Espa?a s¨®lo brind¨® protecci¨®n a 369 de los 6.345 extranjeros que pidieron asilo en 2003
El informe anual de CEAR afirma que el Gobierno del PP conculc¨® la ley "casi a diario"
De las 6.345 solicitudes de asilo que resolvi¨® el a?o pasado, el Gobierno del Partido Popular s¨®lo acept¨® dar alg¨²n tipo de protecci¨®n a 369 extranjeros. Esta cifra, que supone el 5,8% de las peticiones, es tanto m¨¢s escasa si se contempla el n¨²mero de solicitudes presentadas durante el mismo periodo en los pa¨ªses de nuestro entorno: 61.050 en el Reino Unido, 51.360 en Francia y 50.450 en Alemania. Los datos figuran en el informe La situaci¨®n de los refugiados en Espa?a. 2004, elaborado por la Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado (CEAR), al que ha tenido acceso EL PA?S.
En Espa?a se presentaron el a?o pasado 5.793 peticiones de asilo. La cifra es sorprendentemente baja, sobre todo si se tiene en cuenta, por ejemplo, que a la isla de Fuerteventura han llegado hasta 340 personas en pateras en un solo d¨ªa y ni una sola de ellas se ha acogido a esa figura jur¨ªdica. La presidenta de CEAR, Delia Blanco, no tiene dudas acerca de las razones de la escasez de solicitudes: "El Gobierno del PP conculc¨® casi a diario las disposiciones constitucionales, de la Ley de Asilo y de la Convenci¨®n de Ginebra", escribe en el pr¨®logo al informe.
El texto abunda en ejemplos de la pol¨ªtica "disuasoria" del Gobierno anterior. Sirva como muestra lo sucedido en el aeropuerto de Barajas en agosto del a?o pasado. Los abogados de CEAR recibieron informaci¨®n acerca de que empleados de la compa?¨ªa Iberia presionaban a los colombianos que viajaban en la l¨ªnea Bogot¨¢-Tel Aviv, a fin de que no aprovecharan la escala en Barajas para solicitar asilo en Espa?a.
Seg¨²n relata el informe, guardias de seguridad privados les reten¨ªan el pasaporte en el momento en que embarcaban en Bogot¨¢. Una vez en Barajas, eran separados del resto del pasaje, retenidos hasta tres horas en la cabina del avi¨®n y escoltados por la polic¨ªa hasta el siguiente aparato sin devolverles su documentaci¨®n.
El rechazo como norma
Si el n¨²mero de solicitudes de asilo es escaso en relaci¨®n a los pa¨ªses de nuestro entorno, la cifra de las que son admitidas a tr¨¢mite lo es a¨²n m¨¢s. Frente al 40% que admiten Francia, Reino Unido o Alemania, Espa?a s¨®lo admiti¨® 1.714, el 28,8% de las 5.934 presentadas el a?o pasado. Es decir, el Gobierno del PP consider¨® que 4.220 no merec¨ªan siquiera ser estudiadas a fondo. Para CEAR, "estos datos definen una de las aristas m¨¢s duras de la pol¨ªtica de asilo espa?ola".
Llama la atenci¨®n la sistem¨¢tica inadmisi¨®n a tr¨¢mite de las solicitudes presentadas por nigerianos, que constituyen el grupo m¨¢s numeroso en cuanto a peticiones de asilo. S¨®lo 44 de las 1.767 examinadas merecieron un estudio en profundidad.
Como ejemplo de la pol¨ªtica respecto a las solicitudes de los nigerianos, CEAR menciona el caso de una mujer cat¨®lica que consigui¨® huir de su pa¨ªs con una hija menor de edad y llegar a Gran Canaria, donde formaliz¨® su petici¨®n.
Ella y su familia son cat¨®licos, a pesar de que la familia de su marido rinde culto a una religi¨®n extendida entre su tribu y denominada Arugbu Tradition of Aruchukwu, de la que su suegro era l¨ªder en su aldea, situada al norte del pa¨ªs. Seg¨²n la tradici¨®n, el hijo primog¨¦nito debe continuar con la tradici¨®n religiosa del padre, so pena de sufrir represalias de los dem¨¢s seguidores.
Su marido se neg¨® a asumir el papel que la tradici¨®n le asignaba, y la familia fue amenazada de muerte. Las denuncias presentadas ante las autoridades no sirvieron de nada. Una de las hijas fue secuestrada en el colegio, sin que hasta la fecha se conozca su paradero. La mujer volvi¨® a pedir la protecci¨®n de la polic¨ªa, sin ¨¦xito. Su marido y su madre fueron asesinados. Al fin, ella logr¨® huir con su otra hija.
A pesar de que, ya en Gran Canaria, aport¨® a su declaraci¨®n las correspondientes amenazas por escrito, denuncias y certificados de defunci¨®n, su solicitud de asilo fue rechazada.
En el rechazo de buen n¨²mero de las peticiones de asilo tiene mucho que ver el estado psicol¨®gico del solicitante y, consecuentemente, el trato que recibe por parte de los funcionarios de la Oficina de Asilo y Refugio (OAR). ?ste es el testimonio de un solicitante de la Rep¨²blica de Congo:
"Cuando entr¨¦ en la OAR, s¨®lo la visi¨®n de los uniformes me trajo recuerdos y sensaciones de los soldados que me torturaron en mi pa¨ªs. Me empec¨¦ a inquietar. Durante la entrevista, una se?ora que ni me miraba a la cara me empez¨® a preguntar por qu¨¦ estaba aqu¨ª y me pidi¨® que le contara el motivo por el que ped¨ªa asilo. Me hablaba muy alto y muy r¨¢pido. Me puse nervioso, quer¨ªa terminar lo antes posible. Le cont¨¦ cualquier cosa porque me daba verg¨¹enza contarle mi historia a esa mujer que no conoc¨ªa de nada. A¨²n hoy me cuesta recordar lo que me hicieron".
De hecho, este joven, que padec¨ªa estr¨¦s postraum¨¢tico, no pudo contar lo sucedido hasta ocho meses despu¨¦s y a lo largo de una sesi¨®n de psicoterapia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.