La ¨²ltima ciudad
El Ayuntamiento de Barcelona crea una ruta para visitar el cementerio de Poblenou
Los cementerios, cuanto m¨¢s lejos mejor, pero estos recintos son una muestra fiel de los cambios sociales de una ciudad a lo largo de los a?os. En ellos hay riqueza hist¨®rica, art¨ªstica y social, sobre todo social. Para descubrir este patrimonio desconocido, el Ayuntamiento de Barcelona ha creado una ruta que facilita, de momento, la visita al cementerio de Poblenou, el ¨²nico monumental de la ciudad, junto con el de Montju?c.
Desde hace unos d¨ªas, barceloneses y turistas pueden visitar gratis el camposanto de Poblenou. En la entrada del recinto encuentran tr¨ªpticos explicativos en los que se ha se?alizado un itinerario para recorrer el cementerio y descubrir los rincones y las construcciones f¨²nebres que, por su relevancia hist¨®rica o est¨¦tica, merecen atenci¨®n.
Est¨¢ previsto que el cementerio de Montju?c cuente tambi¨¦n con una ruta propia
En la ruta principal se han resaltado 30 lugares, entre los que se encuentran la tumba del m¨²sico y poeta Josep Anselm Clav¨¦; el monumento que homenajea a los m¨¦dicos, concejales y eclesi¨¢sticos que murieron en 1821 v¨ªctimas de la fiebre amarilla; la capilla neocl¨¢sica y panteones de familias diversas que parecen catedrales en miniatura. El itinerario lo cierra la escultura funeraria m¨¢s conocida de este cementerio: El beso de la muerte. La inclusi¨®n de los panteones en la ruta cuenta con el consentimiento de cada familia.
Una parada merece, como tantos otros puntos de la ruta, el nicho de Francesc Canals, fallecido en 1899 a los 22 a?os y conocido como el santet. La tumba est¨¢ desbordada por velas, flores, im¨¢genes y ofrendas, que muestran la devoci¨®n popular que este joven de origen humilde despierta, todav¨ªa hoy, en numerosos barceloneses.
En el folleto-gu¨ªa tambi¨¦n est¨¢n se?alizadas otras sepulturas de inter¨¦s que no se han incluido en el recorrido principal. Jos¨¦ Cuervo, teniente de alcalde de Barcelona, explica que la voluntad del consistorio es "dar a conocer a los barceloneses parte de su patrimonio"; eso s¨ª, "con el respeto que merece el lugar".
Est¨¢ previsto que el cementerio de Montju?c cuente tambi¨¦n con una ruta propia, pero todav¨ªa no hay una fecha concreta para abrir a los curiosos el camposanto de Barcelona que m¨¢s se asoma al mar: depende del ¨¦xito de las visitas al del Poblenou.
Adem¨¢s del tr¨ªptico con el itinerario, se ha editado una gu¨ªa del cementerio de Poblenou que muestra el reflejo en este recinto de la historia de la ciudad a lo largo de 100 a?os (desde 1775, a?o de la fundaci¨®n del camposanto, hasta la Exposici¨®n Universal de 1888). Esta gu¨ªa puede comprarse, por 15 euros, en el mismo cementerio y en el tanatorio de Sancho de ?vila.
El del Poblenou fue el primer cementerio que se construy¨® fuera de las murallas de la ciudad. Hasta aquel momento, los muertos se enterraban en las fosas de las parroquias y en el interior de las iglesias, pero la falta de salubridad llev¨® al obispo Climent a ordenar la construcci¨®n del nuevo camposanto lejos del casco urbano. A?os despu¨¦s, en 1813, las tropas de Napole¨®n despreciaron el descanso de los muertos y destruyeron el cementerio, que fue reconstruido en 1819 por decisi¨®n del obispo Sitjar.
Los cambios revolucionarios del siglo XIX no s¨®lo se produjeron en las calles. Las familias burguesas de la ¨¦poca se encargaron de dejar muy claro, incluso despu¨¦s de su muerte, qui¨¦n ten¨ªa dinero. Era habitual, entre las familias pudientes, que el mismo arquitecto que les constru¨ªa la casa en el paseo de Gr¨¤cia tambi¨¦n erigiese su domicilio eterno en la ciudad de los muertos.
La fastuosidad de los mausoleos de la segunda mitad del siglo XIX contrasta con la sencillez de la mayor¨ªa de sepulcros de la primera mitad del siglo, cuando los burgueses todav¨ªa no eran la clase social en el poder.
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