Izquierda verde
Doce mil millones no es nada. Porque esa cantidad, que es lo que se gastan los gobiernos del mundo en cuatro tanques o en una escuadra de aviones de guerra, es tambi¨¦n lo que costar¨ªa salvar los oc¨¦anos de nuestro planeta, creando una red de ¨¢reas marinas protegidas que equilibrara el ecosistema, librar del exterminio a numerosas especies y asegurase nuestro abastecimiento de cara al futuro. Qu¨¦ barato saldr¨ªa salvar los mares y asegurar nuestra propia subsistencia, pero cu¨¢nto les cuesta a los seres humanos dejar de ser los animales m¨¢s necios de la Tierra, los ¨²nicos que destruyen su propio h¨¢bitat. Parece mentira, pero es la verdad, y el hombre que por un lado descifra el laberinto del c¨¢ncer, inventa medicinas que establecen una lucha selectiva contra la enfermedad y crea dianas moleculares en el organismo del paciente, por otro lado es capaz de envenenar los r¨ªos, quemar los bosques y extinguir desde los seres m¨¢s bellos -para luego gastar millones en intentar resucitarlos mediante la clonaci¨®n- hasta los m¨¢s ¨²tiles: las reservas mundiales de peces como la merluza, el bacalao o el at¨²n han ca¨ªdo un 90% desde que se invent¨® la pesca comercial, seg¨²n acaba de se?alar WWF/Adena. Y, a lo mejor, es en todos esos cr¨ªmenes donde empieza el c¨¢ncer, en esos cielos y lagos contaminados, en esos ¨¢rboles que arden. El coordinador de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, ha contado que su inter¨¦s por la ecolog¨ªa es tan serio que, en un momento determinado, plante¨® incluso que su formaci¨®n pasara a llamarse Izquierda Verde. No le dejaron los tiburones que le rodean, tiburones de mal perder y que, en este caso por desgracia, no parecen en peligro de extinci¨®n, pero la idea de crear un partido espec¨ªficamente verde en un pa¨ªs de naturaleza deslumbrante y especuladores desalmados como es Espa?a, refleja una necesidad de primer orden.
El investigador alem¨¢n Klaus Hasselmann, que acaba de participar en la Universidad de Alcal¨¢ de Henares en el primer encuentro de la Asociaci¨®n de Cient¨ªficos por el Medio Ambiente, mantiene que el problema del cambio clim¨¢tico, que es uno de los s¨ªntomas m¨¢s alarmantes del deterioro que sufre el planeta, hasta tal punto que calcula que el pr¨®ximo siglo la temperatura global habr¨¢ subido cinco grados, se puede solucionar sin problema: pasar de las energ¨ªas f¨®siles a las renovables, cambiar el petr¨®leo y el carb¨®n por la energ¨ªa solar o e¨®lica, no costar¨ªa m¨¢s de un 4% del producto interior bruto de cada pa¨ªs. Me sigue pareciendo muy poco dinero y a la larga ser¨ªa un ahorro, por ejemplo, en sanidad, en cuanto las emanaciones de di¨®xido de carbono dejaran de mandar miles de personas al hospital. No s¨¦ qu¨¦ pensar¨ªa Klaus Hasselmann al ver los efectos de la especulaci¨®n inmobiliaria en Alcal¨¢ de Henares y en Madrid, pero seguramente se ir¨ªa preocupado si se dio cuenta de que para la mayor parte de nuestros pol¨ªticos la ecolog¨ªa suele ser una m¨¢scara, no una verdadera preocupaci¨®n, al menos no siempre.
Por ejemplo, la Comunidad de Madrid acaba de iniciar, como cada verano, su campa?a contra los incendios forestales: ha prometido cientos de guardabosques, torres de vigilancia, camiones oruga y helic¨®pteros preparados para apagar el fuego, y eso es magn¨ªfico; pero, en el otro extremo, parece que al final la Comunidad va a permitir que las fara¨®nicas obras previstas para soterrar parte de la M-30 se hagan sin someter el proyecto a un informe medioambiental, pese a que diversas organizaciones ecologistas han puesto el grito en el cielo y han se?alado los da?os que podr¨ªan causarse al r¨ªo Manzanares y a su entorno vegetal. Moraleja: para algunos, la ecolog¨ªa es todo lo que pueda hacerse por la naturaleza sin perjudicar la especulaci¨®n. Y, en fin, ya vieron lo que ocurri¨® en Madrid cuando a los candidatos Simancas y Fern¨¢ndez se les ocurri¨® tocarle las especulaciones al PP: transfuguismo y vuelta al ruedo.
Ojal¨¢ pueda crearse de verdad una Izquierda Verde -que suena a una suma de justicia y conciencia- que base toda su pol¨ªtica, antes que nada, en defender el derecho de los seres humanos a que no se destruya su mundo. Porque cuando el mundo explote, todo lo dem¨¢s quedar¨¢ reducido a un simple etc¨¦tera.
Ya estoy oyendo a los c¨ªnicos llamarme demagogo.
Hace falta ser falsos.
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