Estrellados ante dos grandes centrales
Espa?a s¨®lo ha marcado dos goles en la primera fase, algo que no ocurr¨ªa en cualquier torneo desde la Eurocopa de 1980
Al afeitarse la cabeza hace unos d¨ªas, Fernando Torres, El Ni?o, perdi¨® parte de su mirada infantil y gan¨® en ferocidad. La necesitaba para medirse a dos centrales r¨¢pidos, fuertes y contundentes: Carvalho y Andrade. Se meti¨® entre los dos, como primer delantero, y se bati¨® el cobre. Desde el primer momento, pero no encontr¨® el gol, como el resto de delanteros y Espa?a dej¨® el torneo con s¨®lo dos tantos a su favor, la cifra m¨¢s pobre en los tres primeros partidos de una Eurocopa o Mundial desde 1980.
Al principio, con Espa?a perdida y desorientada tras el bal¨®n, Torres -al que al t¨¦rmino del choque llam¨® Nikolaidis para consolarle- s¨®lo se limit¨® a cabecear alguna pelota que ca¨ªa. Pero despu¨¦s le lleg¨® el primer pase largo de Xabi Alonso y sac¨® varios cuerpos en la carrera a Andrade. ?se fue el comienzo de su partido. El centrocampista de la Real Sociedad fue el ¨²nico que entendi¨® con sus pases los desmarques del delantero del Atl¨¦tico.
El Ni?o empez¨® a jugar. Sobre todo, cuando regate¨® a Carvalho y Andrade en una arrancada desde la izquierda en la batalla m¨¢s limpia a su favor. Por supuesto que los zagueros lusos tambi¨¦n le ganaron la partida en m¨¢s de una ocasi¨®n. Son muy buenos y eran dos. Ello no impidi¨® que Torres exhibiera un fant¨¢stico control en una esquina de un bal¨®n que ca¨ªa desde muy alto. Lo mat¨® al suelo en una acci¨®n t¨¦cnica muy depurada. En el encuentro m¨¢s importante de su corta carrera internacional, a Torres, de 20 a?os, le acompa?aron Ra¨²l y los dos extremos, Joaqu¨ªn y Vicente, pero siempre a cierta distancia.
Los centrales portugueses se emplearon con cierta dureza. Andrade peg¨® un par de patadas a Torres sin castigo arbitral. En un c¨®rner, adem¨¢s, Carvalho lo agarr¨® descaradamente de la camiseta ante su indignaci¨®n, pero el ¨¢rbitro no pit¨® penalti pese a que la pelota estaba en juego, sino que orden¨® repetir el saque de esquina. En otro de Alonso, Torres se desliz¨® entre sus marcadores y cabece¨®, a escasos metros de la l¨ªnea de gol, pero demasiado alto. El Ni?o, a su vez, deb¨ªa bajar a defender en los saques esquina en contra de Espa?a, lo que acentu¨® la impresi¨®n de que se estaba pegando una paliza f¨ªsica. Y, de vez en cuando, transmiti¨® s¨ªntomas de cansancio.
Torres comenz¨® la segunda parte m¨¢s solo si cabe entre los dos centrales. El Ministro Costinha, adem¨¢s, baj¨® al centro de su defensa a echar una mano. Y a perder tiempo, si ven¨ªa al caso, lanzando el bal¨®n a un c¨®rner cuando el juego estaba parado. Portugal ya estaba por delante en el marcador y no quiso saber nada de diplomacia. As¨ª que Alonso hubo de buscar otra vez a su socio, Torres, entre una mara?a de piernas en un precioso pase raso por el interior del ¨¢rea que El Ni?o, de primeras, remat¨® con la izquierda. El disparo super¨® al portero, Ricardo, pero lo repeli¨® el palo.
Hubo muchas diferencias ayer entre Espa?a y Portugal, casi siempre a favor de los portugueses. Y, entre ellas, una fundamental. La de los centrales. Mientras a Torres le amordazaron la mayor¨ªa de las veces, los delanteros lusos actuaron con unas libertades dif¨ªciles de ver a estas alturas de la competici¨®n. Sobre todo, en el gol de Nuno Gomes, que recibi¨® de espaldas a la porter¨ªa de Casillas. Pero vio c¨®mo se alejaba de ¨¦l Iv¨¢n Helguera, como si con ¨¦l no fuera la cosa. As¨ª que Gomes se gir¨®, pens¨® por donde quer¨ªa disparar y dispar¨®. Muy bien, por cierto.
Para el ¨²ltimo cuarto de hora, S¨¢ez s¨ª pobl¨® su equipo de delanteros con la entrada de Luque por Joaqu¨ªn y de Morientes por Juanito. Hab¨ªa cuatro atacantes en el c¨¦sped: Morientes, Ra¨²l, Torres y Luque. Pero nadie consigui¨® batir a Portugal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.