M¨²sica y las Artes, bien merecido tras m¨¢s de 70 a?os de ejercicio como int¨¦rprete y profesora.

En cierto modo, Paloma O'Shea contin¨²a en la historia la labor de la Academia Marshall, fundada por Enrique Granados y dirigida durante bastante tiempo por Alicia. Tom¨¢s Marco glos¨® la figura de la galardonada con palabras precisas y exactas a las que respondi¨® Larrocha con el estilo escueto que la caracteriza.

En su parlamento, Paloma O'Shea se refiri¨® sucintamente a los triunfos de "sus chicos" en el mundo, que forman ya una n¨®mina aleccionadora, as¨ª como a la labor de profesores de reciente incorporaci¨®n, como es el titular de la c¨¢tedra de Trompa, Radovan Vlatkovic; el director Rudolf Barshai, los grupos de c¨¢mara o la orquesta que mostr¨®, bajo la gu¨ªa del maestro ruso, unas calidades tan altas como cab¨ªa esperar del maestro y los j¨®venes instrumentistas, para renovar el reciente ¨¦xito de su actuaci¨®n en la Academia de Santa Cecilia de Roma.

Barshai posee muchas virtudes, pero la primera me parece decisiva y es la posesi¨®n de un "ideal sonoro" que transmite belleza a los instrumentistas y a cuantos los escuchan. Brav¨ªsima la interpretaci¨®n de la deliciosa obertura de Los esclavos felices, de Juan Cris¨®stomo de Arriaga, en su f¨¢cil y gr¨¢cil andadura, y emocionante la Sinfon¨ªa opus 110 de Shostak¨®vich, que no es sino una magistral traslaci¨®n llevada a cabo por Barshai del Cuarteto n¨²mero 8.