"El auge del documental viene de la crisis del cine"
Joaqu¨ªn Jord¨¢ vive en la calle de la Cera, en el Raval barcelon¨¦s. En ese barrio se destap¨® en 1997 una presunta red de pederastas cuya falsedad fue denunciada por Arcadi Espada en su libro Raval. Del amor a los ni?os (Anagrama, 2000). En marzo pasado, Jord¨¢ estren¨® en Barcelona De ni?os, un documental que recoge el juicio real del caso, del que salieron dos condenados y varios padres, anteriormente acusados en falso, absueltos: "La presunci¨®n era muchas veces de culpabilidad, no de inocencia. Es el 'algo habr¨¢ hecho". Aunque su exhibici¨®n est¨¢ pendiente en el resto de Espa?a, la pel¨ªcula obtuvo el premio del festival de Guadalajara (M¨¦xico) y pudo verse recientemente en PHotoEspa?a, en un seminario en el que participaban Slavoj Zizek, Peter Sloterdijk y el propio Jord¨¢.
"Los ensayos de Benjamin o Baudelaire tienen algo de narraci¨®n y de reflexi¨®n. Y algo as¨ª est¨¢ apareciendo en el cine"
PREGUNTA. ?Sigui¨® el
caso Raval desde el principio?
RESPUESTA. No. Hasta poco antes de 1997 viv¨ªa en Madrid. Tuve un infarto cerebral y perd¨ª el sentido de la orientaci¨®n. Me perd¨ªa. Pens¨¦ que me ser¨ªa m¨¢s f¨¢cil vivir en Barcelona porque la ciudad es m¨¢s aburridamente racional y las referencias urbanas son m¨¢s claras. Pens¨¦ que aqu¨ª me funcionar¨ªa una memoria antigua. Y as¨ª fue.
P. Pero conoc¨ªa el barrio.
R. De turista. Conoc¨ª el caso por el libro de Arcadi Espada. Entonces me plante¨¦ la pel¨ªcula.
P. Le dejaron rodar el juicio.
R. Mientras film¨¢bamos, me di cuenta de la perfecci¨®n narrativa del modelo juicio, que es todo un g¨¦nero cinematogr¨¢fico: una primera informaci¨®n, peritos, testigos de un lado y del otro, parlamentos de la acusaci¨®n, de la defensa y de los acusados; luego, un suspense y la sentencia.
P. Pero la pel¨ªcula no es s¨®lo el juicio.
R. En paralelo quer¨ªa contar lo que yo supon¨ªa: que esta historia de la pederastia hab¨ªa ocurrido, m¨¢s o menos, hab¨ªa sido hinchada por la Polic¨ªa, la prensa hab¨ªa aceptado la versi¨®n policial sin cuestionarla y el ayuntamiento hab¨ªa sabido sacarle partido, porque estaba empe?ado en una reforma urban¨ªstica que encontraba cierta oposici¨®n y vio en este caso la manera de acallar las protestas.
P. ?C¨®mo?
R. Porque si en un barrio ocurr¨ªa esto, es que ese barrio est¨¢ podrido y hay que sajar, derribar, reedificar.
P. En eso difiere de Espada.
R. S¨ª. ?l habla de dos razones: la maldad y la estupidez. Una mezcla de resultado catastr¨®fico. La prensa crey¨® a la Polic¨ªa y aplic¨® la ley del m¨ªnimo esfuerzo.
P. El juez ha dicho que se siente enga?ado por usted.
R. Durante el juicio mantuve una relaci¨®n normal con ¨¦l. Luego me pidi¨® material filmado y se lo di.
P. En su pel¨ªcula aparece dormido en un momento del juicio.
R. Pero no hay manipulaci¨®n. Hay una permanente correspondencia entre lo que se ve, lo que se oye y el momento en que transcurre. Eso podr¨ªa certificarlo cualquier perito montador. Cuando los del tribunal y parte de la acusaci¨®n dan cabezadas, la c¨¢mara busca al acusado hablando para que se vea que no hay ni un solo plano fuera de sitio.
P. ?Fuera del juicio no mantuvo esa objetividad? Interviene un grupo de teatro, canta Albert Pla...
R. Yo pienso en la verdad, no en la objetividad. El documental necesita de la ficci¨®n, no creo en ¨¦l como g¨¦nero cerrado. Por otro lado, la ficci¨®n que m¨¢s me interesa ahora est¨¢ te?ida de documental.
P. ?Por ejemplo?
R. Cosas de Marc Recha, o Las horas del d¨ªa, de Jaime Rosales. Son ficciones, pero el peso de la mirada documental es muy fuerte, como lo es el peso de la ficci¨®n en pel¨ªculas como En construcci¨®n. En un cine que vive una crisis profunda por la entrada de los nuevos medios, la separaci¨®n entre ficci¨®n y documental se est¨¢ rompiendo. Aquella divisi¨®n que los historiadores dec¨ªan que se hab¨ªa producido en el origen entre el documental de los Lumi¨¨re y la ficci¨®n de M¨¦lies es falsa. Cuando los Lumi¨¨re filmaban la salida de una f¨¢brica hac¨ªan veintitantas tomas, con su puesta en escena. El equ¨ªvoco se ha ido perpetuando, pero ahora esas dos ramas se est¨¢n volviendo a juntar.
P. ?No terminar¨¢ eso debilitando la eficacia del documental?
R. Es que en cuanto hay una c¨¢mara y una mirada detr¨¢s, la objetividad desaparece.
P. ?No habr¨ªa unos m¨ªnimos? Es como si en un libro de historia...
R. Te inventas una an¨¦cdota.
P. O novelas una parte.
R. Yo me pregunto de qu¨¦ hablamos cuando hablamos de eficacia. ?De denuncia? Tal vez sea mejor acompa?arla de una cierta reflexi¨®n.
P. ?Vio
Bowling for Columbine?
R. Me interes¨®. Tiene mucho de reportaje, pero hay una intervenci¨®n permanente del autor que est¨¢ en entre la narraci¨®n y el ensayo. Los ensayos de Benjamin, o los de Baudelaire, tienen algo de diario, de narraci¨®n, de reflexi¨®n. Y algo as¨ª est¨¢ apareciendo en el cine. El director utiliza todos los instrumentos que considera oportunos: la documentaci¨®n pura, la interpretaci¨®n, el comentario...
P. El panfleto...
R. Tambi¨¦n, porque Moore es un personaje muy Tati: gordo, torpe, respond¨®n, tramposo, sumiso a veces.
P. ?Cree que hay un auge del documental?
R. De las 40 pel¨ªculas que se hacen aqu¨ª funcionan econ¨®micamente cuatro, el resto dan p¨¦rdidas que no son reales porque est¨¢n subvencionadas por un sistema proteccionista que no me acaba de gustar. Un largo de ficci¨®n anda por los 300 millones de pesetas. Un documental no pasa de 70. ?se es el auge del documental.
P. ?S¨®lo cuesti¨®n de dinero?
R. Bueno, antes, el que quer¨ªa hacer cine se empe?aba en hacer un corto que no era m¨¢s que un esbozo de lo que ser¨ªa su primer largo. Ahora empieza por un documental, porque se habla mucho del g¨¦nero.
P. Incluso hay pol¨¦mica. ?Ha visto
La pelota vasca?
R. Es una pel¨ªcula tramposa. Tramposa de procedimiento, de montaje. T¨² no puedes montar una frase que diga: "Estoy seguro de que una reforma democr¨¢tica terminar¨ªa con el terrorismo"; y luego una frase que s¨®lo diga: "No". Porque nunca ha existido este di¨¢logo. Se ha extra¨ªdo una frase de contexto para montar esa falsedad. Adem¨¢s, la selecci¨®n de los personajes es discutible. No aparece ni una sola persona normal. Busca opiniones jerarquizadas, y basta la presencia de cada personaje para saber su opini¨®n. Formalmente es una pel¨ªcula muy enf¨¢tica: la m¨²sica, el juego de pelota filmado con contrapicados. Y en un documental, el ¨¦nfasis funciona fatal.
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