Gald¨®s resurge como enorme testigo de su tiempo con su 'Prosa cr¨ªtica'
Mainer y Ara Torralba re¨²nen sus cr¨ªticas, art¨ªculos de viajes y pr¨®logos en un volumen
Tom¨® la fotograf¨ªa de un tiempo y un lugar con novelas que son conciencia hist¨®rica y moral. Pero no fue el ¨²nico g¨¦nero que cultiv¨® Benito P¨¦rez Gald¨®s, el grand¨ªsimo escritor vilipendiado por algunos de sus colegas sucesores. Ahora, dos expertos como Jos¨¦ Carlos Mainer y Juan Carlos Ara Torralba quieren sacarlo "del purgatorio", dicen, con unas piezas que le revelan como directo y enorme testigo de su ¨¦poca y que han reunido en Prosa cr¨ªtica (Espasa, en su colecci¨®n Biblioteca Literaria Universal). "Parecen textos laterales pero no lo son. Es un Gald¨®s ins¨®lito", afirma Mainer.
Durante algunas ¨¦pocas fue deporte literario de algunos el tiro al blanco contra Gald¨®s. Pero ya basta. "La primera oleada de ataques los sufri¨® en los a?os veinte. En el n¨²mero uno de Revista de Occidente, Antonio Espina llegaba a decir que Gald¨®s era una enorme median¨ªa", recuerda Mainer, catedr¨¢tico de Literatura Espa?ola de la Universidad de Zaragoza, que ayer present¨® este nuevo volumen en la Biblioteca Nacional, acompa?ado de su directora, Rosa Reg¨¤s; Juan Carlos Ara Torralba, encargado de las notas de la edici¨®n; Claudio Guill¨¦n y Luis Mateo D¨ªez, que convirtieron la presentaci¨®n en toda una reivindicaci¨®n galdosiana.
Los varapalos al escritor, nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1843 y fallecido en Madrid en 1920, se sucedieron durante el siglo XX como el Guadiana. La etapa cr¨ªtica fueron los cincuenta y los sesenta, cuando, para muchos, el t¨¦rmino moderno estaba re?ido con la lectura de los Episodios nacionales y hubo que aguantar los ataques de Umbral o Benet y algunos desprecios del Cela m¨¢s trabucaire...
Aunque tambi¨¦n se le ha alabado, eso s¨ª, casi clandestinamente. "Lorca y Aleixandre confiesan que les uni¨® mucho su admiraci¨®n mutua por Gald¨®s", asegura Mainer. Para no seguir por esos derroteros y reivindicar una figura comparable a Balzac, Zola, Dickens, Tolst¨®i o Dostoievski, aparece esta compilaci¨®n de textos fundamentales para ahondar en la garra narrativa de un autor que abri¨® las posibilidades inmensas de la novela en un pa¨ªs donde "desde la picaresca", afirma Mainer, y la gran invenci¨®n del Quijote, considerado por muchos el germen de la novela moderna, el g¨¦nero hab¨ªa entrado en barrena. "El gran reto de Gald¨®s fue la construcci¨®n de la figura del novelista en su siglo, que es muchas cosas a la vez: es magistrado, porque sabe de leyes; tambi¨¦n soci¨®logo, historiador y hasta ge¨®grafo", insiste Mainer.
Personas, no personajes
Pero tambi¨¦n como periodista, retratista de la realidad antes de la invenci¨®n de la imagen, con ese talento que hace que de su prosa surjan "personajes que se convierten en personas reales", como ayer recordaba Mateo D¨ªez. "Fue algo que descubri¨® Ricardo Gull¨®n y con lo que yo estoy completamente de acuerdo", record¨® el escritor y acad¨¦mico sobre el genio que esculpi¨® el fresco de pasiones revueltas que es Fortunata y Jacinta, la radiograf¨ªa de los nuevos ricos que son las novelas de Torquemada o La de Bringas, el arrebato animal que quema desde las p¨¢ginas de Tormento...
Es de la faceta period¨ªstica de la que surgen estos textos ahora magn¨ªficamente recogidos y anotados con buen tino en los que descubrimos al Gald¨®s cr¨ªtico literario, cronista musical del reci¨¦n inaugurado Teatro Real, prologuista de autores contempor¨¢neos, irreductible testigo de la arena pol¨ªtica o degustador de la literatura trotamund¨ªstica y viajera con visitas a Toledo, Sevilla, El Toboso o Barcelona, y tambi¨¦n a Italia o a la casa de Shakespeare en Inglaterra.
"Es en el periodismo donde convergen en aquella ¨¦poca el costumbrismo y la cr¨ªtica art¨ªstica o literaria", asegura Mainer. Las cr¨®nicas de Gald¨®s se publicaron en peri¨®dicos y revistas importantes de una Espa?a convulsa y de barricada, en Las Novedades, La Revista de Espa?a, El Debate o La Ilustraci¨®n de Madrid. "Est¨¢n ordenadas por orden cronol¨®gico, porque as¨ª se ve claramente su evoluci¨®n, desde el joven que llega a Madrid en los a?os sesenta del siglo XIX y se apunta al Ateneo, al asentado novelista m¨¢s moderado, o ya, despu¨¦s, en su vejez, a quien disfruta escribiendo textos hermosos. El Gald¨®s de estos escritos es el de cuerpo entero de Fortunata y Jacinta. Siempre queda claro que estamos ante un gran cl¨¢sico", a?ade Ara Torralba.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.