Trampas y colapsos tambi¨¦n en Preescolar
LA EDUCACI?N INFANTIL est¨¢ en boca de todos los pol¨ªticos. No hay programa electoral que no recoja la creaci¨®n de miles de escuelas para ni?os donde les cambien los pa?ales y aprendan las primeras ense?anzas de la vida mientras sus padres trabajan fuera de casa. Hasta los seis a?os no es obligatorio ir a la escuela, pero ?qui¨¦n tiene a un ni?o en casa hasta esa edad?
Aunque a diferentes velocidades, todas las comunidades tienen ya satisfecha la matr¨ªcula de tres a seis a?os. Los problemas los tienen los padres con beb¨¦s por debajo de esa edad, si bien en estos niveles hay comunidades, como Navarra, Pa¨ªs Vasco o Catalu?a, que van a la avanzadilla, pero a unos niveles que no incitan a la maternidad: no alcanzan el 30% de escolarizaci¨®n de cero a dos a?os, y algunas, como Catalu?a, se apoyan fuertemente en el sector privado (el 62% de los escolarizados).
Son la excepci¨®n. La demanda de escuelas infantiles p¨²blicas est¨¢ desbordada. CC OO asegura que s¨®lo en Madrid hay 30.000 familias que no encuentran una plaza en estas escuelas y tienen que acudir a guarder¨ªas privadas, que tampoco logran absorber el total de la demanda. En toda Espa?a hay algo m¨¢s de 2.550 centros de educaci¨®n infantil.
Las escuelas infantiles p¨²blicas prestan, en opini¨®n de los padres, un servicio que deja muy alta la relaci¨®n calidad-precio. Pero no todas las guarder¨ªas privadas cumplen los m¨ªnimos exigidos al amparo de interminables pr¨®rrogas para adaptarse.
"Yo met¨ª a la ni?a con cinco meses en una guarder¨ªa privada porque no encontr¨¦ plaza en la p¨²blica, y mi experiencia no fue buena: atienden a m¨¢s ni?os por clase de los que marca la ley, no te informan, a m¨ª me entregaban a la cr¨ªa en la puerta y no pod¨ªa ver c¨®mo estaba antes de que yo llegara...", comenta Ana Correa, que vive en Rivas-Vaciamadrid, un pueblo madrile?o surtido de escuelas p¨²blicas y cuyos problemas de puestos escolares llevan a pensar en c¨®mo estar¨¢n los dem¨¢s.
Tanto ella como su marido trabajan a tiempo completo, y por eso obtienen cinco puntos para escolarizar a sus hijos; pero ya est¨¢, porque su renta no les otorga ventaja alguna.
Correa entiende que los inmigrantes o las familias con ingresos bajos tengan asegurada su plaza. "Lo que molesta son las trampas que se hacen con las declaraciones de renta para ganar un puesto", dice.
La pol¨¦mica pol¨ªtica en esta etapa es el cambio introducido por la Ley de Calidad. Con ella, la educaci¨®n infantil ya no comprende seis a?os divididos en dos ciclos. El primer ciclo, hasta los tres a?os, se ha sacado de las ense?anzas de r¨¦gimen general y se le ha llamado Preescolar, igual que con la Ley General de Educaci¨®n de 1970. Detr¨¢s de estos cambios se esconden otros, como que podr¨¢n impartir estas ense?anzas "profesionales con la debida cualificaci¨®n", algo que
no estaba permitido en las escuelas p¨²blicas infantiles con la anterior ley, que ten¨ªan que ser maestros
especialistas.
Ambas leyes recogen la obligaci¨®n de la Administraci¨®n de ofrecer tantas plazas como sean necesarias para satisfacer la demanda. Por ahora, hay miles de familias esperando.
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