Ni el modelo sueco ni el alem¨¢n
Un congreso sobre prostituci¨®n analiza las diferentes maneras de luchar contra esta pr¨¢ctica
En Suecia hay hombres que han pagado m¨¢s de 15.000 euros de multa por irse con una prostituta. Desde enero de 2001, servirse de una prostituta es ilegal y est¨¢ penado en este pa¨ªs n¨®rdico. Y las multas dependen de la renta del cliente. En Alemania, por el contrario, no s¨®lo no se persigue al cliente, sino que la prostituci¨®n -voluntaria- est¨¢ tipificada en la ley, de manera que el contrato verbal entre la mujer y el cliente tiene validez jur¨ªdica. Las prostitutas cuentan con Seguridad Social, de modo que disponen de jubilaci¨®n pagada, bajas por enfermedad y subsidio de desempleo. Entre el modelo alem¨¢n y el sueco se encuentra el espa?ol, o m¨¢s concretamente, el madrile?o: la prostituci¨®n se tolera aunque, seg¨²n el alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, y Ana Botella, la concejal de Empleo y Servicios al Ciudadano, se considera una actividad "degradante para la mujer", "consecuencia de una desigualdad".
Todos estos modelos se expusieron y se discutieron ayer en el Museo de la Ciudad, donde se celebra un congreso internacional sobre Ciudades y Prostituci¨®n, que durar¨¢ hasta el viernes.
Gunilla Ekberg, asesora especial del Gobierno sueco en materia de prostituci¨®n y participante en el congreso, es clara a la hora de definir la prostituci¨®n: "Es algo inaceptable. Es la venta de una persona, por lo general vulnerable, y eso no se puede tolerar". Y en Suecia no se tolera: llevando hasta sus ¨²ltimas consecuencias estas premisas, se ha declarado ilegal la prostituci¨®n. Y se persigue al cliente. Y se le multa. O, si reincide, se le manda a la c¨¢rcel durante seis meses.
"Todo esto ocurri¨® tras un largo debate en todo el pa¨ªs. Pero era un ejercicio de coherencia", comenta Ekberg. La propia asesora se entrevist¨® con polic¨ªas suecos para informarles de la nueva situaci¨®n: "Yo esperaba encontrarme con un grupo de hombres reacios a perseguir a los clientes. Pero fue al contrario. Y perseguir al cliente ayud¨® a luchar contra las redes de prostituci¨®n y las mafias", a?ade Ekberg. En enero de 2001, en Suecia hab¨ªa 2.500 prostitutas. Ahora, seg¨²n los datos del Gobierno sueco, s¨®lo se cuentan 1.500. "Y de ¨¦stas, solamente el 4% lo hacen obligadas. En Dinamarca, por ejemplo, existen de 5.000 a 10.000 prostitutas. La polic¨ªa asegura que la prohibici¨®n act¨²a como una barrera", concluye Ekberg.
En el otro extremo, J¨¹rgen Wohlfarth, abogado y director administrativo del Ayuntamiento de Sarrebruck (Alemania) replica que la prostituci¨®n "existe y no se puede abolir". En su pa¨ªs se llevan a cabo 1,2 millones de contactos sexuales relacionados con la prostituci¨®n al d¨ªa. Y desde 2001, a las mujeres que voluntariamente quieren ejercer esta pr¨¢ctica se les procura Seguridad Social. El resultado, seg¨²n Wohlfarth, ha sido, curiosamente, el mismo que en Suecia: "Se ha reducido la criminalidad, que era el objetivo".
?Y en Madrid? Ni el modelo sueco, ni el alem¨¢n. Se asumen algunos aspectos de la teor¨ªa sueca: "La prostituci¨®n atenta contra la dignidad de la mujer, a la que trata como un objeto", dijo Botella. Pero no se persigue al cliente. "Preferimos mentalizarlo de lo que est¨¢ haciendo", a?adi¨® la edil. Tampoco el Ayuntamiento prev¨¦ adoptar el modelo alem¨¢n: "No se puede legalizar la prostituci¨®n porque desde 2003 se penaliza al proxeneta", concluy¨® Botella.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.