"Desde el primer ensayo me sent¨ª como en los viejos tiempos"
Aunque ganaras dos pesos al d¨ªa guardabas veinte c¨¦ntimos para tu sastre. En las orquestas de jazz y m¨²sica latina toda la gente vest¨ªa el mismo traje. Ahora los m¨¢s modernos y que m¨¢s dinero tienen son los que peor se visten", dice riendo. "Bebo de Cuba es un homenaje a la m¨²sica de mi isla y a los viejos compositores que me hicieron aprender. A los Lecuona, Grenet, Cervantes..., los consider¨¢bamos nuestros padres". En realidad son dos discos: 'El solar de Bebo' -"descargas de afrocuban jazz, para que no se pierda lo que yo empec¨¦ con Norman Granz en 1952"- y 'Suite cubana' -"visto de frac ritmos como la guajira o el son. Le pongo los contrapuntos y uso todas las t¨¦cnicas que se dicen cl¨¢sicas, pero las ¨²ltimas partes las hago muy sencillas, como las bailar¨ªa cualquiera".
En el primer ensayo en Nueva York, en cuanto los m¨²sicos arrancaron a leer el primer n¨²mero, cuentan que apareci¨® su sonrisa de ni?o eterno. "Me sent¨ª como en los viejos tiempos", dice mientras le brilla la mirada. "Son¨® el primer acorde y me dije, '?ay!, aqu¨ª me la puso Dios'. El sonido parejo y pleno de aquella banda. ?Chico!, a¨²n sigo disfrutando", asegura riendo.
Le aviv¨® el recuerdo de Sabor de Cuba, aquella orquesta que dirigi¨® en La Habana. "Posiblemente tuviera m¨¢s sabor, pero no la calidad de ¨¦sta". Bebo tuvo al gran Beny Mor¨¦ como cantante: "Eso fue antes, en 1952, en la orquesta del ritmo batanga. Dur¨® lo que un merengue en la puerta de un colegio. Era terriblemente buena, pero nadie compr¨® eso". Tambi¨¦n cont¨® con Rolando Laserie, otra voz inmortal: "Ten¨ªa un swing de pel¨ªcula. Fue un hermano. El ¨²nico m¨²sico que sab¨ªa que yo me iba de Cuba. Cogi¨® a su mujer y se subi¨® al avi¨®n conmigo".
El nuevo r¨¦gimen insinu¨® que Bebo trabajaba para la Mafia. "Es verdad que tocaba para los g¨¢nsteres, pero no conozco ning¨²n lugar donde no los haya". Sentado ante el piano ve¨ªa pasar a Meyer Lansky, Amletto Battisti... "A Lucky Luciano no llegu¨¦ a verlo. El que iba mucho con ¨¦l era Frank Sinatra". A quienes s¨ª trat¨® fue a Bola de Nieve -"nada m¨¢s que un ser privilegiado puede hacer que lo que toca al piano no tenga nada que ver con lo que est¨¢ cantando"- y a Nat King Cole -"ten¨ªa o¨ªdo absoluto. Entraba siempre perfecto. Y todav¨ªa tocaba mejor el piano que cantaba"-.
El 26 de octubre de 1960 se march¨® de Cuba dejando atr¨¢s mujer e hijos. Tuvo que firmar un papel. "Dec¨ªa que viva la Revoluci¨®n. Yo lo firm¨¦, qu¨¦ iba a hacer. Si no firmo no me voy. Me registraron de arriba abajo. Si hubiera llevado un peso cubano tampoco me hubiera ido". A su madre le prometi¨® que no regresar¨ªa. "A mam¨¢ tampoco le gustaba. Y me lo pidi¨® antes de morirse. No me la dejaron salir nunca a verme. Como Celia (Cruz) que pidi¨® poder ver a la madre antes de morir y tampoco la dejaron".
En mayo, El Cigala cant¨® el
repertorio del disco L¨¢grimas negras en La Habana. Acompa?ado por Chucho Vald¨¦s, el hijo de Bebo, porque ¨¦ste declin¨® la invitaci¨®n. "?Nooo!, yo no he ido en cuarenta y cuatro a?os. Si me fui porque no me gustaba y dej¨¦ el mismo Gobierno que est¨¢, no voy a ir", exclama. En un Carlos Marx abarrotado con 5.000 personas, El Cigala pidi¨® un aplauso para Bebo y el teatro se vino abajo. "C¨®mo cambian las cosas. Mi nombre estuvo prohibido. Estaba muerto", comenta con sorna. Dionisio Ram¨®n Emilio Vald¨¦s Amaro, nacido en Quivic¨¢n, Cuba, el 9 de octubre de 1918. As¨ª figura en su pasaporte sueco -apodo incluido-. El exilio: primero M¨¦xico, luego Espa?a y una gira por Europa con los Lecuona Cuban Boys hasta enamorarse de una sueca de 18 a?os -¨¦l 42- con la que sigue casado. Y ya lustros de anonimato como pianista de hotel en Suecia -incluso en el C¨ªrculo Polar- tocando arias de ¨®pera, standards norteamericanos y temas populares para se?oras que iban a tomar caf¨¦ con los nietos.
En su nueva vida desempe?a un papel decisivo Fernando Trueba. Fue a verle a Estocolmo, en diciembre de 1999, para el rodaje de Calle 54. "Para m¨ª ¨¦l ha sido una estrella. Si no le hubiera conocido estar¨ªa retirado en la casa". Trueba asegura que ya no concibe la vida sin Bebo: le ofreci¨® un cameo en El embrujo de Shangay y se lo ha llevado a Bah¨ªa para protagonizar junto a Carlinhos Brown El milagro de Candeal.
De su encuentro han nacido discos como El arte del sabor, L¨¢grimas negras, We could make such beautiful music together o Bebo de Cuba. En la pieza 'Kabul y Lorenzo' -apodos de Fernando Trueba y su socio Nat Chediak-, Bebo bromea con que no saben bailar. "Yo tampoco. El d¨ªa que me cas¨¦ en Suecia pas¨¦ el minuto m¨¢s amargo de mi vida al tener que bailar un vals con mi mujer".
Bebo de Cuba se presenta el 3 de julio en Galapagar (Vel¨®dromo); el d¨ªa, 4 en San Sebasti¨¢n (Kursaal); el 18, en Girona (Castillo de Perelada); el 22, en C¨¢diz (teatro Jos¨¦ Mar¨ªa Pem¨¢n); el 23, en Huelva (Foro Iberoamericano de La R¨¢bida), y el 28, en Vigo (Castrelos).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.