La carga de la brigada checa
Baros y Koller, con Heinz al quite, han hecho favorito con sus goles al cuadro de Br¨¹ckner, que hoy se mide al dan¨¦s
En la Eurocopa de los antih¨¦roes, la combinaci¨®n perfecta de buen f¨²tbol e insubordinaci¨®n a las reglas mercantiles viene representada por la selecci¨®n de la Rep¨²blica Checa, que hoy se enfrenta a Dinamarca en un partido que promete dos cargas pesadas de caballer¨ªa. Ah¨ª est¨¢n para probarlo los tres delanteros checos: Baros, el guaperas buscapleitos, el noct¨¢mbulo; Koller, el calvo de dos metros de estatura que juega como un enano, y Heinz, uno que habita el banquillo, pero que cada vez que pisa el campo marca. Tres puntas salidos de moldes antag¨®nicos. Tres biotipos complementarios, tres temperamentos opuestos.
Plasil, centrocampista checo del M¨®naco, es lo m¨¢s parecido a Caperucita Roja que ha dado el f¨²tbol. Su cara de cuento de ni?os permanece muy seria mientras habla de la delantera que hoy intentar¨¢ derrotar a Dinamarca: "Koller es muy importante dentro de nuestro sistema porque es la referencia cuando tenemos que buscar a los delanteros. Es el hombre al que le das el bal¨®n para que lo retenga o para que lo descuelgue. Es lo contrario a Baros, que es el que profundiza m¨¢s por velocidad. Baros complementa a Koller. Y luego est¨¢ Heinz...".
Smicer: "Tenemos variantes de todo tipo. Es muy dif¨ªcil plantear c¨®mo marcarnos"
Baros complementa a Koller y Heinz complementa a Baros. El triste Heinz es otro de los s¨ªmbolos de esta competici¨®n, que se ha revuelto contra los jugadores gal¨¢cticos.
Heinz es el Valer¨®n, por su car¨¢cter, de la Rep¨²blica Checa. Un joven t¨ªmido que fich¨® por el Hamburgo, alem¨¢n, en 2000 despu¨¦s de participar en los Juegos Ol¨ªmpicos de Sidney, por lo que lleg¨® cansado y nadie se lo perdon¨®. No le perdonaron la mala preparaci¨®n f¨ªsica, la timidez y la nostalgia que sent¨ªa por su Moravia natal, la sombr¨ªa tierra de las minas de carb¨®n y las fundiciones. As¨ª estuvo el pobre Heinz deambulando hasta 2003, cuando termin¨® su contrato con el Hamburgo y regres¨® a su querida Ostrava para marcar 19 goles y ganar la Liga de su pa¨ªs.
Hoy, su flequillo dorado ha vuelto a brillar. Como dice Jiranek, su compa?ero: "Heinz es el jugador m¨¢s t¨¦cnico de nuestra plantilla, pero necesita sentirse como en casa para jugar bien". En el arranque de la Eurocopa, saliendo desde el banquillo, Heinz ha demostrado por qu¨¦ su zurda es famosa entre los suyos: marc¨® el gol del triunfo contra Letonia, empat¨® el partido contra Alemania -los checos acabar¨ªan gan¨¢ndolo- de un tiro libre directo y su tremendo remate desde fuera del ¨¢rea precedi¨® al gol de la victoria sobre Holanda, cuando Smicer s¨®lo tuvo que empujar el rechace.
Para Koller el partido de hoy, contra los daneses, es especial. El gigante del Borussia de Dortmund viene de una mala temporada en su club y se ha tomado esta certamen como una luna de miel. Literalmente. Se cas¨® antes del mismo y su mujer fue la ¨²nica esposa de los componentes del equipo que viaj¨® con la expedici¨®n. "El encuentro contra Dinamarca es el m¨¢s importante de mi carrera", dice el punta.
Hombre contrahecho donde los haya, Koller es otro de esos personajes que no enamorar¨ªan a las aficionadas asi¨¢ticas. Pero ah¨ª est¨¢, en el cuadro titular de la selecci¨®n m¨¢s espectacular del torneo, haci¨¦ndose un hueco gracias a su gran destreza para usar el cuerpo, proteger el bal¨®n y jugarlo con una coordinaci¨®n impropia de su tama?o. Una coordinaci¨®n y un tama?o que lo llevaron a comenzar como portero, en sus a?os mozos, en el Smetanova Lhota, en el que se qued¨® bajo los palos hasta 1989. A los 17 a?os, despu¨¦s de un gol rid¨ªculo, decidi¨® irse arriba. Se hizo delantero y hasta hoy.
Junto a Koller jugar¨¢ Baros, el delantero corpulento, agitanado y valiente, que desde que comenz¨® la Eurocopa ha saltado de charco en charco. Ha desafiado al fiero W?rns, a Kahn, a Stam... Y a todos los ha ganado. Con tres goles, uno a Letonia, otro a Holanda y otro a Alemania, es el m¨¢ximo anotador del equipo. Una lesi¨®n de rodilla le inhabilit¨® durante buena parte de la temporada, su primer curso en el Liverpool, despu¨¦s de ganar el Europeo sub 21 en 2003. Ahora ha recuperado la velocidad y la agresividad que le hizo famoso en su equipo de origen, el Ostrava, c¨¦lebre por constituir el mayor semillero de la escuela checa. All¨ª le llamaban Drizy, que vendr¨ªa a ser una especie de Chulo. Como dice un periodista checo: "Pele¨®n, pero en sentido positivo".
Smicer, el volante del Liverpool, habla con orgullo de un ataque en el que destaca la diversidad: "Tenemos variantes de todo tipo, como Baros o Koller, que tienen distintas formas de moverse en el ¨¢rea. En una segunda l¨ªnea contamos con Poborsky, un extremo r¨¢pido; Nedved, que es vers¨¢til, y Rosicky, con caracter¨ªsticas de armador. Ante un grupo de jugadores tan diferentes es muy dif¨ªcil plantear una defensa porque las posibilidades que tenemos son muchas. Cambiamos continuamente. Y la mayor¨ªa es gente con talento, con capacidad para improvisar".
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